El exalcalde Luis Eduardo Garzón inició el fin de semana la recolección de firmas para la alcaldía de Bogotá en el TransMiCable de Ciudad Bolívar, donde dijo que “si vamos a #ConstruirSobreLoConstruido tenemos que felicitar a @petrogustavo por diseño y adjudicación y a @EnriquePenalosa por construcción”.
En un desayuno con los periodistas de la sección Bogotá de EL TIEMPO anunció que será un candidato convocante porque la ciudad no debe seguir ideologizada y dividida.
¿Cuál es la propuesta para Bogotá?
Construir sobre lo construido. La dificultad de Bogotá es que todo el mundo viene cada cuatro años a hacer una nueva ciudad. Es un error no construir una política de Estado en Bogotá. Mire lo que pasa con las finanzas, donde sí la tenemos, seguimos con una calificación extraordinaria (AAA), y empezó con Jaime Castro.
¿Cuál será su énfasis?
Primero, la ciudad tiene que resolver un problema de movilidad sobre la base de toda la integralidad del mismo. Usted no puede estar reversando decisiones. Hay una crisis de momento que hay que resolver: el sistema integrado. Es una bomba de tiempo. La salida es renegociación. La competencia que tiene con el sistema integrado provisional es muy complicada. Hay que resolverlo. Segundo, lo que deje contratado Peñalosa yo no lo voy a reversar, no me voy a poner a echar para atrás. En todo, en el metro, en las troncales.
¿Sigue con el metro?
Estudié las dos versiones, la del subterráneo y la del elevado, y las dos me parece que están muy bien sustentadas. Si no deja contratado el metro, uno se da dos meses para decir cuál de las dos toma. Una de las consideraciones es que si está muy avanzado uno no retrocede. Uno no les puede mandar incertidumbre a los inversionistas. Bogotá tiene que ser un territorio de certezas. Eso incluye la posibilidad de un alcalde de tomar decisiones porque las consecuencias son bien complejas.
¿Cómo es una Bogotá de certezas?
Hoy puede ser muy impopular, pero la séptima hay que construirla; pero hay que seguir el ejemplo de Medellín de los buses eléctricos. Buses eléctricos, pero la séptima hay que hacerla. Cuando usted discute todavía la séptima seguimos en un discurso de doce años después. Todo apunta a que si va avanzando usted no pude retroceder porque viene detrimento patrimonial, volver a poner a la ciudad en una incertidumbre.
¿Qué propone para el tema regional?
El área metropolitana es inevitable. Hoy lo que se mueven son áreas metropolitanas. Todas las discusiones están ligadas a movilidad, a medio ambiente y a territorio. En eso me gusta el Plan Nacional de Desarrollo que presentó Duque, que dice: vamos a comprometer otra vez los escenarios de áreas metropolitanas. Lo que necesitamos hoy es un estatuto orgánico de área metropolitana de una, eso no da más. Hay que gobernar como territorio, con una gobernabilidad que dé autonomías institucionales. Hay que empezar a ver la Bogotá metropolitana. Cuando uno calza 40 no puede usar zapatos 32; Bogotá está usando zapatos 32 calzando 40, e incluso calzando un poquito más.
Su posición frente a la Van der Hammen...
Lo digo sin fanatismo ambientalista: hay símbolos en Bogotá que son difíciles de negociar. No reivindico volver Van der Hammen un centro urbanístico. Prefiero desarrollar políticas públicas en materia habitacional en el área metropolitana y no volver Van der Hammen una valoración despectiva de la simbología que tiene. Esa es una diferencia fraterna. Bogotá necesita respiraderos.
El área metropolitana es también verde…
Pero usted puede tener áreas de construcción en zonas en donde no afecta el tema ambiental, donde hay reservas. Usted se imagina el potencial que va a tener la zona Faca-Bogotá con el tren de Cercanías. Vaya mire en Faca cuál va a ser su posibilidad.
¿Qué propone en materia de seguridad?
Hay que darle continuidad a muchas políticas que se han venido sucediendo, pero con un manejo territorial. Hay que optimizar recursos.
¿Qué es optimizar los recursos?
Usted encuentra que los centros comerciales tienen un nivel de seguridad importante. Necesitamos ese centro ligado a su entorno con la Policía. Los vigilantes de los condominios observando lo que pasa no solo de la portería hacia adentro. Y ojo que no estoy promoviendo lo que alguna gente llama la seguridad privada. Ahora se nos viene una discusión del Plan Nacional de Desarrollo sumamente preocupante y es que las ciudades paguen policías. Eso me preocupa enormemente.
¿Qué plantea frente a jóvenes y delincuencia?
Microtráfico. No es ninguna novedad, pero es un debate a fondo sobre el manejo de drogas en Bogotá. No comparto estigmatizar al adicto, la dosis mínima, y volverlo igual al jíbaro. Es un tema de salud pública. Hay que hacer trabajo de inteligencia y empoderar a la ciudadanía en los colegios, una gran ofensiva y el mensaje de que aquí no somos permisivos con nada. Pero hay que generar oportunidades de educación superior y trabajar con el sector privado.
¿Cómo define su propuesta?
No juego con un ‘anti’ porque lo que necesita la ciudad es un punto convocante. Por eso me lancé, por eso acepté una propuesta de una gente que me dijo “lo acompañamos”. Bogotá necesita un convocante. Si soy yo el alcalde, hay que sumar fuerzas, hay que sumar iniciativas.
¿Cómo es ese convocante que necesita Bogotá?
Convocante primero es asumir que Bogotá es un orgullo de todos los que vivimos en ella y que no puede estar mirando siempre lo negativo como prioridad. Yo reconozco que hay que conversar con el contrario. Bogotá no necesita más rabias. Yo estoy por la erre de reconciliación, no por la erre de rabia. Y hay rabias para todo. La ciudad necesita calma, calma, calma, ¡ya no más!
REDACCIÓN BOGOTÁ