El exjefe negociador con las extintas Farc-Ep y actual senador de la República, Humberto de la Calle, en entrevista con EL TIEMPO, expresó algunas de sus reservas sobre la posibilidad que el Gobierno Nacional establezca una eventual negociación con desmovilizados como 'Iván Márquez', que no cumplieron con el Acuerdo de Paz pactado en La Habana, (Cuba).
En el debate de la Ley 418 usted hizo una proposición para cerrarles la puerta a desertores de paz como ‘Iván Márquez’. ¿Por qué?
Cuando hablamos de desertores estamos aludiendo exclusivamente a quienes firmaron el acuerdo y luego huyeron para tomar las armas y regresar al combate. Eso es distinto a las disidencias, que desde un comienzo se ausentaron de las conversaciones y no estuvieron de acuerdo. En el caso de estos desertores me parece que el mensaje para la sociedad colombiana es muy malo, porque no puede suceder que el que faltonea a la sociedad, a su propio grupo, al Gobierno y a sí mismo —eso hicieron el señor ‘Márquez’ y su ‘Segunda Marquetalia’— pues tiene una segunda oportunidad.
Y el acuerdo dice que el que vuelva a delinquir pierde todos los beneficios...
El que se sale del acuerdo queda por fuera de la sombrilla de él, eso está regulado en el acuerdo. Alguien dice: ¿entonces eso es para seguir la guerra? No, no sería para seguir la guerra, el señor ‘Márquez’ tendría la opción de ir al sometimiento a la justicia, pero el Gobierno y sus mayorías decidieron que era un elemento esencial para la consecución de la ‘paz total’. Y uno como congresista tiene que aceptar, este es el método republicano de tomar decisiones.
¿De alguna manera se sintió traicionado también por ‘Márquez’, teniendo en cuenta que usted negoció con él la desmovilización de las Farc durante años en La Habana?
Esto no era ningún tema de tipo personal. Me parece que en una sociedad donde hay tanto avivato, los que buscan siempre el atajo, como dice Antanas Mockus, salgan adelante. Entre otras cosas, comparados con los 13.000 combatientes que siguen firmemente cumpliendo el acuerdo.
del Centro Democrático, que han sido opositores a este proceso de paz, destacaron que había personas como Julián Gallo y Sandra Ramírez, de Comunes, que le estaban cumpliendo al país. Pero era un insulto con ellos llegar a negociar con ‘Márquez’ y la ‘Segunda Marquetalia’...
A mí sí me parece un poco desalentador para quienes han cumplido, que son 13.000, que el que se sale luego tiene opciones de continuar. No es una negociación del acuerdo, porque el Gobierno ha dicho que no va a renegociar. Pero va a hablar con ‘Márquez’, cuando lo que deberían hacer es que él se someta a la justicia. Pero el Gobierno y sus mayorías decidieron que era un elemento esencial para la consecución de la ‘paz total’ y uno como congresista tiene que aceptar. Este es el método republicano de tomar decisiones.
Dio la sensación de que su proposición para no negociar con desertores iba a tener el apoyo de las mayorías, pero rápidamente el ministro Prada empezó a moverse por las bancadas, también Roy, incluso hablaron con usted. ¿Qué pasó?
El Gobierno insistía en que la ‘paz total’ incluyera incluso a estos desertores. El Gobierno se movió con sus bancadas y tomaron la decisión que ya todos conocemos.
¿Cuál es el camino jurídico con la ‘Segunda Marquetalia’?
Jurídicamente, el camino es el sometimiento como tal, pero un sometimiento de dejación de armas. Lo primero es que el Gobierno no ha presentado esa ley de sometimiento. Ariel Ávila dijo que en dos semanas la presentaban y tenemos que estar expectantes a ver cuáles son las fórmulas que se proponen. Serán conversaciones muy difíciles, porque en esos grupos, incluso, es difícil saber quién pertenece a ellos porque en ocasiones venden franquicia.
Hubo polémica en ese tema por la inclusión de unas facultades especiales para adelantar acuerdos...
En algún momento, el Gobierno presentó la idea equivocada de que eso podía hacerse por decreto reglamentario, por fortuna eso quedó enterrado. A este Congreso tienen que presentarle el segundo capítulo, que es la ley de sometimiento, y ahí estaremos entonces pendientes de cuáles son los desarrollos de esa iniciativa.
Usted, que negoció en La Habana con las Farc, ¿cómo ve el llamado de ‘paz total’ del Presidente?
Queremos que haya ‘paz total’. A mí eso me parece que no es discutible, pero uno tiene no el derecho sino el deber en condición de senador de demostrar ciertos riesgos. El Gobierno tiene derecho a innovar. Yo no sostengo que todo hay que hacerlo igual a como se hizo en el pasado, eso sería demasiado arrogante. El Gobierno quiere buscar fórmulas, lo que pasa es que surgen ciertos riesgos como, por ejemplo, los llamados acuerdos parciales, pues generan un poco la duda de que estos grupos vayan cogiendo sus ventajas y sus concesiones y a la hora de la verdad, es decir, la entrega de armas, como se dice en el lenguaje popular, quedemos viendo un chispero.
¿Y cómo ve las negociaciones con el Eln, que una vez esta Ley 418 sea sancionada van a comenzar?
La dificultad es que el Eln es un grupo que tiene unos contornos, una forma de gobernar interna, una cierta federalización, un mecanismo de toma de decisiones. Siempre ha sostenido que la negociación es entre el Gobierno y la sociedad y los grupos sociales, no tanto entre el Gobierno y el Eln. Y eso puede ser complejo y difícil de manejar. Pero hagamos fuerza los colombianos. Ojalá al Gobierno le salga esto y le suene la flauta en todo lo que está proponiendo.
MATEO GARCÍA
REDACCIÓN POLÍTICA