El próximo 30 de septiembre el papa Francisco convocó un nuevo consistorio, un evento solemne en el que creará 21 nuevos cardenales llegados de países como España, Argentina y Venezuela.
Entre los nuevos nombres que entrarán a formar parte del Colegio Cardenalicio está el del presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis José Rueda. El arzobispo de Bogotá, recibió el domingo la noticia, una que, a pesar de que en muchas ocasiones sabía que se había barajado como una posibilidad, había siempre preferido considerar como algo lejano.
En entrevista con EL TIEMPO, monseñor Rueda habló sobre los retos de esta nueva designación, las expectativas de su participación como cardenal en la próxima Asamblea del Sínodo, el pontificado de Francisco y los retos y debates que enfrenta la Iglesia católica actual.
Usted ha dicho que la noticia de su creación como cardenal no es algo que esperara. ¿Cómo cree que la hubiera recibido su yo más joven?
Creo que si una noticia de esas la recibe uno siendo seminarista, lo celebra como celebrar el campeonato mundial ganado por Colombia. Es decir, uno salta de emoción. Si la recibe como presbítero, ya empieza uno a decir: 'atención, que aquí hay una responsabilidad mayor'.
Si la recibe a esta edad -yo tengo 61 años- pues digo puedo servirle mucho a la Iglesia, quiero acertar, quiero mirar mi pasado con bondad, con benevolencia, sin autojuicios demasiado fuertes, pero quiero vivirlo con serenidad, no con apariencia, sé de lo que se trata, sé que hay que llevar la cruz con Cristo, con el sucesor de Pedro, que es el Papa. Entonces, quiero celebrarlo en la fe, con mucha alegría, pero con moderación, sin nada de cosas exteriores que no van con lo esencial, que es el seguimiento a Cristo y el servicio.
¿Qué expectativas tiene de su participación en el noveno consistorio convocado por el Papa?
El consistorio es propiamente el encuentro con el Papa en una ceremonia en la Basílica de San Pedro, donde, después de leer la Palabra de Dios y de orar, el Papa nos reviste a los elegidos, a los nuevos cardenales, junto con el resto de cardenales que dan la acogida. La semana siguiente, por coincidencia de Dios, viene la Asamblea del Sínodo, presidida por el Papa.
Es un mes completo y ahí se toman decisiones. Pero más que eso, es discernimiento para que las decisiones las tome el Santo Padre. El tema es muy bonito, la sinodalidad. Pero ahí también hay una gran responsabilidad, porque es el momento de la Iglesia, los sufrimientos y las heridas, las equivocaciones, pero también las situaciones de la humanidad nos desafían. Y entonces hay que pedir el Espíritu del Señor para que nos ayude a discernir y a ver cuál es la ruta y cuáles son las actitudes que como iglesia debemos tomar.
¿Qué significa para Colombia?
Para Colombia es la continuidad de elecciones que ha hecho el Pontífice en su debido momento. Los últimos tres cardenales nombrados por el santo Papa Francisco han sido monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez, que ya murió; monseñor Jorge Jiménez Carvajal, que es arzobispo emérito de Cartagena y yo. El Papa siempre con Colombia en su corazón.
Y está también el señor cardenal Rubén Salazar, que es de una trayectoria enorme, que fue presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, un hombre que dialogaba permanentemente con el Papa Francisco, con el que el pontífice compartió muchos momentos, él como arzobispo de Buenos Aires y el cardenal Salazar, como arzobispo de Bogotá.
¿Y para Hispanoamérica?, teniendo en cuenta que dentro del grupo de nuevos cardenales hay varios representantes de la región…
Es un detalle importante que el Papa haya escogido varios cardenales de habla hispana. Y es que toda América Latina, es el continente de mayoría católica, una región donde un alto porcentaje de los habitantes se identifican como bautizados católicos. Por lo tanto, el Papa le está reconociendo a este continente, que es su continente, esa trayectoria de evangelización y como un impulso, él nos ha dicho, Iglesia en salida, Iglesia lista a ir a las misiones a todos los continentes.
Este tipo de designaciones de nuevos cardenales siempre levantan comentarios sobre la salud del Papa y una posible sucesión. ¿Usted cómo ve ese escenario?
Espero que el Señor le conceda la salud al Santo Padre y que él pueda continuar todo el trabajo que ha iniciado en la Iglesia de renovación en distintos órdenes, pero concretamente en el tema de la sinodalidad que tenemos asamblea este año en octubre y el año entrante en el mismo mes. Lo que venga lo pongo siempre en manos del Señor, creo que el Espíritu Santo siempre ha sorprendido a la Iglesia: cuando fue elegido Juan XXIII, decían ‘Pero es un hombre muy mayor’; cuando fue Pablo VI decían ‘Es un hombre que se veía venir, que iba a ser Papa'; en cambio, cuando llega Albino Luciani (Juan Pablo I), que duró muy poco tiempo y era muy querido, se pensaba en otros nombres. Dicen que el que entra al cónclave como papa, sale como cardenal. Yo estoy convencido de que el Espíritu Santo ya debe tener elegida la persona que va a ser, en su debido momento, el sucesor del papa Francisco.
ALEJANDRA LÓPEZ PLAZAS
REDACCIÓN VIDA DE HOY
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