Los gatos, cada vez más, se están convirtiendo no solo en los reyes de las redes sociales, sino se están consolidando como unas mascotas ideales. Hoy en día es mucho más frecuente encontrar familias interespecie compuestas únicamente por el tutor y su gato, debido a que los espacios en el hogar son más reducidos, los tiempos para compartir son escasos y, se cree, los cuidados de estos animales son mínimos.
Aunque, comparativamente hablando, los gatos sí podrían llegar a tener menos requerimientos que los perros, estas mascotas necesitan igual o más atención que los caninos, ya que tienen hábitos y comportamientos particulares y, además, sufren por algunos mitos que no solo ponen en riesgo su salud, sino también su vida.
Uno de los mitos más frecuentes tiene que ver con el uso de collares para los gatos, ya que algunas personas consideran que es difícil que estos se acostumbren a su uso. Basta con visitar una tienda de mascotas o algunos establecimientos veterinarios para encontrar diferentes elementos para gatos: areneros, comederos y bebederos, juguetes, alimentos, etc. Uno de los que más llaman la atención son los collares.
En primer lugar, porque algunos tutores consideran que los gatos, al no tener hábitos de salir de casa, no necesitarían como tal un collar que los identifique. También mencionan que este elemento no es bien tolerado por los mininos y podría llegar a generarles estrés. Otro de los argumentos en contra del uso de collares se refiere a que se considera que este elemento puede hacer que el gato sea más propenso a atascarse en ciertas zonas y, en el intento de liberarse, producirse accidentes.
Otro mito muy común, que también se encuentre en la sabiduría popular, tiene que ver con el uso de cascabeles o elementos que produzcan sonidos para los collares de los mininos
La verdad es que los gatos, en un descuido de sus tutores, pueden escapar del hogar a través de puertas o ventanas y extraviarse, motivo por el cual la recomendación principal es que siempre estén identificados con un collar y una placa o, en su defecto, un chip subcutáneo en los que se detallen los datos de la familia y de esta forma puedan ser devueltos con facilidad.
Hoy en día es fácil encontrarlos de diferentes tamaños, materiales, colores y diseños; lo ideal es que se los acostumbre desde muy pequeños a su uso para que ya en la adultez lo toleren con más facilidad. Otra recomendación es verificar constantemente si el tamaño es el adecuado para evitar hacerle daño al animal.
¿Y el cascabel?
Otro mito muy común, que también se encuentre en la sabiduría popular, tiene que ver con el uso de cascabeles o elementos que produzcan sonidos para los collares de los mininos. Pero ¿son estos elementos seguros y sanos para los felinos del hogar?
Para conocer un poco más de cómo este elemento se asoció durante mucho a los gatos, hay que remontarse a la Edad Media, cuando las personas acostumbraban a emplear a los gatos como cazadores, para acabar con plagas de insectos o roedores, y también como señal de alarma. Para tal fin, y también para evitar que los gatos se extraviaran durante las noches, los tutores hacían uso de elementos que produjeran sonidos.
Si bien podría considerarse una herramienta útil, la verdad es que este pequeño elemento, que muchos consideran inofensivo, podría resultar molesto para los gatos dados su comportamiento y su baja tolerancia al estrés. No obstante, no todo puede ser considerado negativo en los cascabeles, ya que, para aquellos gatos que tienen hábito de salir de casa y cazar algunas aves, este elemento podría servir de señal de alarma y evitar que se conviertan en presa fácil de los mininos.
Aunque no existen estudios científicos que demuestren la malignidad de los cascabeles para los gatos, vale la pena mencionar que estos son animales con un desarrollado sentido de la audición el cual usan para detectar señales de alarma, estar siempre alerta e incluso cazar. El uso de cascabeles en el collar, y la cercanía de este elemento al oído del gato, con el constante estímulo auditivo, puede llevarlos a desarrollar episodios de estrés, perder la agudeza de este órgano de los sentidos y no permitirles desplazarse o moverse con tranquilidad.
Adicionalmente, podría llevar a cambios de comportamiento, como agresividad, insomnio, decaimiento y anorexia, debidos a variaciones del estado del ánimo como resultado de los trastornos en la tranquilidad y la calma que caracterizan a los felinos.
¿Con qué reemplazarlo?
Hoy en día existen diferentes alternativas que pueden ser igual de llamativas y estéticas tanto para los tutores como para sus gatitos. Existen collares hechos de diferentes materiales, con placas de identificación e, incluso, collares antiparasitarios. Lo ideal es que, más allá de la estética, se piense también en la salud y el bienestar de los animales.
MÉDICO VETERINARIO*
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