Hace un par de semanas, mi gran amiga Cristina Vélez, en medio de una conversación, me decía: "¿En qué momento pasamos de ser jóvenes promesas a talento senior?". Las risas nos acompañaron toda esa noche, mientras reflexionábamos sobre las canas, las arrugas, la piel que sobra y las ideas que se fueron puliendo con los años. La frase que llenó el espacio de risas se quedó en mi conciencia y me ha dado vueltas en la mente desde ese día: me ha generado conversaciones internas e incómodas sobre lo que significa ser joven promesa y la responsabilidad que tenemos como talento senior con esas promesas.
Mi reflexión me ha llevado a dos grandes conclusiones que quisiera compartir con ustedes hoy. La primera es que todos los jóvenes son grandes promesas. La segunda, que la única forma de materializar esa promesa en grandes acciones es nutriendo y propiciando espacios donde podamos conversar entre diferentes generaciones sobre nuestros aciertos, nuestros errores y las herramientas que existen para lograr transformaciones que propicien mejores sociedades.
Espacios como la Cumbre crean plataformas para el cambio y son un símbolo de esperanza, así como un llamado a la acción.
Estando en mi reflexión, me llamó la gran Karen Carvajalino y me dijo: "Cata, te nominé como host del evento de la Cumbre de Women In Connection. Es el próximo 8 de mayo en el Gimnasio Moderno de Bogotá. La cumbre será el escenario de un evento trascendental, un foro dedicado a discutir temas cruciales como la equidad, el bienestar y los estereotipos". Obviamente, le dije que sí; la razón es que la cumbre era el espacio que respondía a mi pregunta sobre la responsabilidad que tenemos los adultos con las jóvenes promesas.
En la Carrera por la Equidad, conversaremos con cerca de 1.000 jóvenes. Con quienes, de manera física o virtual, nos cuestionaremos sobre los roles de género, las dificultades de crecer en un mundo dividido y cómo los referentes son inspiraciones que nos llevan a creer que es posible. En el espacio, contaremos con profesionales de diferentes sectores que enriquecerán la conversación. Compartirán sus conocimientos y experiencias sobre cómo están cambiando las reglas y construyendo un futuro más equitativo.
Nuestro rol como adultos responsables, cargados de sueños cumplidos, es lograr establecer esos caminos de comunicación con los jóvenes promesas. Escucharlos y, juntos, trazar nuevas metas por alcanzar. Espacios como la Cumbre crean plataformas para el cambio y son un símbolo de esperanza, así como un llamado a la acción.
*Employee Engagement Leader de Microsoft