Patrullero herido en los disturbios de Bogotá sigue luchando por su vida

Delicado es el estado de salud del patrullero Jhon Fredy Rodríguez, a quien le estalló una papa bomba en el rostro tras ser atacado por encapuchados que se tomaron las instalaciones de la Universidad Nacional. Los hechos ocurrieron el pasado 8 de junio, a las 10 de la mañana, cuando un escuadrón del Undmo, antiguo Esmad, intentó replegar la ola de desmanes que se dieron con ocasión de la conmemoración del Día del Estudiante Caído.

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Rodríguez, de 31 años, es oriundo de Ciénaga, Magdalena, y se encontraba en Bogotá haciendo la rotación por las especialidades de la Policía Nacional. Este encargo, según fuentes conocidas del hombre, no iba a durar más de 7 u 8 meses.

En la hoja de vida del patrullero destaca una carrera de más nueve años, en los que ha participado en la Unidad de Intervención Policial y Antiterrorismo, las Compañías de Intervención Policial 9 y 10 y el Esmad, y desde el 9 de enero de este año se incorporó al Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo). En su recorrido ha acumulado 22 felicitaciones institucionales.

Fredy Rodríguez, padre del patrullero, calificó a su hijo como un policía de vocación y entrega por el servicio que, por encima de las advertencias que todos le hicieron de ingresar al grupo antidisturbios, nunca sucumbió al miedo.

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Mi hijo es una gran persona que lastimosamente cayó en esta situación. A pesar de que siempre le dijimos que tuviera mucho cuidado, su vocación fue superior. Esto fue lo que él eligió y ante eso solo podemos apoyarlo”.

Pese a que la acción de los violentos tiene entre la vida y la muerte al patrullero, sus padres aseguran que perdonan a las manos criminales que le causaron tal dolor a su hijo. “Que esto nos sirva de precedente para que no vuelva a ocurrir más. Nosotros perdonamos”.

REDACCIÓN BOGOTÁ

JONATHAN TORO