Junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús: datos de la celebración

Anualmente, la religión católica celebra el mes del Sagrado Corazón de Jesús, una devoción cristiana dedicada a honrar el amor y misericordia de Jesucristo para la humanidad.

El portal religioso ‘Gaudium Press’ indica que el mes de junio es uno de los meses más importantes del año para el cristianismo, puesto que el mes está dedicado a honrar a Jesucristo y durante el transcurso del mismo hay varias celebraciones como, día del Corpus Christi, que será el ocho de junio y el 16 de junio se celebrará el día del Sagrado Corazón de Jesús.

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La celebración al Sagrado Corazón de Jesús tiene raíces en la tradición del catolicismo y ha promovido esta costumbre, ha estado presente en la religión por varios siglos, pues simboliza el amor incondicional y disposición de Jesucristo de entregar su vida para salvar a la humanidad.

El portal ‘Vatican News’ dice que durante la celebración, los fieles participan en la Santa Misa y realizan varios actos de devoción, como la consagración al Sagrado Corazón y la adoración eucarística.

También la página web ‘Catholic.net’ indica que esta celebración se lleva a cabo el viernes después del segundo domingo después de Pentecostés.

"Yo, __________, me doy y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y mi vida, mis oraciones, penas y sufrimientos, para no querer servirme de ninguna parte de mi ser, sino para honrarlo, amarlo y glorificarlo. Es mi voluntad irrevocable ser toda de Él y hacer todo por su amor, renunciando de todo corazón a todo lo que pueda disgustarle.

Yo os tomo, pues, Oh Sagrado Corazón, por el único objeto de mi amor, el protector de mi vida, la seguridad de mi salvación, el remedio de mi fragilidad y de mi inconstancia, el reparador de todos los defectos de mi vida, y mi asilo en la hora de mi muerte.

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Sed, por tanto, ¡Oh Corazón de bondad! Mi justificación para con Dios vuestro Padre, y alejad de mí los rayos de su justa cólera. ¡Oh Corazón de amor! Yo pongo toda mi confianza en vos, pues todo lo temo de mi malicia y de mi debilidad, pero todo espero de vuestra bondad. ¡Extinguido, pues en mí todo lo que os pueda desagradar o resistir! Que vuestro puro amor os imprima con tanta presteza en mi corazón que no pueda jamás olvidaros, ni estar separada de vos, a quien conjuro, por todas vuestras bondades, que mi nombre sea escrito en vos, pues yo quiero hacer construir mi gloria en vivir y morir en calidad de esclava vuestra. Amén".

ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO