Una carta de Salvatore Mancuso abrió un nuevo capítulo dentro del gran debate de la política de paz total que impulsa el gobierno del presidente Gustavo Petro.
En abril de este año, mientras transcurrían las pasadas elecciones presidenciales, Mancuso había expresado su interés por ser gestor de paz y reconciliación dentro del ‘perdón social’. Ahora esta petición estaría tomando pista en la de paz total del actual Gobierno.
Este fin de semana, el presidente Petro afirmó que estaría dispuesto a escuchar esta propuesta del exjefe paramilitar, que estuvo al mando de varios bloques de las autodefensas en la región Caribe y Norte de Santander.
“Que Mancuso quiere ser gestor de paz. Hablemos, hablemos. Yo no tengo ningún temor a que él hable”, dijo Petro.
Su respuesta se produjo en medio de la entrega de la finca Támesis, del exjefe paramilitar asesinado Carlos Castaño. Allí, Petro advirtió que estaría dispuesto a escuchar lo que tiene para decir Mancuso, pero dejó en claro que no habrá margen para el engaño. “Yo no sé quién tendrá temor a que él hable, pero debe haber verdad”, agregó el presidente.
Petro también recalcó que será a través de la entrega de tierras y de la dejación de armas que se podrían lograr resultados verdaderos en cuestión de política de paz.
Sobre este tema, el analista y catedrático de la Universidad Externado de Colombia Jairo Libreros afirma que, con este anuncio, Petro demuestra una vez más que la política de paz total está encaminada a que los diferentes actores del conflicto armado puedan acogerse a la justicia.
No solamente compromete a bandas criminales, sino a antiguos señores de la guerra como los paramilitares
También considera que, en términos concretos, Mancuso esperaría poder acceder a alguna clase de ‘perdón’ para su resocialización y participación en la paz total.
“No solamente compromete a bandas criminales, sino a antiguos señores de la guerra como los paramilitares, que tendrían la oportunidad para contar su verdad y esto podría garantizar que un número importante de organizaciones que se derivaron de estas estructuras tengan un espacio para someterse a la justicia”, indica Libreros.
En este punto coincide el analista y estratega político Guillermo Henao, quien considera que tener a Mancuso como ‘gestor de paz’ podría desembocar en la vinculación de otros actores de alto valor que podrían dar respuesta sobre los ‘falsos positivos’ e intervenciones directas en la política nacional.
“Sería un gran logro para Petro tener gestores de paz reales con incidencia directa sobre el conflicto y con capacidad de movilización. El problema estaría en las dificultades mismas que supondría el nombre de Salvatore Mancuso para ciertos sectores del país que prefieren que no se destapen más escándalos y para los cuales la voz de Mancuso es una amenaza”, señala.
DIEGO LOZANO
REDACCIÓN POLÍTICA