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La historia ‘a lo mero macho’ del Museo del Tequila, tributo a la bebida azteca, en la Zona T de Bogotá
Más de 3.000 piezas de colección, entre botellas de tequilas y mezcales, objetos, discos, libros, canciones inéditas.
Julián González Aragón, gerente del Museo del Tequila, custodia la cava antigua del museo. Foto: Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO

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¿El tequila se fuma?
No más cruzar el umbral te encuentras de frente con La Virgen de Guadalupe, símbolo de fe del pueblo mexicano, inspiración de cientos de artistas, como esta del maestro Rojo Garrido, con un óvalo de flores y collares multicolores que corona la tilma (manta rústica) del indio Juan Diego, portador de su aparición en la cima del cerro de Tepeyac, el sábado 9 de diciembre de 1531, como precisa su leyenda.
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La botellita de ‘Cava antigua’, que una jarra en miniatura, su tapa es una bolita de madera y el sello elaborado en piel repujada. Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
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Recorrer sus tres plantas con la guía del personal especializado es una prueba que agudiza los sentidos y la imaginación, porque cada botella, por su origen, contenido y antigüedad, se remite a una historia propia, y al concepto de exposición y preservación que remite su curaduría.
Acorde con esa línea selectiva está la réplica de la botella más grande de tequila del mundo, de la marca Cristeros, cuya original tiene una capacidad para 14 litros, premio Guinnes Récords 1997, y la de etiqueta ‘El Rifle’, elaborada en murano, de un metro y 17 centímetros de altura, con capacidad para 3.000 mililitros de tequila reposado, edición limitada, una de las joyas del reino tequilero.
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En el espacio dedicado a Vicente Fernández, está enmarcado el primer disco que él grabó: 'La voz que usted esperaba', de 1972, sello CBS. También están los huevos de avestruz que 'Chente' pintaba en su finca 'Los tres potrillos. Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
Es en realidad la cautivante antesala del Museo del Tequila, ubicado en la Zona T de Bogotá, depositario de la primera colección mundial de la bebida mexicana abierta al público, alrededor de 1.500 botellas, la tercera en importancia después de la del gobierno mexicano y de la Casa de la Cultura del municipio de Tequila
-Se le tiene-, responde Julián González Aragón, gerente del Museo del Tequila: Se llama ‘Cava antigua’, simula una jarra en miniatura, su tapa es una bolita de madera y el sello elaborado en piel repujada.
Las guías también son complementadas con catas, breve historia sobre el origen del tequila, cultivo del agave, proceso de crianza. destilación y clasificación: tequilas blancos reposados, añejos, extranjeros, y un apartado de mezcales.
Todo México
Por ejemplo, en el espacio dedicado a Vicente Fernández, está enmarcado el primer disco que él grabó: 'La voz que usted esperaba', de 1972, sello CBS. También están los huevos de avestruz que 'Chente' pintaba en su finca 'Los tres potrillos', igual que el mono charro, la chaqueta y la toalla con la que se secaba el sudor en sus conciertos. La familia González Aragón hizo una estrecha amistad con el ídolo mexicano, quien cada vez que venía a Bogotá, pasaba por el museo.
La historia de don Alfonso José González es de película: de origen humilde, en su casa paterna del barrio Belén, de Ibagué, vecina de la antigua cárcel (hoy el imponente panóptico), el jovencito, en la noche, quedaba ensimismado con los boleros y rancheras que a sus oídos llegaban del radio de un penado. Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
No podía faltar el tributo al más grande compositor y cantante que ha dado México, don José Alfredo Jiménez. De él hay variedad de retratos, pinturas, discos, películas, y hasta la botonadura de un traje de mariachi, obsequio que su hijo José Alfredo Jiménez Gálvez, le hizo al museo. Y, quizás, una de las piezas más representativas del lugar: un poema inédito que escribió el artista el 3 de octubre de 1970.
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La historia de don Alfonso es de película: de origen humilde, en su casa paterna del barrio Belén, de Ibagué, vecina de la antigua cárcel (hoy el imponente panóptico), el jovencito, en la noche, quedaba ensimismado con los boleros y rancheras que a sus oídos llegaban del radio de un penado.
Otros recordatorios del hall de la fama: el sombrero de Jorge Hernández, líder de Los Tigres del Norte; la foto con dedicatoria a los González Aragón de Roberto Gómez Bolaños 'Chespirito' y su esposa Florinda Meza, compartiendo una cena en el museo; una guitarra de los Gipsy Kings, y en el tercer piso, una reproducción a escala del calendario azteca, elaborado con finas maderas tropicales, que dan cuenta de sus 9.723 piezas.
En el museo está la chaqueta y la toalla con la que se secaba el sudor en sus conciertos Vicente Fernández. La familia González Aragón hizo una estrecha amistad con el ídolo mexicano, quien cada vez que venía a Bogotá, pasaba por el museo. Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
El rey del tequila
La historia de don Alfonso es de película: de origen humilde, en su casa paterna del barrio Belén, de Ibagué, vecina de la antigua cárcel (hoy el imponente panóptico), el jovencito, en la noche, quedaba ensimismado con los boleros y rancheras que a sus oídos llegaban del radio de un penado.
"Si México es tan bonito como dicen esas canciones, yo quiero ir a México", se prometía cuando apenas perfilaba la adolescencia. Y lo cumplió. Lo hizo en bicicleta y autostop, desde la capital tolimense, hasta el D.F. mexicano: una aventura extrema de alegrías, sudor y lágrimas, de 18 meses, con una mochila a cuestas.
Tras la partida definitiva de don Alfonso José González en 2017, el patrimonio tequilero pasó a manos de su esposa Sonia y sus tres hijos, con la gerencia de Julián, González Aragón, el mayor, Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
Un viejo sabio mexicano lo rescató de esas fantasías: "chamaco, usted le apunta a todo, pero no le atina a nada", le dijo. González se apropió de esa máxima como filosofía de vida, y la puso en práctica multiplicando trabajos, afinando su astucia de comerciante y empresario, y recorriendo el mundo. Él y su hermano Eduardo llegaron hasta Botsuana, al sur de África, y allí se enguacaron en una veta de diamantes.
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Con un capital importante regresaron a Colombia y se dedicaron a la joyería. Don Alfonso abrió 'Citrus Gallery', negocio proyectado al montaje y venta de joyas y de obras de arte. En ese tren de prosperidad llegaron el matrimonio y los hijos, que fueron su motivación para lograr su anhelo de toda la vida: abrir en 2002 las puertas del Museo del Tequila, con su colección que se ha ido robusteciendo hasta la fecha.
Tras la partida definitiva de don Alfonso José González en 2017, el patrimonio tequilero pasó a manos de su esposa Sonia y sus tres hijos, con la gerencia de Julián, el mayor, quien además de regentar el museo, promueve eventos artísticos y culturales relacionados con la marca, como llevar a escena la vida y obra de Frida Kahlo y de Chavela Vargas; conciertos del Mariachi Vargas de Tecalitlán (el mejor mariachi del mundo), Los Tigres del Norte; y exposiciones interactivas de Frida Kahlo, Van Gogh y la Capilla Sixtina.
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A don Alfonso González se le reconoce como el Rey del Tequila por su colección de botellas, por haber sido el colombiano más mexicanista, estudioso del folclor, las costumbres, el cine y la música de México.
Museo del Tequila en la zona T de Bogotá Foto:Ricardo Rondón- Especial para EL TIMEPO
El tequila se fuma
El Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa solía decir que, de todos los licores del mundo, el tequila es el más veloz de consumir: "pasan las horas, calla el mariachi, se producen los besos y el tequila se esfuma".
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Más romántica y en su furor de tragos, Chavela Vargas, quien reveló haberse tomado 45.000 litros de tequila en su cinematográfica existencia, se burlaba de sus crudas cuando refunfuñaba: "el amor no existe. El amor es un invento de las borracheras de tequila".
-¿Con qué pasaba el tequila don Alfonso González?
-Pos con otro tequila.
-Y su hijo Julián, ¿también lo toma solo?
-Solo, sí; pero no a solas.
¡Salud!
RICARDO RÓNDON
Especial para EL TIEMPO
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