El jueves pasado se produjo en el país un sismo de magnitud 6,1 con epicentro en el municipio de El Calvario, en el departamento del Meta, y el cual presentó más de 20 réplicas. Tanto el temblor como sus réplicas se sintieron en diferentes poblaciones, generando alarma principalmente en Bogotá, en donde las personas de inmediato activaron los protocolos de manejo de emergencias.
En medio de la angustia, las alarmas y las evacuaciones de oficinas y lugares públicos, una imagen se hacía cada vez más común: personas a las afueras de casas y apartamentos acompañadas de sus mascotas, en particular de sus perros. Entre tanto, en redes sociales varios tutores de gatos manifestaron la dificultad que tuvieron al evacuar sus hogares debido a los contratiempos que supuso el manejo de los felinos.
¿Qué hacer?
Lo más importante es no esperar a que suceda el evento natural para tomar medidas de prevención, ya que muchas veces, por la angustia que genera la situación, no se puede pensar con claridad y el desarrollo de los planes puede tomar más de lo necesario.
Algunas medidas importantes:
– Tener siempre identificada a la mascota con microchip o placa personalizada en que estén los datos de o del tutor, el nombre de la mascota y un número telefónico.
– Identificar las zonas de riesgo, así como las rutas seguras, puntos de encuentro y centros veterinarios cerca de casa.
– Tener a la mano, y siempre disponibles, los números telefónicos de emergencia y de los médicos veterinarios que conocen y tratan a las mascotas.
¿Es necesario evacuar a los gatos?
"En ese momento, dejarlos a ellos me genera más estrés, nerviosismo y ansiedad. No los puedo abandonar dentro del apartamento porque puede suceder algo y ellos son parte fundamental de mi familia", cuenta Camila Acevedo, quien convive con dos gatos criollos y evacuó su vivienda con ellos.
"Por fortuna ellos están acostumbrados a salir a la calle, a compartir con personas y perros, y reconocen ciertos ruidos del exterior", añade Camila.
Precisamente, en este sentido, es fundamental que los tutores y las autoridades tengan incluidos a los felinos en los planes de riesgo, ya que no solo son parte de las familias, sino que aportan un sustento emocional fundamental que ayuda a mitigar la angustia de la situación y, adicionalmente, los animales también pueden verse afectados de forma grave.
Según Andrea Ortiz Lezcano (@LaProfeDeLosGatosCo en Instagram), “es superimportante habituar al gato desde cachorro o desde que llegue al hogar para que entienda que el guacal es un mobiliario más de la casa y que no lo vea solamente en ciertas ocasiones o que lo empiece a relacionar con momentos traumáticos”.
Adicionalmente, el guacal debe estar siempre a disposición, que el gato lo tenga a la vista siempre y que incluso pueda hacer uso de este sin que se vaya a transportar.
Para tal fin se pueden emplear esencias florales de Bach, aceites esenciales de lavanda (que tiene un efecto calmante y relajante en los gatos) o feromonas; estos elementos hacen que el gato reconozca el guacal como un lugar cómodo, seguro y que disfrute estar en él, para que en momentos de urgencia sea más fácil y rápido introducirlos.
Ortiz añade: “Se puede entrenar a los gatos para que les pierdan el miedo a los guacales a través del refuerzo positivo, ya que los gatos aprenden y hacen todo de manera instintiva. Este se puede hacer a través de comida o snacks alimenticios para reforzar ciertos comportamientos”. Este entrenamiento, sugiere Andrea, se debe hacer con antelación para que en el momento de evacuación ya los gatos estén familiarizados.
GABRIEL GARCÍA
MÉDICO VETERINARIO