En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Experiencia local

La delicia de Macani, en Sotaquirá / Buena Muela

Esta hacienda ofrece una exquisita experiencia ecológica, contemplativa y gastronómica.

Mauricio Silva Guzmán, periodista y escritor.
Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
En el municipio de Sotaquirá, en Boyacá –a media hora de Tunja–, entre unas montañas de muchos verdes, se encuentra Macani Eco-Glam, una hacienda que ofrece una exquisita experiencia ecológica, contemplativa y gastronómica.
El propósito de este proyecto está regido por el concepto de la permacultura, un sistema agrícola que se basa en imitar los procesos de la naturaleza. Macani es una finca-hotel de 23 fanegadas en la que suceden cosas muy chéveres y de las que sus huéspedes pueden hacer parte.
(Lea también: ¡Viva CDMX!)
Lo primero, diariamente le hacen homenaje al prestigioso queso Paipa. Aquí lo preparan a mano bajo las leyes ancestrales de la región y lo enseñan a hacer. Solo por ir a aprender a elaborar este queso –que en realidad no es de Paipa, sino originalmente de Sotaquirá, por eso ambas poblaciones comparten la denominación de origen– el viaje ya está pago.
Lo segundo, también ofrecen la posibilidad de aprender a hacer una de las recetas vernáculas de Boyacá: los indios sotaquireños, un poderosísimo puchero que lleva hojas de tallo rellenas de masa de maíz y que a su vez se cuecen en un caldero con tres carnes: gallina, res y cerdo. También lleva habas, arvejas, papas, chuguas, mazorcas y un sensacional guiso de cebolla, leche y mantequilla. Un plato exquisito, repleto de sabor, que no es otra cosa que devorarse la mismísima tierra boyacense.
(Le puede interesar: Diana García, chef en movimiento)
Lo tercero, los platos autóctonos del restaurante que, si uno quiere, se los llevan a las cabañas (que por cierto son muy agradables): el lomo ancestral, con un sofrito de tomates, cubios y habas, acompañado de unas papas rústicas de campeonato; la costilla en BBQ de chicha; la ensalada de la huerta con cerdo cítrico; la sobrebarriga local o la tabla de quesos de la casa. Y atención al desayuno: granola de la finca, huevos pericos criollos con queso Paipa y arepas recién hechas.
Lo cuarto, la actividad del campo, que vale mucho la pena: cosechar coles rizadas, ajíes, alcachofas, frambuesas, papayuelas y duraznos, que no es otra cosa que sumergirse en el movimiento natural de una verdadera huerta orgánica. Y darles de comer a los corderos; recoger huevos que recién ponen las gallinas; aprender sobre la producción de las leches de oveja, cabra y vaca, y disfrutar de un vigoroso producto campesino.
Luego está lo intangible: la contemplación de todos esos verdes, sumada al cambio de rutina que ofrece el acoplamiento con el campo. El discurso de los pájaros y las bromas del viento. La desconexión de lo de siempre y la conexión con la vida misma.
Yo volví a mi ciudad con un mercado orgánico importante: quesos madurados, yogures, miel, huevos, arepas, duraznos, entre otras cosas; con el gustazo de haber aprendido a hacer queso Paipa y con el espíritu restaurado a golpes de aire puro. La finca Macani es un plan bello y delicioso. Muy recomendado.
MAURICIO SILVA GUZMÁN
Para EL TIEMPO
En X: @msilvaazul

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.