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San Juan de Dios de Bogotá: otro rifirrafe entre el gobierno Petro y la alcaldía de Galán
Gobierno Nacional pretende operar todo el complejo hospitalario, pero no lo puede comprar. ¿Qué dice Bogotá?
Torre central, hospital San Juan de Dios. Foto: Archivo particular
Después de muchos desencuentros y puntos de honor, el gobierno Petro y la alcaldía de Galán parecen estar, por fin, avanzando sobre el complejo hospitalario San Juan de Dios. Sin embargo, aún persisten diferencias y tal vez las más importantes son qué hacer en ese enorme predio del centro de Bogotá conformado por 24 edificios patrimoniales y quién debe tomar la decisión: si el Distrito, como propietario, o la junta de conservación.
De hecho, la Secretaría de Salud de Bogotá emitió una posición negativa en ambos puntos y advirtió que “puede entrar una extralimitación de funciones problemática” y que “seguirá ejerciendo su rol como propietario”.
La junta de conservación es una instancia creada por el Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del Hospital San de Dios y la integran los ministerios de las Culturas, Salud y Educación; la Gobernación de Cundinamarca, que no ha entrado en el debate y se ha limitado a hacer los aportes establecidos por orden judicial, y la Secretaría de Salud.
Hospital San Juan de Dios. Foto:Archivo particular
Este organismo lleva ya 55 sesiones sobre la recuperación del San Juan de Dios, una emblemática institución de salud y de la investigación en medicina en el país que fue cerrada en 2001 y luego adquirida en 2014 por el Distrito en 150.280 millones de pesos.
Mario Hernández, director del proyecto de recuperación del Hospital Universitario San Juan de Dios y Materno Infantil en el Ministerio de las Culturas, en conversación con EL TIEMPO explicó qué es lo que quiere hacer el gobierno del presidente Gustavo Petro en el complejo hospitalario.
De acuerdo con el funcionario, desde enero pasado la Secretaría de Salud propuso que todo el complejo se dedique al fenómeno del envejecimiento y que todos los servicios se complementen alrededor del mismo.
La propuesta del Distrito incluye la torre central, que ha sido considerada la “joya de la corona” en el debate Distrito-Nación. La idea es que sea utilizada para servicios socio-sanitarios, de docencia e investigación alrededor de la vejez, pero no para servicios de salud de mediana y alta complejidad.
No obstante, en opinión de Hernández, el PEMP y sus documentos técnicos y la jurisprudencia plantean que debe ser un “centro nacional de urgencias, trauma y de especialidades médico-quirúrgicas”.
En lo que sí hay acuerdo, y que la istración distrital terminó cediendo, es que este edificio de nueve pisos, donde por años funcionó el hospital San Juan de Dios, no sea demolido sino rehabilitado, como ha querido el Gustavo Petro desde que fue alcalde de Bogotá.
Este fue un tema de discusión de las últimas istraciones y por el cual existe una demanda internacional contra la ciudad que supera los 100.000 millones de pesos. A principios de 2020, la Subred de Salud Centro Oriente, contrató la demolición bajo la premisa que no era patrimonio y tampoco cumplía los requisitos parta operar como hospital de mediana y alta complejidad en salud.
El futuro de la torre central ha creado toda clase de polémicas. Foto:Archivo particular
Hernández dice que en la última junta de conservación se acordó no seguir con la discusión de si la rehabilitación será para servicios de salud, porque –afirma- “se puede hacer y hay un estudio de prefactibilidad del Ministerio de las Culturas que dice que es perfectamente posible rehabilitar”.
Reconoce sí que aunque los costos del reforzamiento estructural, como se requiere, “son importantes”, pero que “no son tres o cuatro veces superiores” a los de un hospital nuevo como se ha planteado desde el Distrito.
El reforzamiento, explica, sería para darle mayor altura al sótano, donde estarían las urgencias. En las otras zonas, como cirugía, hospitalización y cuidados intensivos, se puede obtener espacio liberando el cielo raso o con la reubicación y traslado de redes y cableado.
“A la Secretaría de Salud se le enviaron los documentos, se compararon, incluso, los costos de hospitales similares. Eso es un poco lo que ha pasado con Méderi, con el Hospital Militar, con el San Ignacio, con muchos otros hospitales del país a los que se les ha hecho un reforzamiento estructural para poder funcionar”, señala.
Y frente a si la Nación va a adquirir el predio del San Juan de Dios, el director del programa de recuperación del complejo también señala que dicha adquisición no significaría una transacción económica como tal y que eso tampoco es posible en la actual coyuntura de recortes presupuestales que adelante el Gobierno Nacional.
A la Secretaría de Salud se le enviaron los documentos, se compararon, incluso, los costos de hospitales similares. Eso es un poco lo que ha pasado con Méderi, con el Hospital Militar, con el San Ignacio, con muchos otros hospitales del país a los que se les ha hecho un reforzamiento estructural para poder funcionar
Hernández precisa que el decreto Decreto 1959 de 2023, a través del cual se ordena la creación de la entidad Hospital Universitario San Juan de Dios y Materno Infantil y la compra del céntrico inmueble, plantea que la adquisición puede concretarse a través de dos posibilidades: a título gratuito u oneroso.
Eso les plantea que deben buscar una figura que les permita al Distrito y a la Nación compartir un inmueble patrimonial, pero no se trataría de una división o repartición de los edificios del complejo.
Tenemos la obligación de trabajar de manera coordinada y es lo que hemos venido haciendo en 55 sesiones de la junta de conservación
Entre las opciones que se analizan es un comodato o, también, mediante la atención a la población del régimen subsidiado de la ESP distrital Salud Capital o a pacientes en el Hospital Universitario San Juan de Dios y Materno Infantil, servicios que paga la Adres (a de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud).
"Necesitamos hacer una forma de operación conjunta, es decir, por ahora no va a haber una adquisición, por lo menos onerosa de compra”, indica Hernández. El IGAC, de hecho, realizó un avalúo por 391.000 000 de pesos, pero ya el Ministerio de Hacienda señaló que no contaba con esos recursos.
De acuerdo con el director de la recuperación del San Juan de Dios, sentencias judiciales y la ley 735 de 2002 obligan a las partes vinculadas en la junta a trabajar en la recuperación “del conjunto como hospital universitario” y que esta entidad de carácter nacional y adscrita a Minsalud pueda operar en el predio distrital.
Espera que ese acuerdo surja de “una serie de instancias técnicas” que se tendrán con ese fin. “No debe presentarse como una polarización absoluta o quién gana o quién pierde”, insistió el funcionario del Ministerio de las Culturas refiriéndose a la posición del Distrito.
Frente a la millonaria demanda por el frustrado contrato con la firma española Copasa para demoler la actual torre central, Hernández dice que como se trata de un proyecto de carácter público y que la demanda afecta a todo el Estado, desde la Agencia Nacional de Defensa Jurídica se realizan las aproximaciones para apoyar al Distrito.
“No se le va a hacer conejo a nadie, es decir, hay una responsabilidad compartida”, asegura Hernández, quien reitera que “tenemos la obligación de trabajar de manera coordinada y es lo que hemos venido haciendo en 55 sesiones de la junta de conservación”.
¿Qué quiere hacer Bogotá en el complejo hospitalario del San Juan de Dios?
La Secretaría de Salud de Bogotá tiene estructurada una propuesta que ya le presentó al Gobierno Nacional y que consiste en convertir todo el complejo hospitalario del San Juan de Dios en un centro para el fenómeno del envejecimiento y la vejez en Colombia.
La iniciativa ya le fue planteada en enero pasado por el alcalde Carlos Fernando Galán y su equipo al presidente Gustavo Petro y luego la Secretaría de Salud la llevó, sin éxito, ante la junta de conservación del Hospital San Juan de Dios.
La idea, de acuerdo con la entidad distrital, es que todo el complejo y las instituciones con presencia allí tengan la misma visión y aborden “de forma integral” el envejecimiento y la vejez, entiendo que el envejecimiento va desde el nacimiento hasta la muerte de la persona.
Pero, además, teniendo en cuenta que en el complejo ya existe servicios con ese enfoque. Tiene un centro de referencia para gestación y atención al recién nacido, un centro geriátrico, el Cancerológico, el Dermatológico, jardines y espacios para recreación y deporte. “Es un proyecto para el país, no para Bogotá”, explica Manuel González Mayorga, asesor de despacho de la Secretaría de Salud.
González afirma que la propuesta cumple con el marco normativo y jurisprudencial y que en los diferentes espacios de discusión que han tenido con los ministerios de las Culturas, Salud y Educación y la Universidad Nacional “en ningún momento se ha planteado que no cumple”.
Incluso, agrega, el proyecto cumple con la norma y la jurisprudencia que establece que el complejo hospitalario debe prestar servicios de salud de mediana y alta complejidad en salud.
La iniciativa busca responder, de hecho, a un fenómeno que cada vez preocupa más en el país y en el mundo y es el del envejecimiento de la población y sus impactos en el corto, mediano y largo plazo en muchos aspectos.
Precisamente, esta semana el Dane reveló cifras preocupantes sobre la reducción de los recién nacidos en Colombia. En términos generales, según la entidad, en los últimos 10 años, los nacidos vivos en el país disminuyeron casi un 23 por ciento y proyecta que hacia 2035 van a morir más personas que las que estarán naciendo.
Y una población cada vez más envejecida, por supuesto, implica que solo en el tema de salud se van a presentar mayores condiciones crónicas y preexistencias, y va a exigir unas condiciones diferentes a nivel social, cultural y de seguridad, entre otras.
“Vamos a tener un impacto muy fuerte en la economía del país, por ejemplo. En 2018, por cada cuatro personas que trabajaban había una que no estaba laborando. En 2060, esa relación estaría casi una a una”, señala el funcionario de la Secretaría de Salud.
La Secretaría también indica que, si bien ya no se oponen a rehabilitar el edificio central, donde funcionó por años el Hospital San Juan de Dios, su propuesta sí tiene a esa construcción como “el corazón” del modelo, pero no para salud de mediana y alta complejidad.
“Sería tremendamente costoso y supera por mucho los costos de cualquier otro proyecto que tenga de ese tipo de servicios”, afirma el funcionario, quien señala que en la junta además se planteó la necesidad de que un tercero -no el IGAC- realice el estudio de costos de dicha rehabilitación.
El hospital nuevo sabemos que nos cuesta mucho menos y se tienen los recursos. Estamos hablando de un hospital que sea integral y trabaje en red para el país, la región y para Bogotá, pero dentro del complejo
En otras palabras, según González, se busca que la actual torre central sea el centro istrativo, cultural y de gestión y de desarrollo del centro para el envejecimiento y la vejez. De hecho, allí podrán funcionar salones de clase, talleres, espacios para procesos de formación y de investigación y teatros, entre otros.
Pero que si se quiere tener un hospital que cumpla con todas las exigencias de un centro médico de mediana y alta complejidad, como el hospital universitario nacional que propone el Gobierno Petro, se puede construir uno nuevo en la zona de la cancha de fútbol del complejo.
Además, debe hacer parte de la red de salud pública, para que no entre a competir con el hospital Santa Clara, ni con el Cancerológico, ni con Dermatológico.
“El hospital nuevo sabemos que nos cuesta mucho menos y se tienen los recursos. Estamos hablando de un hospital que sea integral y trabaje en red para el país, la región y para Bogotá, pero dentro del complejo”, insiste.
González coincide con Mario Hernández, director del proceso de recuperación del San Juan de Dios por parte del Ministerio de las Culturas, en cuanto a que si la Nación no va a adquirir la propiedad, se debe buscar una figura istrativa, como el comodato, que les permita compartir ese amplio espacio del centro de Bogotá.
Pero que esa operación sea “de forma armónica dentro del complejo y bajo un principio común: organizar todo el complejo hacia el fenómeno del envejecimiento y la vejez en el país. Eso garantiza que vamos a tener un centro que responde a una necesidad real del país”.