Corría el año 1886 cuando Charles Martin Hall, con la chispa de la innovación en sus manos, creó un material de aluminio que cambiaría el mundo de la cocina para siempre. En la Medellín de principios del siglo XX, los objetos de aluminio en la cocina eran preciados como tesoros, brillando con un esplendor que rivalizaba con las más finas joyas.
La verdadera revolución llegó el 9 de agosto de 1934. En la Notaría Segunda, Ismael Correa, junto a sus hijos Guillermo Echavarría, Leonidas Moreno y Guillermo Correa, dio vida a Industrias Metalúrgicas Unidas S.A., que conocemos como IMUSA. Con un capital de 25.000 pesos y solo 12 valientes obreros, la fábrica comenzó su andadura.
Lo curioso es que trajeron ocho máquinas desde Estados Unidos, pero no entrenaron a sus trabajadores como meros operarios, sino como artesanos. Bajo la guía experta del técnico alemán Francisco Gigler, estos pioneros aprendieron a domar el aluminio, prometiendo desde el inicio que cada producto llevaría el sello de la más alta calidad.
El espíritu de innovación no tardó en manifestarse. En 1945, IMUSA se aventuró en los hogares colombianos con una oferta de vasos, platos y hasta peinillas plásticas. La década de los 80 trajo consigo una nueva era de modernidad transformando sus productos en sinónimos de elegancia y comodidad. Pero la joya de la corona fue la olla a presión, un artefacto que se convirtió en el corazón palpitante de muchas cocinas colombianas, indispensable en las recetas tradicionales que unen generaciones.
Hoy, IMUSA sigue marcando el camino. Su catálogo abarca desde las clásicas ollas y sartenes hasta sofisticados electrodomésticos de cocina. La marca ha asumido un firme compromiso con la sostenibilidad, desarrollando productos ecológicos que no solo facilitan la cocina, sino que también respetan el medio ambiente. Con más de 90 años de historia, IMUSA sigue siendo un pilar de confianza, presente en millones de cocinas y acompañando a las familias en cada comida, en cada historia, en cada celebración.