El pasado martes 11 de marzo del 2025, la National Aeronautics and Space istration, en colaboración con la empresa aeroespacial SpaceX, realizaron un lanzamiento de un cohete como parte de las misiones SPHEREx y PUNCH para revelar los secretos del universo.
De acuerdo con lo expresado por la Nasa, la expulsión del artefacto se llevó a cabo en el complejo de Lanzamiento Espacial 4 Este de la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, ubicada en California, Estados Unidos.
En ese sentido, la agencia espacial explicó que el cohete Falcon 9 fue equipado con cuatro satélites, los cuales cuentan con la capacidad de recolectar los datos de la atmósfera exterior del Sol.
Además, el SPHEREx es un telescopio acondicionado a un espectrofotómetro, a través del que se podrá crear un mapa tridimensional del cielo cada seis meses, con la ayuda de varios sensores infrarrojos encargados de observar la evolución de las galaxias.
Por su parte, Bea Gallardo, investigadora en Ciencias Atmosféricas y Oceánicas y miembro de la misión PUNCH, explicó que es la primera vez en la historia que dos proyectos tan complejos son lanzados en conjunto en un solo vehículo.
A pesar de esto, la mujer resaltó que el equipo de científicos e ingenieros de los estudios, dedicaron gran parte de su tiempo y esfuerzo en perfeccionar el funcionamiento de cada satélite para evitar que se afecten entre ellos mientras están en órbita.
Conforme a ello, el asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la Nasa en Washington, Nicky Fox, señaló que todas las misiones están interconectadas, por lo que la decisión de lanzar al espacio dos proyectos en un mismo cohete puede duplicar las oportunidades de descubrimiento en el universo.
De acuerdo con los informes preliminares revelados por la agencia espacial, los satélites PUNCH lograron separarse con éxito 53 minutos después del despegue, sin perder la comunicación con los controladores terrestres.
Sumado a esto, la misión SPHEREx, deberá recolectar información sobre el agua y las moléculas fundamentales de las nubes interestelares, las cuales podrían proporcionar respuestas sobre la vida en el cosmos.
Por otro lado, se espera que durante los próximos 90 días los instrumentos se calibren correctamente para que el equipo de científicos pueda empezar con el análisis de las imágenes del viento solar.
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