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Entrevista
‘Es una frustración que la arquitectura que creamos tras la II Guerra Mundial esté fallando’
Henrik Urdal, director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, habló de los conflictos que vive el mundo y de los esfuerzos que muestran que no todo está perdido.
Desde 1999 Henrik Urdal ha trabajado en investigaciones sobre conflicto y paz, y desde 2017 dirige el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (Prio). Foto: Prio
En un mundo que parece cada vez más violento, con guerras en diversos países, Henrik Urdal, director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (Prio, por sus siglas en inglés), dice que no todo es tan negativo, pero que no se deben olvidar las lecciones del pasado. En entrevista con EL TIEMPO, Urdal también habló del rol de la democracia y el impacto de la inteligencia artificial en la paz.
En los últimos años hemos visto nuevos conflictos en Ucrania, Gaza o Etiopía, por nombrar algunos, ¿cree que el mundo seguirá en camino a ser cada vez más aterrador?
Ese incremento de los conflictos lo hemos observado en los últimos 10 años, y el año pasado se registró el más alto número de conflictos estatales desde 1946. Es difícil predecir el futuro, hay distintas razones por las que vemos un aumento ahora; por ejemplo, el incremento de la polarización entre los ejes ruso y chino y el eje occidental, por citar una, pero no todo se mueve en la dirección equivocada, también estamos viendo esfuerzos por salvaguardar los derechos humanos y civiles. Además, es importante mencionar que no todo pasa en Medio Oriente y Ucrania, pocos saben que el mayor conflicto en los últimos tres años fue en Etiopía, en la región del Tigré, la estimación conservadora es que casi 300.000 personas fueron asesinadas. Es alarmante que estemos tan preocupados con lo que pasa en Gaza y Ucrania y a esos otros países que enfrentan situaciones severas el mundo no se les preste atención.
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Tigray sacan agua de un tanque en el centro de tránsito de Village Eight cerca de la frontera con Etiopía en Gedaref, en el este de Sudán, el 2 de diciembre de 2020. Foto:Yasuyoshi Chiba - AFP
Dice que no todo es negativo, ¿cuáles son los aspectos que destacaría?
Aunque tenemos la impresión de que hay guerra en todas partes, ese no es el caso, la mayoría de los países no tienen guerra en su territorio y, aunque el número de conflictos ha aumentado, los países que experimentan conflictos en su territorio han disminuido un poco.
Aunque tenemos la impresión de que hay guerra en todas partes, ese no es el caso, la mayoría de los países no tienen guerra en su territorio y, aunque el número de conflictos ha aumentado, los países que experimentan conflictos en su territorio han disminuido un poco.
Hay que tener en mente que, si retrocedemos algunas décadas, el número de personas asesinadas en conflictos era mucho mayor que hoy en día: entre 1950 y finales de 1970 millones de personas fueron asesinadas en guerras, así que, bajo una perspectiva histórica más larga, no es que las cosas sean peores ahora, aunque sí hay graves preocupaciones.
En 2023, según un informe del Prio, se registraron la mayor cantidad de conflictos estatales desde 1946, eso es un año después del fin de la II Guerra Mundial, ¿el mundo no aprendió su lección de las guerras del siglo pasado?
Lamentablemente, esas lecciones se olvidan fácilmente, e incluso en los sistemas políticos actuales vemos el surgimiento de fuerzas antidemocráticas en países de América Latina, Norteamérica y Europa. Es un recordatorio de que no podemos dar por sentadas estas victorias, olvidamos que somos privilegiados de vivir en sociedades democráticas y pacíficas, que necesitan apoyo para continuar, creo que esa es una nueva lección que debemos aprender.
El año pasado, América fue la región con más conflictos no estatales, ¿cuál es su lectura de lo que pasa en esta región?
Vemos un desafío para el poder del Estado en muchos países latinoamericanos que no son completamente capaces de controlar su propio territorio, y hay grupos criminales que de facto controlan zonas geográficas. Aunque esos conflictos no necesariamente representan amenazas fundamentales para derrocar gobiernos, pueden debilitar significativamente a los Estados y ser obstáculos para el desarrollo económico, social y político.
¿Cree que hay un doble estándar en la manera en la que el mundo trata algunos conflictos, por ejemplo Gaza y Ucrania?
Unos niños transportan bidones para abastecerse de agua mientras caminan entre montones de escombros cerca de una escuela dañada en Jan Yunis, Gaza. Foto:AFP
Es algo sobre lo que hay mucho debate. Si estamos diciendo que Rusia está violando leyes internacionales al intervenir en Ucrania, ¿por qué no usamos los mismos estándares al hablar de los ataques de Israel sobre población civil en Gaza? Tratar a todos por igual es esencial para un entendimiento global sobre la aplicación de las reglas internacionales. Por supuesto, estos son dos conflictos muy distintos y es importante decir que Israel tiene derecho a defenderse y el ataque terrorista que vivieron fue horroroso, pero creo que debemos cuestionar a Israel porque existe una enorme asimetría de poder y no hay capacidad de respuesta.
Y en cuanto a lo que pasa en otros países, no creo que necesariamente sea una cuestión de doble rasero, sino de cobertura, las poblaciones civiles de esas zonas no están recibiendo el cubrimiento y, por lo tanto, la asistencia que necesitan.
Organizaciones como la ONU, la Corte Penal Internacional (I) o la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fueron creadas tras las guerras del siglo pasado para evitar la repetición de esos eventos, pero no han podido frenar lo que vive el mundo ahora, ¿por qué?
Es una gran frustración que la arquitectura que creamos después de la II Guerra Mundial esté fallando, pero hoy en día no estamos en un periodo único en la historia, la ONU ha existido desde 1945 y grandes atrocidades han ocurrido desde entonces. Tuvimos un periodo después del final de la Guerra Fría en el cual vimos un aumento de la colaboración entre naciones, una muestra de que es posible llegar a acuerdos, pero ha habido altos índices de conflictos y muertes tanto antes como después de ese periodo relativamente pacífico. Ahora estamos en esta situación de tensiones y el sistema de la ONU no ha funcionado, tenemos un Consejo de Seguridad que claramente no funciona.
Frente a la I, es importante señalar que ha sido reconocida como un organismo que persigue crímenes contra la humanidad y judicializa a persona en todas las regiones donde hay conflictos, no solo en países africanos remotos, también vemos órdenes de arresto contra dirigentes rusos e israelíes.
Y sobre la CIJ, este es un mecanismo creado para resolver pacíficamente conflictos de intereses entre Estados, hay numerosos casos en los cuales han podido lograrlo pero no se la puede culparla por situaciones en las que hay Estados que no quieren seguir las reglas.
Consejo de Seguridad de la ONU. Foto:ONU
¿Cuál diría que es el rol de la democracia y de las elecciones libres en la paz?
Tener la posibilidad de resolver los desacuerdos pacíficamente través de elecciones es absolutamente esencial para la estabilidad y la paz.
Tener la posibilidad de resolver los desacuerdos pacíficamente través de elecciones es absolutamente esencial para la estabilidad y la paz. Por supuesto, puede haber Estados autocráticos como Corea del Norte que sean estables, pero hay una gran diferencia en cuanto al componente de derechos humanos y calidad de vida. También hay otros factores que deben estar presentes, como tener en cuenta los derechos de las minorías y los intereses regionales, generacionales, étnicos o religiosos. En mi opinión, la democracia es una precondición para una estabilidad a largo plazo y las elecciones son uno de los aspectos más importantes de la democracia, y sin observadores electorales, me preocupa que las democracias puedan marchitarse.
Esta semana se entregó el Premio Nobel de Paz, ¿cuál es el rol de un premio como este en un mundo que parece sumido en la violencia?
Precisamente porque todos tenemos esta sensación de que el conflicto está aumentando necesitamos pensar en que podemos construir sociedades pacíficas. Creo que el premio tiene múltiples propósitos: el primero, darle a la gente esperanza al mostrar todos los buenos esfuerzos de quienes exponen su vida para luchar por los derechos humanos, y a quienes lo reciben les abre puertas para seguir trabajando. El premio no es una fórmula mágica, pero es un reconocimiento importante al trabajo de los defensores de derechos humanos, les ayuda a recibir atención y eso significa que su causa está siendo vista.
La inteligencia artificial (IA) concentra la atención de empresas y gobiernos, ¿también impacta la paz, es una oportunidad o una amenaza?
La respuesta corta es que es ambas. Es una gran amenaza si pensamos en armas autónomas, el desarrollo de la IA significa que estamos de repente más cerca de tener sistemas de armas con menos interacción humana y me preocupa que eso pase sin que haya ningún acuerdo o regulación internacional al respecto. Pero también hay aspectos de la IA que son útiles para mejorar la atención a víctimas de la guerra. Toda la tecnología que se puede utilizar para el mal también se puede utilizar para el bien y creo que el uso de la IA en las iniciativas humanitarias puede ser muy importante.
Es común pensar que la paz es la ausencia de violencia directa, pero ¿es eso suficiente?
Podemos estar de acuerdo en que hay algunas sociedades que no tienen violencia personal pero son extremadamente represivas, ¿es Corea del Norte una sociedad pacífica? Creo que la mayoría estará de acuerdo en que no hay paz porque hay una falta fundamental de derechos humanos. Teniendo esta comprensión más amplia de lo que implica la paz, entendemos que la ausencia de conflicto no es suficiente.
De otra parte, hay Estados que son capaces de reducir la violencia significativamente, ya sea política o criminal, y que viven en relativa paz por periodos de tiempo, por ejemplo, Noruega, pese a que tuvimos un grave ataque terrorista en 2011. Es decir, ningún país es inmune, pero eso no significa que no haya también periodos de relativa paz que debemos reconocer.
Investigamos las condiciones para promover la paz, pero aprovechando los avances tecnológicos para recabar más datos, hacer análisis más sofisticados y mejorar las herramientas disponibles para informar a los responsables de formular políticas sobre lo que funciona y lo que no funciona. Sin embargo, los conocimientos que se obtienen de la investigación son útiles hasta un punto, pero depende de los Estados tener voluntad política para implementarlos.
Si la investigación sobre paz le ha mostrado al mundo mejores caminos, ¿por qué no se aplican?
El desafío general de la ciencia con los gobiernos es que la lógica política no siempre está en sincronía con la lógica de la investigación. Solo podemos esperar que al investigar estemos empoderando a los políticos con este conocimiento, y con suerte, eso significará que harán más cosas buenas que malas, pero no hay garantías.
Con todos los desafíos de los que hemos hablado, ¿tiene esperanza en que haya un futuro mejor?
Todas las guerras llegan a su fin, la cuestión es cómo mejorar nuestra capacidad para encontrar soluciones útiles
Sí. Aunque estamos en un momento en el cual sentimos que el mundo es más peligroso, lo cierto es que hay cosas que han mejorado. Tomemos el caso de Colombia: obviamente, no hay una paz completa, pero las cosas son diferentes a los años más intensos del conflicto. Lo mismo si pensamos en China durante la guerra civil, o si recordamos las guerras de Corea, Vietnam, Irán, Irak, entre otras. Así que todas las guerras llegan a su fin, la cuestión es cómo mejorar nuestra capacidad para encontrar soluciones útiles. Aunque no sean perfectas, es importante que desarrollemos instituciones que puedan ayudar a que prevalezcan la paz y los derechos humanos. No soy ingenuamente optimista, pero creo que debemos reconocer las victorias y ser moderadamente optimistas, tenemos que pensar que es posible cambiar el mundo y la historia nos ha demostrado que lo es.