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Ansiedad, miedo y emociones que experimentan los perros cuando son abandonados
Por su naturaleza gregaria, los perros tienden a generar vínculos muy fuertes con su grupo.
Lleve a su perro constantemente al veterinario. Foto: iStock
En Bogotá se estima que hay 66.467 perros que deambulan por las calles, es decir que hay 165 caninos abandonados por kilómetro cuadrado.
Esta es una de las conclusiones del estudio ‘Estimativo de la abundancia y densidad poblacional de perros en Bogotá’, que hicieron el año pasado el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca, la Secretaría de Gobierno y las alcaldías locales.
El triste panorama de la capital es común en el resto del país.
La Fundación Affinity señala que entre los factores más frecuentes para abandonar a una mascota son las camadas no deseadas, el comportamiento problemático del animal, factores económicos, la pérdida de interés por el animal y los cambios de domicilio.
Aunque para muchos sea inimaginable dejar a su mascota bajo cualquiera de estas circunstancias, todavía hay personas que optan por romper el vínculo y abandonar a su perro.
El animal fue amarrado a un puente en Santander. Foto:Istock
El veterinario Guillermo Rico explica que, por ser gregarios, los perros tienden a generar unos vínculos muy fuertes con su grupo familiar en donde siempre encuentran un líder al que seguir y respetar.
“Cuando una persona falta, claramente el animal va a notar su ausencia", señala.
Reitera la etóloga Alaguna Cruz que los animales son seres sintientes, que tienen capacidad de sentir tanto dolor como reacciones físicas de acuerdo con su entorno.
“Especialmente los perros y los gatos tienen sistema nervioso central y la capacidad de percibir y sentir emociones como dolor, miedo, ansiedad. Esto está más que demostrado por la ciencia”, asegura.
Adicionalmente, explica que los animales tienen un grado de conciencia (posiblemente más bajo que el de los humanos) que hace posible que puedan percibir ciertas cosas de manera similar a como lo hacen las personas.
"Hay estudios a nivel de neurociencia y de etología de comportamiento, que revelan que cuando los animales tienen ese tipo de emociones se activan las mismas zonas del cerebro que se activan en los humanos", agrega.
Hay estudios a nivel de neurociencia y de etología de comportamiento, que revelan que cuando los animales tienen ese tipo de emociones se activan las mismas zonas del cerebro que en los humanos
Y ante el abandono, el animal puede entrar en depresión, sentir estrés y angustia, lo que se traduce en dejar de comer o perder energía.
Sumado a esto, el entorno y la rutina del perro cambian drásticamente. En las calles se enfrentan a un mundo hostil, en el que pueden pasar hambre, frío y ser lastimados por otros animales o humanos.
Ese estrés, al que no estaban acostumbrados si crecieron en un hogar, los hace más vulnerables a todo tipo de enfermedades.
Además de las consecuencias evidentes del abandono, un estudio realizado por académicos de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, señala que aquellos perros suelen ser pesimistas.
Dicha ansiedad suelen traducirse en ladridos, destrucción de objetos y en hacer sus necesidades donde no deben. Comportamientos que solo generan más razones para descartar al animal, lo que alimenta el círculo vicioso del abandono.