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Mujer Cafam 2023: la psicóloga a la que un viaje a la India le cambió la vida
María Paula Ávila, directora de la Fundación Prema, fue reconocida como Mujer Cafam 2023.
Directora de Ilusiones, ese es el cargo de María Paula Ávila Osorio, la ganadora de la 34.ª edición del Premio Cafam a la Mujer. Esa es su función dentro de la Fundación Prema, un proyecto en el que trabaja desde hace 18 años para que a través del juego –en los centros lúdicos que ha consolidado en varias ciudades del país– los niños, niñas y adolescentes, y sus familias, se formen en valores como el amor, la verdad, la rectitud, la paz y la no violencia.
Una iniciativa que, aunque nació por fuera de los ambientes médicos, encontró en lugares como el hospital infantil Los Ángeles de Pasto y la Fundación Cardioinfantil en Bogotá un gran potencial para apoyar la rehabilitación de menores hospitalizados que atraviesan por tratamientos de enfermedades como cáncer.
En entrevista con EL TIEMPO, la bogotana compartió la historia de cómo un viaje a la India le cambió el rumbo a su vida y la convirtió de una psicóloga que trabajaba en mercadeo en el sector automotor a una líder, que junto a una gran red de apoyo –siempre hace un especial énfasis en que en todo este camino no ha estado sola– ha consolidado una fundación que impacta la vida de 20.000 niños y niñas colombianos.
¿Qué son los centros lúdicos, razón de ser de su fundación?
Los centros lúdicos son la excusa para que pongamos en práctica los valores. Son lugares donde niños, y espero que próximamente también los adultos, nos divirtamos, porque cuando lo hacemos aprendemos más. Aquí aprendemos valores como el amor, la verdad, rectitud, paz y no violencia y cada uno tiene una técnica que se pone en escena dentro de estos centros.
En las instituciones hospitalarias tenemos una misión especial y es que los niños dejen de ser pacientes y vuelvan a ser niños. Para hacerlo, trabajamos no solamente con ellos, sino con los adultos que están alrededor. En educación siempre se habla de un triángulo donde están el niño, el maestro y los papás. En este caso, tendría que hablar como de un pentágono, donde están el niño, el maestro, los papás, los médicos y el personal istrativo que los acompañan mientras viven dentro de estas instituciones.
¿Cómo era su vida antes de Prema?
Estudié psicología, me encantaba la psicología del consumidor y trabajé durante un tiempo en el área de mercadeo, en el sector automotor. Hoy pienso que fue para mí un fundamento importante para construir las formas en las que conseguimos recursos para la educación de nuestra fundación.
Pero tuve la fortuna de conocer el Programa de Educación en Valores Humanos en un viaje a la India y a partir de ese momento supe que eso era lo que quería hacer. Estudié acompañada de unas personas muy inspiradoras y volví con la convicción de que el centro lúdico era la forma de hacerlo porque inclusive los adultos también aprendemos más divirtiéndonos, por qué no hacerlo para los niños.
Dentro del trabajo que adelantan con los niños, ¿qué historia destacaría como la más gratificante?
La historia de Vivian, una mujer que tuvo a su hijo hospitalizado por primera vez a los ocho meses. Emanuel tiene hoy nueve años, sigue siendo paciente, tuvo un trasplante de hígado y todavía no hay certezas. Pero en ese camino Vivian, como mamá, para manejar todo ese proceso se metió a estudiar clown y empezó a hacerlo con las mamás que iban al hospital con ella.
Hoy es la responsable de nuestro centro lúdico con la Fundación Cardioinfantil y Emanuel es uno de los principales maestros del programa de Gestión Emocional. Es una de esas historias que me inspiran, cuando ves a una mamá que transita, vive y sigue viviendo una situación como esa y se pone al servicio desde allí hacia los demás.
¿Hay alguna anécdota que destaque como particularmente dolorosa?
En el Hospital Infantil de Los Ángeles de Pasto existen muchas historias difíciles, pero creo que mi principal aprendizaje de las historias difíciles tiene que ver con las tres ‘s’ que adopte de un maestro en Costa Rica, que dice sentir, soltar y sonreír. Alguna vez disfrazamos unos niños y fue superbonito porque creían que hablaban los personajes y no ellos.
Una vez uno de esos niños dijo: “Estoy listo para morirme, pero no lo hago porque mi papá y mi mamá están sufriendo mucho”. Primera ‘s’ es sentir, es el primer momento en que papá y mamá se dan cuenta de que su hijo está listo para irse, pero ellos no. Y soltar es ese acompañamiento que les debemos dar en un promedio de ocho meses a aquellos niños que tienen largas estaciones hospitalarias, y sonreír es el objetivo, sin importar cuál sea el resultado.
Entonces, también me ha transformado la forma de mirar esos desenlaces que no tienen un final feliz como los que generalmente queremos, pero es un final. Creo que nuestra salud debe reconocerse, no con este ideal de felicidad. Si yo espero que todos terminemos con un final feliz, la realidad muchas veces no lo es.
¿Qué representa para usted haber ganado el premio a la Mujer Cafam 2023?
Ganármelo es un honor. Compartí con mujeres reales que me inspiran a ser aún más auténtica, en lugar de ser perfecta como es el ideal de la felicidad que nos venden.