El trágico momento que atraviesa deportista luego de ser robado y lanzado del puente de la 153 en Bogotá

Felipe Robles acababa de vivir una de sus mayores emociones futboleras de este año, ver a Argentina clasificar a semifinales de la Copa América, pero nunca pensó que esa misma noche la vida le iba a cambiar por completo.

Felipe Robles, un joven deportista de 26 años, regresaba a su hogar en el norte de Bogotá, luego de haber celebrado la victoria de Argentina ante Ecuador en la casa de un amigo. 

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El joven subía el puente vehicular de la 153 con Autopista Norte a gran velocidad en su patineta eléctrica. En el punto más alto del tramo fue interceptado por unos sujetos que iban en taxi. Minutos después fue encontrado en el pavimento de la calzada de TransMilenio, al parecer, cayó desde más de 20 metros de altura luego de que le hubiesen robado todas sus pertenencias, inclusive, el vehículo de dos ruedas en el que se transportaba.

'Podba', como le decían sus amigos por su estilo de juego en el fútbol, ha sido una persona dedicada en un 100 por ciento al deporte. “es un tipo alegre, diferente, muy aferrado a la palabra de Dios”, comenta Javier, el suegro de Felipe.

El joven jugaba todos los días al fútbol, era su mayor pasión. Pero también era hábil para otros deportes, como el tenis o el baloncesto. Su gran estatura de 1.85 metros le permitía tener agilidad para ser de los mejores en todo lo que practicaba.

Cuando se fue para Estados Unidos a cumplir su sueño como futbolista, una lesión le impidió seguir persistiendo de ser un profesional en el deporte. Entonces, estudió educación física en ese país, era ‘coach’ de un equipo de fútbol y vivía sus días con amigos que se llegaron a convertir en familia.

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Pero a finales de abril de este año llegó nuevamente a Colombia porque había conseguido un nuevo trabajo como profesor de inglés, el cual iba a empezar en agosto. Aquí estaba solo, por lo menos sin la compañía de sus padres ni de su hermano, pues ellos se quedaron como exiliados políticos en Estados Unidos.

Un celador que cuidaba la máquina de una obra en la vía fue quien se dio cuenta de la caída del joven desde el puente. Desde lo lejos llamó inmediatamente a la policía, quien lo transportó a la UCI del hospital Simón Bolívar. En ese momento la familia no sabía nada de él.

A las 6:00 de la tarde del siguiente día, el personal de seguridad del conjunto residencial donde Felipe vive le reportó a la familia de su novia que el joven que nunca había llegado. Entonces comenzaron una ardua búsqueda para encontrarlo. 

Hasta el otro día, en horas de la tarde, fue cuando la familia de su novia tuvo noticias sobre su paradero, “supimos que estaba en el hospital Simón Bolívar y corrimos hasta allá, fue un milagro que estuviera vivo”, comenta el suegro del joven.

Felipe pasó 10 días en coma desde que llegó el 5 de julio en la madrugada. El pasado sábado despertó confuso, asustado y desconcertado. “Lo han estado medicando para que vaya despertando poco a poco”, comenta Javier.

Tras la caída, Felipe tiene la cara desfigurada. “Tiene la mandíbula destruida, le van a hacer una cirugía para reconstruirla con el pómulo, también intervinieron su pulmón, porque se le alcanzó a estallar”.

Desde que se despertó Felipe del coma ha intentado comunicarle a su familia cómo se siente. No puede hablar, por lo que recurre a un tablero y con dificultad logra escribir los mensajes. Allí anotó “dos tipos en el puente me atracaron, me robaron el celular y me tiraron”.

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El primer reporte que recibió la familia fue por parte de la ambulancia, que dijeron que se había tratado de un suicidio. Pero el médico del hospital después les confirmó que no había sido así.

En el sector solo había una cámara de vigilancia que registró parte del hecho. El dispositivo era giratorio, por lo que, según la versión del suegro de Felipe, solo se ve cuando los individuos suben la patineta a un taxi.

El drama sigue cuando la familia tuvo que acudir tres veces a la estación de policía para que les ayudaran con la denuncia. Luego de tramitar unos oficios y otros protocolos, tuvieron que consultar a una abogada para que ayudara con la denuncia ante la Fiscalía, ya que tenía que aportar el historial médico, entre otras cosas.

Hasta el momento Felipe sigue en cuidados intensivos esperando que le programen las cirugías que tiene por delante.

Finalmente, Felipe se convirtió en otra víctima del hurto en las calles bogotanas que nunca pensó que le fuese a pasar este fatídico hecho en su patineta eléctrica que montaba desde hace años.

Según el análisis de datos de Siedco, por la Secretaría de Salud, hubo 700 casos de hurto en el mes de junio. La mitad con respecto al mismo mes en el 2023, que fueron 1.400. 

Con respecto a mayo, el hurto también disminuyó en gran medida, pues en el mes anterior hubo 1.090 casos reportados de hurto. 

Por otro lado, el mayor volumen de casos de hurto reportados en esta localidad, se presentan en la madrugada del viernes, sábado y domingo, con 36, 46 y 44 respectivamente. Así como le sucedió a Felipe Robles. 

Por otro lado, los casos de lesiones personales en esta localidad presentaron su pico más alto en el mes de junio, con 164 casos registrados. Pero disminuyó un 9,7 por ciento con respecto al mismo mes del 2023.