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Análisis
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¿Por qué, si sólo hay 47 casos confirmados de fiebre amarilla, el Gobierno declaró situación de emergencia?
Esta enfermedad tiene tasas elevadas de letalidad, y actualmente hay varios brotes activos en el país.
El pico en el número de casos registrado entre 2024 y 2025 llevó al Gobierno a declarar situación de emergencia. En la foto el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. Foto: Ministerio de Salud
En la última década, Colombia registró un promedio de 10 casos de fiebre amarilla al año, concentrados sobre todo en zonas endémicas como Amazonas, Cesar, Guainía, Guaviare y La Guajira. En dichas cifras, la enfermedad se entendía como “controlada”, bajo la visión de los epidemiólogos y expertos. Sin embargo, desde 2024 varios brotes en el sur del país tienen en alerta a las distintas entidades territoriales y llevaron a que este jueves se declarara situación de emergencia en algunas zonas del territorio nacional.
Según datos del Instituto Nacional de Salud, tan solo en 2024 se registraron 23 casos de la enfermedad que dejaron 13 fallecidos. En lo que va de 2025, y con corte al 29 de marzo, el número de contagios se disparó alcanzando en apenas tres meses un total de 47 casos confirmados y dejando de saldo 20 fallecidos. Cabe recordar que esta enfermedad es transmitida por la picadura de los mosquitos Aedes aegypti, Aedes albopictus, Sabethes y Haemagogus; y puede comprometer diferentes órganos llevando a la muerte a las personas en cuestión de días.
La picadura del Aedes aegypti transmite esta enfermedad. Foto:Archivo EL TIEMPO
Hasta ahora, hay dos focos de infección que preocupan al Gobierno, uno de ellos en Tolima y otro en Caldas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), actualmente hay un pico de contagios en el área rural de las veredas colindantes en la zona suroccidental del Parque Natural Regional Bosque de Galilea, que abarca partes de los municipios de Cunday, Prado, Villarrica y Purificación, en el Tolima. Este brote inició en octubre de 2024 y hasta la fecha se han confirmado 47 casos de fiebre amarilla.
Ante la llegada de la semana santa, un período en el que aumenta la movilidad hacia zonas de riesgo, el Ministerio de Salud anunció que a través de esta declaratoria de situación de emergencia se permitirán establecer medidas en los municipios donde hay mayor riesgo, que fueron definidos así: aquellos municipios que hayan presentado casos en los últimos seis meses; los departamentos que tengan más de un municipio con casos registrados; y los departamentos donde haya movimiento constante de personas hacia otro de los territorios y uno de ellos esté afectado por esta enfermedad.
Pese a que tan solo van 47 casos confirmados este año, la directora del INS, Diana Pava, enfatizó en que la alta mortalidad y la baja tasa de vacunación contra esta enfermedad en adultos llevó a que se tomara la decisión de establecer una declaratoria de emergencia para hacerle frente rápidamente a la enfermedad.
“Las declaraciones de emergencia o sanitarias usualmente no van enmarcadas en el número de casos ni en la mortalidad. También tiene que ver la prevención y la necesidad de cuidar a la población y sobre todo cuando la cobertura para vacunación de fiebre amarilla no es muy alta y en este momento lo que se está enfocando es la necesidad de ampliar esa vacunación”, señaló Pava.
Una sola vacuna puede prevenir de por vida la fiebre amarilla. Foto:Secretaría de Salud Distrital de Bogotá
En ese sentido, desde el Ministerio de Salud y el INS se hizo un llamado urgente a la población para que se vacunen al menos 10 días antes de viajar, sobre todo si visitarán alguno de los 388 municipios que mantienen un riesgo alto de contagio, y que se encuentran sobre todo en departamentos donde esta enfermedad es endémica.
Las zonas de transmisión de fiebre amarilla se encuentran entre los 0 y 1.500 metros sobre el nivel del mar, aunque el cambio climático puede extender el riesgo hasta los 1.800 metros. Por ejemplo, en el caso de Tolima se están registrando contagios en lugares donde la enfermedad antes no se veía, en regiones de clima cálido (26 - 33°C) y alta humedad, con bosques tropicales que han sido fragmentados por la deforestación debido a la agricultura y la ganadería.
Además, si bien esta es una enfermedad que puede prevenirse durante toda la vida con tan solo una vacuna, para quien no está inmunizado puede ser una patología viral grave con una alta tasa de letalidad de entre el 40 % y 60 %, pero alcanzando incluso una mortalidad de hasta el 75 % en brotes epidémicos. Sus síntomas incluyen fiebre, dolores de cabeza o cefaleas, dolores musculares y abdominales, escalofríos, náuseas, vómitos y color amarrillo en las conjuntivas.
Entre las medidas ordenadas por el Gobierno está el seguimiento de las zonas con casos registrados, un aumento en las jornadas de vacunación, la ampliación de la vacunación a mayores de 60 años y se recordó que la vacunación para menores de edad es obligatoria. “Todo menor de 18 años la patria potestad es del Estado, si hay alguna negación del padre intercede el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Ningún padre se puede negar a que sus hijos sean vacunados”, señaló el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Según aclaró el Gobierno, este esfuerzo conjunto sigue en marcha y las acciones para controlar el brote se mantendrán hasta que no se registren nuevos casos y se alcancen coberturas de vacunación del 95 por ciento, especialmente en la población susceptible en los municipios considerados en riesgo.
“La fiebre amarilla es una enfermedad grave, pero prevenible con una sola dosis de la vacuna, que es gratuita, segura y eficaz. Desde el Ministerio de Salud y Protección Social seguimos trabajando sin descanso para contener el brote y proteger a la población, especialmente en las zonas de mayor riesgo. La fiebre amarilla mata, vacunarse salva vidas, por eso invitamos a todos los ciudadanos a vacunarse, especialmente a los niños, y a tomar medidas de prevención”, señaló el ministro Jaramillo.
El MinSalud, Guillermo Jaramillo, y la directora del INS, Diana Pava. Foto:Ministerio de Salud
Prevenir una epidemia
Para expertos como el médico salubrista y profesor de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández, es más que acertada la decisión del Ministerio de Salud de declarar situación de emergencia en este momento, antes de que el pico de contagios se pueda convertir en una epidemia, tomando medidas que son fundamentales como el aumento de la inmunización.
“Sí, se debe declarar la emergencia porque es una enfermedad transmisible de alta letalidad y las coberturas de vacunación en áreas endémicas sigue siendo baja. Además viene semana santa y esto va producir un repunte de casos de fiebre amarilla y dengue después de semana santa por la alta movilidad de personas en esta temporada”, alertó Hernández.
En Tolima se han emprendido jornadas de vacunación por parte de las autoridades. Foto:Gobernación de Tolima
Con dicha posición coincide el médico epidemiólogo y profesor de la Universidad del Rosario, Carlos Trillos, quien considera que la decisión es más que acertada y se adecúa a los criterios del Sistema de Alerta Temprana (SAT), que es un mecanismo que detecta, evalúa y comunica riesgos para la población además de los , lineamientos de la OMS, la OPS y el INS.
"La fiebre amarilla es una enfermedad considerada un evento con potencial epidémico que ingresa al sistema de alerta tempranacon prioridad, la cual hace parte del grupo de erradicación y eliminación en la región. Dadas las características de la fiebre amarilla, su gravedad y características epidemiológicas el protocolo de vigilancia en salud pública específico indica reporte superinmediato, lo cual implica acciones epidemiológicas", señala Trillos.
Finalmente el médico infectólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, Jorge Alberto Cortés, enfatiza en que si bien Colombia mantenía control sobre la enfermedad en las zonas endémicas, hoy la infección ha llegado a zonas de alta montaña, donde no se veía antes. En ese sentido, para él es fundamental que el Gobierno logre llevar la vacunación general de la enfermedad al 95 % de la población.
“Somos víctimas de nuestro propio éxito: con 10 casos al año, la mayoría de los médicos no han visto la fiebre amarilla, pues estos pacientes no llegan a donde estamos los infectólogos, sino que llegan a los caseríos, a los centros de salud primarios, por eso debemos enseñarles a los médicos las condiciones de manejo de los pacientes con síndromes febriles agudos, que vivan por debajo de los 1.800 msnm, y siempre sospechar que se puede tratar de algo más”, señala Cortés.