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Consenso médico fijó un nuevo valor normal de la presión para evitar el 15 % de los casos de infarto y ACV
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, la Sociedad de Cardiología y un centro más detallaron el análisis.
La hipertensión arterial representa una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo y, sin embargo, sigue siendo una causa principal de infartos, ataques cerebrovasculares (ACV), insuficiencia renal y muertes prematuras.
En respuesta a esta realidad, tres sociedades científicas argentinas actualizaron sus recomendaciones para optimizar la detección y el tratamiento de esta condición.
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología unificaron criterios en un nuevo consenso que modifica el umbral considerado como presión arterial normal.
El valor que anteriormente era de 14/9 (140/90 mmHg) pasó a establecerse en 13/8 (130/80 mmHg), un cambio que busca reducir de forma significativa las complicaciones asociadas a esta enfermedad.
Pablo Rodríguez, presidente de la SAHA, subrayó que este trabajo representa la continuidad de una labor conjunta iniciada hace varios años.
“Hace unos siete años se hizo en la Argentina el primer consenso conjunto entre las tres sociedades más importantes vinculadas a la hipertensión arterial. Antes, cada una sacaba su propia guía, pero se decidió unificar criterios para tener una sola guía nacional en lo que respecta a esta enfermedad”, afirmó.
La publicación oficial del documento está prevista en una revista científica especializada, pero ya se conocen detalles clave. Entre ellos, la nueva clasificación de la presión arterial, que alinea los valores locales con los de las guías internacionales.
Según Rodríguez, “entre 130/80 y 140/90 se encuentra lo que llamamos presión limítrofe. En muchos casos no hace falta indicar tratamiento farmacológico, pero sí es fundamental recomendar cambios en el estilo de vida”.
Preste mucha atención. Foto:iStock
Impacto en la salud pública
Aunque el cambio pueda parecer pequeño, los beneficios podrían ser enormes. De acuerdo con los datos expuestos en el consenso, adoptar estos nuevos valores permitiría prevenir al menos el 15 % de los infartos y hasta el 18 % de los ACV.
La explicación radica en que “cuanto más baja es la presión arterial dentro de un rango seguro, menor es la carga que sufre el sistema cardiovascular”.
El neurólogo Conrado Estol, reconocido por su labor en la concientización sobre enfermedades neurológicas, planteó una fuerte crítica al abordaje actual de la hipertensión: “El problema es tan paradójico como preocupante. Ajustamos cada vez más el nivel normal de presión arterial sobre la base de estudios sólidos y consensos internacionales, pero en la práctica –especialmente en países como el nuestro– la hipertensión sigue siendo la principal causa de muerte por infarto, ACV y también por demencia. Lo más grave es que, pese a ser una condición fácil de diagnosticar y tratar, muchos médicos no toman correctamente la presión ni tratan a quienes deberían tratar. Si no fuera así, la hipertensión no sería un problema”.
Estol también señaló que esta situación se repite con frecuencia en consultorios donde los pacientes llegan con síntomas neurológicos y presentan cuadros de hipertensión no diagnosticada o mal controlada.
Esta actualización permitiría evitar al menos el 15 % de los infartos y hasta el 18 % de los (ACV). Foto:istock
Tratamientos más personalizados y control desde el hogar
El nuevo consenso no se limita a redefinir cifras. También propone mejorar las estrategias de abordaje, tanto dentro de los consultorios como fuera de ellos. Se destaca el valor del monitoreo domiciliario de la presión arterial y la necesidad de adaptar los tratamientos a las características individuales de cada paciente.
Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, explicó que la actualización se basa en metaanálisis recientes y en consensos internacionales, como los del American College of Cardiology y la American Heart Association (AHA), publicados en 2017. Además, señaló un estudio clave que respaldó el cambio: “Ese trabajo demostró que mantener la presión por debajo de 130/80 reduce significativamente los eventos cardiovasculares mayores y la mortalidad por cualquier causa”.
Andersson hizo referencia al estudio SPRINT, en el que participaron más de 9000 adultos mayores de 50 años con presión elevada y riesgo cardiovascular.
Según su análisis, incluso valores que antes se consideraban “alta-normal” (130–139/85–89) ya duplican el riesgo de ACV en personas mayores y triplican la probabilidad de insuficiencia cardíaca en poblaciones vulnerables.
Consecuencias de mantener valores altos
El especialista también describió los riesgos asociados a una presión de 14/9 en comparación con los nuevos valores de 13/8. “Se incrementa el riesgo de infarto por daño progresivo al endotelio vascular.
También aumenta la probabilidad de sufrir un ACV, ya sea isquémico o hemorrágico, y se acelera el daño renal y ocular, muchas veces sin síntomas”.
Además, alertó sobre una creciente preocupación: “La hipertensión mal controlada está cada vez más asociada al deterioro cognitivo, la demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer”.
Los valores entre 130/80 y 140/90 mmHg se clasifican como “presión limítrofe”. Foto:iStock.
Controles frecuentes, una recomendación clave
El neurocirujano Matías Baldoncini, integrante del Servicio de Neurocirugía del hospital Petrona Villegas de San Fernando, remarcó la importancia de los chequeos regulares, incluso con tensiómetros digitales.
Señaló que los controles son especialmente importantes en personas con antecedentes familiares, dado que la hipertensión puede desarrollarse sin manifestaciones evidentes.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.