Protesta no es sinónimo de vandalismo / Andrés Castro Franco

El vandalismo erosionó la legitimidad de los reclamos que motivaban la protesta. Los esterilizó. Generó miedo, hirió. El camino es promover protestas ordenadas, inteligentes, pacíficas y respetuosas para generar logros históricos importantes en materia de reclamo de respeto y reivindicación de derechos. Dejar escalar el vandalismo es dar protagonismo a los violentos, lo que no se debe permitir.

De la escalada de violencia a través de expresiones escritas y simbólicas, pocos se salvaron. Se irrespetó al Presidente de la República, a la oposición, a algunos periodistas y, lo más grave, a los verdaderos manifestantes. Los mensajes de reclamos y reivindicación de derechos quedaron relegados ante las expresiones agresivas. En general, se traspasaron límites de tolerancia ante una indiferencia tan ascendente como la violencia misma.

Como se esperaba, las redes sociales cumplieron su rol protagónico en la organización, desarrollo e impacto de las manifestaciones. La circulación de noticias falsas y la promoción de la polarización política se usaron de manera masiva, desde todos los frentes. Los efectos de las redes, y su hipercomunicación digital en términos sociales, económicos y políticos, en general, es desconocido. Hacerle frente al impacto y efecto de este fenómeno requiere trabajo científico, social, y mucho trabajo de campo, del cual se carece en la actualidad. El uso indebido de las redes está afectando el derecho a la protesta, en igual o en mayor medida que la violencia misma.

En este contexto, la inacción pública, política y social es el obstáculo a vencer. Inacción que está llevando a que los violentos tengan la excusa perfecta para acomodar las protestas a sus propósitos. La inconformidad social es inmensa y compleja, por lo que urge implementar herramientas de acción conjunta para atender su reclamo y la reivindicación de derechos. No debemos dejar contaminar las protestas de violencia y, para eso, hay que actuar en conjunto, de manera rápida y contundente. De lo contrario, se escalará en las próximas y numerosas protestas. 

La Personería de Bogotá D.C. será proactiva protegiendo el derecho a la protesta como herramienta de garantía, respeto y reivindicación de derechos. Para eso, hemos dispuesto un plan que contempla tres acciones puntuales e inmediatas.

Crear sinergias de trabajo con otras entidades públicas, grupos sociales y academia para proteger derechos, en especial el de la protesta. Seguir ejecutando protocolos en defensa de la dignidad humana, creando puentes de diálogo entre ciudadanos y entidades -a fin de facilitar soluciones a las demandas y evitar confrontaciones- y vigilar la actuación pública. Y fortalecer el componente tecnológico de apoyo a la protección de derechos.

Atendiendo estos frentes, aportaremos a la protección del derecho a la protesta, en búsqueda de mitigar la violencia que se ha generado.