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Antes de vivir juntos conviene dialogar sobre las mascotas
Hay que establecer responsabilidades y llegar a acuerdos en las tareas, los límites y los cuidados.
Dejar claros parámetros de convivencia antes de vivir bajo el mismo techo ayudará a evitar futuros conflictos. Foto: iStock
Cada vez es más frecuente encontrar a parejas sin hijos que deciden convivir con una mascota en casa.
A eso se le conoce en la actualidad como “familias multiespecie”, en las que los tutores, en pareja o no, deciden compartir sus espacios y sus vidas con perros y gatos.
Desde ese momento ellos pasan a convertirse en importantes de la familia. Sin embargo, antes de conformar un hogar hay que llegar a unos acuerdos fundamentales, sobre todo cuando alguna de las personas no ha convivido nunca con una mascota, para que tenerla no se convierta en un problema de convivencia y tampoco afecte el bienestar de los animales.
Diálogo, un buen inicio
Psicólogos y terapeutas de pareja coinciden en que lo más importante dentro en una relación es el diálogo, y eso aplica ampliamente cuando se trata de la convivencia con animales. Antes de mudarse, las parejas deben tener en cuenta que no solamente se va a compartir el espacio con la otra persona, sino también con la mascota, que es parte fundamental en la vida del otro.
En ese orden de ideas, es importante dejar claros los límites, responsabilidades y tareas, para que no se vayan a presentar problemas. Para los nuevos en la materia puede ser difícil acostumbrarse a las rutinas y responsabilidades que un perro o un gato acarrean.
El diálogo permitirá no solo establecer los límites sino también aprender a solucionar los problemas que puedan presentarse, sin que la mascota pueda ser motivo de discordia.
Es importante que antes de la mudanza las personas puedan compartir y conocer el temperamento de los animales ya que algunos pueden mostrarse reacios a convivir con nuevas personas. Se pueden presentar comportamientos como agresividad, nerviosismo, miedo e incluso celos. Esto será fácil de detectar y prevenir con un adecuado proceso de socialización entre personas y mascotas.
En caso de que haya manifestaciones graves como ladridos, gruñidos o mordiscos, es momento de consultar con un médico veterinario etólogo.
El diálogo permitirá no solo establecer los límites sino también aprender a solucionar los problemas que puedan presentarse, sin que la mascota pueda ser motivo de discordia. Foto:iStock
Qué si y qué no
Es importante que las personas que conviven en casa tengan claros los límites y los tiempos de los animales de compañía. Es clave llegar a acuerdos en cuanto a temas fundamentales como compartir la cama, permanecer en ciertos lugares o respetar los espacios de cada persona.
Tener un animal de compañía no es solo cuestión de afecto y amor. Implica también dedicación, rutinas, responsabilidades y gastos económicos como comida, cuidados médicos, educación y entretenimiento. Por eso es indispensable que las parejas logren llegar a acuerdos en todos los aspectos que implica el bienestar de las mascotas.
Debe quedar claro, y preferiblemente de común acuerdo, quién se hará cargo de qué: cuáles son las rutinas, cada cuánto come, cuánta cantidad de comida y agua necesita, con qué frecuencia se debe salir a pasear para hacer necesidades o jugar, cada cuánto se debe bañar, con qué frecuencia va al veterinario y cuál es el médico al que va con regularidad, dónde se le permite o no pasar el tiempo o cada cuánto se le debe hacer aseo a elementos como cobijas, juguetes y comederos.
En materia económica, es fundamental que se establezca un presupuesto destinado a la manutención de la mascota y también a posibles imprevistos que puedan surgir por enfermedades, accidentes u otras contingencias. La discusión puede ser incómoda, pero de ello dependerá que siempre exista presupuesto para los gastos del animal de compañía.
Una herramienta útil es dejar por escrito cada una de las indicaciones anteriormente mencionadas y ubicarlas en un lugar visible para todos. Esto evitará que se pasen por alto las tareas, que la mascota reciba más comida de la que necesita o que no tenga los paseos requeridos.
Aseo del hogar
A pesar de la educación que se les dé a las mascotas, perros y gatos pueden producir desechos normales en casa.
Es habitual que boten ciertas cantidades de pelo o que este se acumule en el suelo, los muebles o la ropa, sin importar la frecuencia con la que sean cepillados. Esto es importante no solo para mantener la organización de la casa, sino también porque algunas personas pueden presentar alergias al pelo de los animales.
Otro aspecto importante para tener en cuenta es que ellos pueden llegar a ocasionar daños en la vivienda: morder zapatos o muebles; destruir elementos decorativos, como porcelanas, floreros y plantas; sacar la basura, y comerse elementos de valor, solo por mencionar algunos.
Esto se puede intentar corregir a través de la educación y el entrenamiento, estableciendo áreas específicas de la casa donde puedan estar o no los animales, brindando una correcta estimulación sensorial a través de juguetes o actividades, haciendo uso de esencias florales para calmar la ansiedad y el estrés de los animales o, en casos más avanzados, consultando con un médico veterinario etólogo.