De acuerdo con los manuales Merck de diagnóstico y terapia, la demencia es el deterioro crónico, global y habitualmente irreversible de la capacidad cognitiva. La demencia afecta principalmente la memoria y es provocada en forma típica por cambios anatómicos en el encéfalo, tiene un inicio más lento y, usualmente, es irreversible.
Las demencias pueden clasificarse de varias formas: de tipo Alzheimer o no Alzheimer, corticales o subcorticales, irreversibles o potencialmente reversibles, entre otras. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista JAMA postula que la velocidad con la que caminamos puede ser un signo de alerta de esta enfermedad.
La nueva investigación hizo el seguimiento de un grupo de estadounidenses mayores de 65 años y de australianos mayores de 70 durante siete años. Cada dos años, los participantes en la investigación debían realizar pruebas que medían el deterioro cognitivo en general, la memoria, la velocidad de procesamiento y la fluidez verbal.
Dos veces cada par de años, los participantes también debían caminar 3 metros. Los dos resultados se promediaron para determinar la velocidad típica de caminata de la persona.
Al terminar el estudio, los investigadores descubrieron que el mayor riesgo de demencia correspondía a las personas que caminaban más lento y que también mostraban algunos signos de deterioro cognitivo
El doctor Joe Verghese,profesor de geriatría y neurología del Colegio de Medicina Albert Einstein del Bronx, escribió en un editorial adjunto al estudio que "las personas que sufrían una disminución doble en la caminata tenían un mayor riesgo de demencia que los que solo padecían un declive cognitivo o del ritmo al caminar".
Sin embargo, a pesar de estos hallazgos el análisis no es concluyente, puesto que más allá de que la muestra es relativamente pequeña, "la disfunción de la caminata no se ha considerado una característica clínica temprana en los pacientes con enfermedad de Alzhéimer", explicó también Verghese.
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