El varicocele es un trastorno que implica un riesgo para la fertilidad en los hombres y suele ser progresivo, con deterioro paulatino de la función testicular.
Se trata de una afección muy frecuente en los hombres, pero poco conocida puesto que no suele presentar síntomas, por lo que muchos varones no saben que lo tienen hasta que deciden tener hijos y no pueden.
En el varicocele es una dilatación varicosa de las venas del cordón espermático que drenan el flujo sanguíneo del testículo. Esta dilatación, a su vez, provoca que la temperatura aumente en el área y disminuya la producción y calidad de esperma, lo que puede conducir a una disminución de la fertilidad.
De acuerdo a algunas cifras de la Clínica Ginefiv, “la incidencia del varicocele en la población general es del 10% pero alcanza al 25% en los varones con seminograma alterado y a un 40% en los varones infértiles”.
La forma en que el varicocele altera la fertilidad lleva implícitos diversos factores. Por un lado, la insuficiencia venosa que produce la dilatación y provoca una elevación de la temperatura del escroto de entre uno y dos grados, alterando la formación de los espermatozoides. Por otra parte, el varicocele provoca un incremento de sustancias que alteran la vitalidad y movilidad de los espermatozoides y dañan la integridad de su ADN. Por último, la circulación lenta provoca hipoxia testicular, es decir, disminución del suministro de oxígeno en el testículo.
También existe una teoría de la obstrucción, ya que las dilataciones venosas se encuentran junto a los conductos por los que los espermatozoides tienen que salir del testículo.
Según la Clínica Mayo, generalmente, el varicocele no produce signos ni síntomas. Rara vez causa dolor aunque puede experimentarse como una molestia leve que aumenta al permanecer de pie o haciendo esfuerzos físicos, especialmente durante largos períodos. Dicha molestia puede empeorar con el transcurso del día y disminuir cuando la persona se recuesta boca arriba.
El aspecto del varicocele se ha descrito como similar al de una «bolsa de gusanos». La afección podría causar hinchazón del testículo y casi siempre se produce del lado izquierdo.
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