A la hora de consumir verduras de hojas verdes nos encontramos con que existe mucha variedad en el mercado. Entre las más comunes, la acelga y la espinaca. Ambas tienen propiedades milenarias y vitaminas sumamente importantes para la salud.
Estas dos verduras tienen orígenes diferentes, pero pertenecen a la misma familia amaranthaceae, un complejo de varias hierbas, subarbustos y árboles que la conforman.
Características de la acelga y la espinaca
Ambas son dos plantas que son utilizadas en diferentes acompañantes a la hora de comer. Su color, textura y sabor son totalmente similares. Sin embargo, los beneficios y algunas características cambian. Aquí le contamos algunos detalles que no conocía.
La acelga es una planta con grandes hojas verdes. Es una buena acompañante de varios alimentos como las carnes, pescados y pollos.
Originaria de Europa y norte de África, las propiedades de esta son muchas. Según el sitio especializado en hortalizas 'Huerto', la acelga contiene vitaminas A, B1, B3, B5, C, E, K, calcio, potasio, sodio, magnesio, hierro y fósforo.
El color se caracteriza por su tallo blanco y sus hojas verdes que son grandes y brillantes. También, los beneficios que tiene son varios: ayuda a mantener la presión arterial saludable, beneficia a los riñones y fortalece el sistema óseo.
Estas hortalizas son muy ricas en fibra y contienen varias vitaminas. Foto:iStock
La espinaca es una planta anual de la familia de las amaranthaceae. Es cultivada como una hoja comestible y originaria del sudeste asiático. Se puede consumir fresca, cocida o frita.
Este vegetal contiene vitaminas A, B1, B2, C, K, hierro, calcio, fósforo, ácido fólico, zinc y magnesio. De acuerdo con el sitio citado anteriormente, el aporte energético de la espina funciona para combatir la anemia, previene daños digestivos y mantiene la buena función cerebral.
El color se caracteriza por su intenso tallo y hoja verde ovalada de aspecto rugoso.
Se recomienda no guardar la espinaca estando mojada o húmeda. Foto:iStock
Ambas contienen una gran fuente de vitaminas y probióticos, su diferencia radica en que la espinaca tiene ácido fólico, un complejo mayor para producir células nuevas, según el CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades).
Según María del Carmen Moreu, farmacéutica en tecnología de los alimentos, diplomada en nutrición, el contenido de grasa de la espinaca es muy bajo, aproximadamente de 0,3 - 0,65 g por 100 g. En cuanto a su proteína tampoco es muy alto, pues es de 2,5 g por 100 g de parte comestible.
Por su parte, la acelga tiene de grasa 0,20 g por cada 100 g y su proteína aporta 1,88 g por cada 100 g comestible.
Ambas tienen diferentes características, aunque su parecido sea igual. Foto:iStock
Es decir que la diferencia de estás depende mucho de su valor nutricional , a la hora de hacer una dieta, puesto que algunas tienen mayores beneficios reductores. No obstante, si quiere utilizar estas plantas con fines medicinales, siempre es importante que consulte con su médico cabecera o nutricionista especializado en el tema.
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