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Reseña
Planes de ayer y de hoy para volver a Cartagena: ¿qué hacer en la Heróica?
No es solo sol y playa. La ciudad más visitada de Colombia tiene planes para conocer su centro histórico caminando, saborear la historia en cada bocado o conectar con la naturaleza. Aquí los recomendados.
El fuerte de San Felipe de Barajas, declarado Patrimonio de la Humanidad, está ubicado en la colina de San Lázaro. Foto: Adriana Garzón.
Es hora de ponerse el calzado más cómodo para salir a disfrutar de la ciudad amurallada a pie, el mejor vehículo que tenemos para palpar un lugar. Con los cinco sentidos agudos, emprenderá un recorrido en horas de la mañana para evitar el fulgurante sol de mediodía y descubrir en sus calles las historias de una ciudad que se erigió en medio de luchas, disputas y amores clandestinos que guardan sus vestigios a cada paso.
La ruta inicia en la Calle Real, frente al emblemático Teatro Heredia, inaugurado en 1911 y desde donde se puede observar a lo lejos la cúpula blanca y naranja de la catedral de Santa Catalina de Alejandría, tan fotografiada. El recorrido ofrece un vistazo a los balcones, portones y cerraduras, testigos en su simbología de la jerarquía que la corona española impuso. Es un banquete para los ojos disfrutar de esta ciudad fotogénica y llena de plazas en su centro. Infaltable el paso por las plazas de Bolívar, la Proclamación, la Aduana, la de Los Coches, Santodomingo, San Pedro Claver; que poseen en su mayoría grandes árboles que protegen a los propios y visitantes con su sombra y que en antaño fueron los lugares para la comunicación pública del acontecer de la ciudad.
Vale la pena visitar el Museo Histórico de Cartagena y su palacio de la Inquisición que están en un edificio de estilo colonial y alberga la cruenta historia del Tribunal de Penas del Santo Oficio que, entre 1610 y 1811, juzgó los delitos contra la fe.
La mañana se pasa volando entre historias y recuentos de la hermosa ciudad amurallada que tiene un plan para cada día.
Visita al manglar y taller de percusión en La Boquilla
La ciénaga de la Virgen está en la zona urbana de Cartagena. Para llegar se puede tomar un taxi y así explorar un turismo de naturaleza propicio para descansar y conectar con la pasividad de un lugar que es el hogar de cientos de aves y peces. Allí hay un importante ecosistema conocido como el manglar, encargado de oxigenar, filtrar y darle un respiro al agua y purificar el aire. Es un pulmón que podemos ver durante un plácido recorrido en canoa, donde garzas, pelícanos, pisingos y muchas otras aves conviven. La ciénaga es el lugar de sustento de pescadores que responsablemente ingresan al lugar para buscar el sustento. Es recomendable hacerlo en las primeras horas del día, llevar buen sombrero, protector solar y poner el celular en modo avión para conectar con el entorno.
Y a tan solo 10 minutos en automóvil de la ciénaga, podrá cerrar con broche de oro una mañana perfecta y aprender los golpes básicos de la cumbia, el bullerengue y el mapalé, en la Escuela Tambores del Cabildo, fundada en 2009 por el músico y gestor cultural Rafael Ramos. El lugar es perfecto, porque está en la Boquilla, un corregimiento pesquero, situado al norte de la ciudad y que se ha convertido en un epicentro para la cultura popular. Se aprende a tocar tambor, o eso se intenta, para luego descargar las manos y rematar frente al mar con un buen plato de sierra frita con patacón que ofrecen los restaurantes en la zona. ¿Así o mejor el plan?
Para este plan les recomendamos ir con el estómago lo más vacío posible porque todo empieza en la calle San Agustín, en la famosa esquina del pandebono, sabor y tradición desde 1991, con el pandebono más apetecido y nombrado recientemente por el portal Taste Atlas el segundo mejor amasijo del mundo. Sí, el pandebono que, acompañado de un jugo de níspero o piña, cae perfecto. A unos cuantos pasos, en el centro histórico, la parada obligatoria es en algún puesto de fruta para saborear una fresca patilla, morder una porción de zapote, anón, mango o corozo.
Palenqueras Foto:Luisa Piñeros
Después de la parada saludable, que puede ser en la plaza de los Coches o en la calle del Cabo, es bueno pensar en algo dulce y para eso el mejor lugar está frente a la entrada de la torre del Reloj en el portal de los Dulces. Entre palenqueras y pintorescos puestos ambulantes, vamos a encontrar cocadas de piña, coco, guayaba o maracuyá; alegrías, bolitas de tamarindo, mongo mongo, guandul y, obviamente, el arequipe. Una probadita a cada uno y estamos listos para lo más esperado del recorrido. Así que aprovechando la cercanía, si salimos por la puerta de la torre del Reloj, sobre la avenida Venezuela, nos vamos a encontrar con una de las esquinas más concurridas y famosas por su arepa e’ huevo. Para llegar solo hay que decir “Déjeme en el palito e’caucho” y sí, hay un arbolito que da la sombra a un kiosco que vende las más suculentas arepas de huevo con buen suero costeño y ají. Con cada bocado entendemos esa herencia africana que tenemos con los fritos, sin duda uno de los mejores inventos culinarios. Y para cerrar el recorrido que puede durar unas dos horas, cruzamos la avenida y enfrente tenemos el local El Popular Wicho, con su ceviche fresco para clausurar una mañana comelona, saboreando a pie, esa otra Cartagena más asequible al bolsillo del turista.
Las mejores panorámicas
El turno es para el pasado: el convento de la Popa y el fuerte de San Felipe de Barajas. Conviene salir muy temprano en la mañana, aunque igual, el sol caerá sin clemencia durante este recorrido. Así que debe llevar buenos tenis, bloqueador y mantenerse hidratado. No importa cuántas veces ha ido o si es la primera vez, visitar el convento de la Popa es una opción muy interesante y llena de mucho pasado, pues este complejo religioso data de 1607, cuando se levantó la primitiva capilla de madera y palma de la Orden de los Agustinos Recoletos. Allí los guías le contarán los pormenores y curiosidades de su historia, como la visita apostólica que hizo el papa Juan Pablo II cuando coronó canónicamente a la Virgen en 1986. También podrá irar en fotografías la dimensión de esta obra y su significado para la ciudad.
El Convento de la Popa es el punto más alto de Cartagena, por lo que tendrá buenas panorámicas. Foto:Adriana Garzón.
Es el punto más alto de Cartagena, así que disfrutará de las mejores y más completas panorámicas que pueda tener de la Heroica. Y, sin duda, es un lugar para tomarse muy buenas fotos con el fondo del mar Caribe.
El recorrido continúa hacia el fuerte de San Felipe de Barajas, Patrimonio de la Humanidad. Alístese para dar unos buenos pasos en ascenso por la colina de San Lázaro, en donde está ubicado, y así alcanzar las zonas más importantes del baluarte y las vistas más bellas desde este monumento. A lo largo de la historia, esta fortificación militar ha sido remodelada y restaurada y por eso se encuentra en muy buen estado y bien conservada. Los guías lo acompañarán para contarle el origen de este fortín construido por los españoles como símbolo de poder y supremacía, y las muchas batallas de los militares españoles contra ses e ingleses. Tómese su tiempo para visitar las baterías, las garitas, el aljibe, las plazuelas, las residencias y los túneles subterráneos que se conservan en este baluarte.
Llueva, truene o relampaguee, no olvide visitar las islas del Rosario. Y es que, literal, el día de esta visita, la fuerte lluvia acompañó nuestra navegación durante una hora para llegar a este paraíso. Y aun así, y aunque las nubes no dejaron que el sol se asomara, disfrutamos de las playas blancas y suaves del mar Caribe, de este archipiélago formado por 28 islas.
Archipiélago de las islas del Rosario. Foto:Manuel Pedraza. EL TIEMPO
Esta zona es parque nacional natural de Colombia, creado para proteger uno de los arrecifes coralinos más importantes del Caribe colombiano. Son muchas las opciones para visitar en este archipiélago. Nuestra visita fue al hotel San Pedro de Majagua, ubicado en Isla Grande, una propuesta ideal por su tranquilidad y belleza. El hotel ofrece pasadía (390.000 pesos) que incluye: transporte en lancha compartida, coctel de bienvenida, dos s al mar, áreas de vestidores y baños, almuerzo, servicio de una toalla y sillas asoleadoras. Un plan de playa, brisa y mar para desconectarse y descansar a sus anchas. Y recuerde: la mayor parte del año sale el sol en medio del cielo más azul.