
Foto:
Noticia
A 20 años de la masacre, en Bojayá siguen clamando por detener la violencia
EL TIEMPO acompañó conmemoración. Las comunidades exigieron intervención integral del Estado.
Decimos con dignidad
Que las madres colombianas
Están cansadas de llorar
En la mitad del círculo están siete cantaoras. Rugen con la voz desgarrada en el centro de la iglesia en la que exactamente 20 años atrás explotó un cilindro bomba accionado por guerrilleros de las Farc en medio de un combate con paramilitares de las Auc, con quienes se disputaban al territorio.
Cantan en ese lugar santo que sirvió de refugio para los habitantes que ese 2 de mayo del 2002 intentaban escapar de las balas de un lado y otro, y que se convirtió en infierno después de la explosión, que acabó con la vida de por lo menos 79 personas (incluidas cinco mujeres embarazadas y 48 niños).
(Puede leer: Dura condena al Estado por participación de Ejército en masacre de Trujillo)

Las cantaoras se reunieron en este recinto sagrado para la conmemoriación de los 20 años de la masacre.
Foto:

Este martes, los sobrevivientes se reencontraron para honrar la memoria de sus familiares muertos.
Foto:
(Le recomendamos leer: Un centenar de ex-Farc conforma grupo para buscar a personas desaparecidas)

A 20 años de la masacre, en Bojayá siguen clamando por detener la violencia
Foto:
“Preguntamos, 20 años después, donde están las garantías de lo repetición. Vemos que las cifras suben, pero las vidas no valen”, dijo Palacios. Y alertó por la crisis que se vive por cuenta de los confinamientos, desplazamientos forzados, enfrentamientos entre grupos armados, reclutamiento forzado de niños, amenazas a líderes sociales, entre otros hechos de violencia.
“El drama humanitario que vive el Chocó está tocando límites cada vez más insospechados”, indicó un sacerdote que puso de relieve otro de los problemas que aqueja la zona: la presencia de minas antipersonales.
Preguntamos, 20 años después, donde están las garantías de lo repetición. Vemos que las cifras suben, pero las vidas no valen
(Podría interesarle leer: Ex-Farc han recibido casi 2.000 hectáreas para proyectos productivos)

Bellavista, como se le conoce al casco urbano de Bojayá, tuvo que ser trasladada por completo unos kilómetros arriba. Así quedaron algunos lugares por el abandono.
Foto:
La representante de la ONU instó al gobierno para garantizar las condiciones para una paz estable y duradera en la región, y pidió que se “investiguen con seriedad” los señalamientos hacia de la Fuerza Pública por irregularidades en sus funciones.
En nuestro territorio ya no hay garantías para seguir viviendo, esto se da a raíz de la presencia de grupos armados
(Lea también: Las deudas que siguen pendientes con las víctimas del conflicto)
Para la comunidad bojayaseña, registrar estos hechos es clave para la memoria histórica del país entero. Pero además, urge que el Estado implemente acciones integrales para que la violencia desaparezca de la región. Como sentenció Yuber Palacios: “20 años después, Bojayá vive su segundo 2 de mayo, su segunda crónica de una muerte anunciada”.
JULIÁN RÍOS MONROY
Redacción Justicia
[email protected]