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Entrevista
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‘La seguridad del territorio no puede depender de treguas entre grupos armados; ahí tiene que estar el Estado’
- Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU, habló con EL TIEMPO.
- Insiste en que se prioricen los procesos en los grupos armados demuestren voluntad de paz.
Carlos Ruiz Massieu, representante del secretario general de Naciones Unidas, habló sobre la política de 'paz total' del Gobierno. Foto: Sergio Acero. EL TIEMPO
El próximo 22 de abril, Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, se plantará frente a los 15 del Consejo de Seguridad del organismo para presentar el informe trimestral sobre la paz en Colombia, documento que fue publicado la semana pasada y que indica que el secretario general António Guterres hace un llamado en el documento a “optimizar” las políticas de seguridad y defensa centradas en la protección de las comunidades, las iniciativas de paz en curso y las estrategias contra las economías ilícitas. En diálogo con EL TIEMPO, el representante del organismo en nuestro país ofrece un balance de la política de ‘paz total’ y subraya la urgencia de que los acuerdos beneficien directamente a las comunidades.
Es el tercer año de la aplicación de la ‘paz total’ y de implementación del acuerdo de paz de este Gobierno. ¿Cuál es el balance general de la Misión en términos humanitarios y de orden público?
Bueno, los balances, y en esta ocasión creo que el informe así lo intenta, se hacen desde varias perspectivas. En primer lugar, tratamos de rescatar en el informe el papel del Acuerdo de Paz de 2016, en un sentido más amplio y cronológico dentro de la historia de Colombia. Es importante ver la diferencia entre la Colombia de los años más duros del conflicto y la Colombia posterior a 2016. Ahí, obviamente, los indicadores de seguridad y de reducción de violencia son importantes. Luego, analizamos el periodo de 2016 a la fecha, que comprende tres gobiernos con distintas prioridades y niveles de implementación. El balance general es positivo, aunque se reconocen las áreas que más han avanzado y las que están más rezagadas. Por último, el informe cubre específicamente un periodo de tres meses. En ese trimestre también reportamos los avances y las preocupaciones. Por ejemplo, en temas de seguridad, ha habido un número muy alto de firmantes del acuerdo asesinados, especialmente en Norte de Santander, como consecuencia de la situación en el Catatumbo.
Crisis en el Catatumbo, Norte de Santander, deja más de 50.000 desplazados. Foto:Andrés Carvajal
Ya pensando en la istración del presidente Gustavo Petro, lo que siempre hemos destacado es nuestra comprensión y coincidencia en el diagnóstico que hacen respecto a cómo el país que recibe es uno con actores armados más fragmentados, con inseguridad en los territorios derivada de estos actores y por virtud de temas estructurales como la no presencia estatal o por una presencia limitada estatal, y las economías ilícitas. La ‘paz total’ entonces entra derivada de un diagnóstico correcto en cuanto a tener que lidiar con esos actores para dos cosas.
Una es implementar el acuerdo de paz en esas condiciones y, al mismo tiempo, ampliar la consolidación de la paz en territorios donde están estos actores. Eso como diagnóstico. Ya en la ejecución, y ahí es lo que ilustra el informe, es que consideramos que la ‘paz total’ no ha tenido los resultados que se esperaban, es decir, los resultados concretos de los diferentes espacios de diálogo no han estado todavía donde se esperaban, y también la urgencia de que, primero, haya resultados, pero también que haya resultados orientados a beneficiar a las comunidades en temas de seguridad y en temas de conductas por parte de los grupos armados, que han sido muy duros con las propias comunidades.
Por eso, la recomendación de priorizar aquellos espacios de diálogo que puedan producir resultados y que puedan negociarse o acordarse beneficios concretos para las comunidades. Un tema importante es, por ejemplo, que el informe va del 26 de diciembre al 26 de marzo, y aquí hay un tema relevante, que es el de Comuneros del Sur: el tema de la destrucción de material de guerra, que fue posterior al informe, pero que creo que es importante. Creo que es un resultado que hay que reconocer y ojalá eso se multiplique y se pueda conseguir, porque cuando un arma o artefacto de guerra puede eliminarse, es un beneficio concreto. Hubo otros hechos relevantes, como la culminación de otras rondas de diálogo, como la del jueves con la CNEB (Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano), y hay algunas medidas que se adoptaron ahí que, más allá de que es importante que se acuerden, lo fundamental es que se lleven a cabo y se materialicen. Por ejemplo, las medidas acordadas para que no se recluten menores, y que eso tenga verificación. Creo que eso es importante para el país y para los territorios.
Cuando el Secretario General habla de ajustes en la ‘paz total’, ¿a qué se refiere específicamente?
Actualmente hay nueve mesas de negociación o diálogo con distintos grupos. La istración del presidente Petro tiene 16 meses por delante y tiene diferentes experiencias en las diferentes mesas en cuanto a la voluntad real de paz de los grupos, en cuanto a la posibilidad de tener resultados concretos respecto a los diferentes espacios, y este tema que mencionaba, que es la urgente necesidad de que las medidas que se adopten beneficien a las comunidades.
El Consejo de Seguridad se reúne cada tres meses para conocer avances y rezagos del proceso de paz. Foto:ONU
Uno sabe que el fin último de los diálogos es precisamente terminar con todas las conductas contrarias a la ley, contrarias al DIH. Pero, al pasar del tiempo, realmente se requiere que, más allá de los acuerdos puntuales de diferente índole que se van acordando, haya más beneficios directos e inmediatos a las comunidades. Entonces, ese es otro elemento que, a juicio del secretario general, a juicio nuestro, se debe priorizar. Entonces, los ajustes se refieren a priorizar, hay poco tiempo, aquellas mesas que tengan claridad de que hay voluntad de paz, donde se puedan obtener resultados concretos para el país y donde puedan tenerse resultados, en particular, en beneficio de la población y de los niños.
En general, es el pensamiento y la recomendación que hace el secretario y que, como comentábamos, en las primeras reacciones recibidas respecto al informe de parte de los diferentes actores, el Gobierno y los firmantes, ha sido positiva y de entendimiento.
¿Considera que el proceso con el Eln se puede salvar teniendo en cuenta estos ajustes?
Como política general de las Naciones Unidas, siempre la búsqueda de resolución de conflictos a través del diálogo es una política que se debe explorar. Ahora, le corresponde a las partes, pero en este caso, por el tipo de pregunta, al Gobierno, hacer la evaluación de si hay confianza en que la contraparte, como lo expresó en muchas ocasiones cuando la mesa no estaba suspendida, tiene una voluntad real de paz, si se pueden obtener resultados concretos en los próximos meses y si se pueden obtener resultados concretos en pro de las comunidades.
Yo lo que recuerdo es que las últimas veces que hubo reuniones sustantivas de discusión donde hubo acuerdos, fue cuando ya empezaron a ampliar el cese del fuego hacia el compromiso de la no utilización de menores por parte del Eln.
Entonces, ahí había alguna voluntad expresa de tomar medidas más allá de las dos partes, y eso nos parece positivo. Pero bueno, la evaluación la tiene que hacer, definitivamente, el Gobierno. Les reconocemos a los colombianos y colombianas esta resiliencia, esta persistencia por buscar la paz a través de diferentes vías, ante diferentes adversidades, con mucha paciencia a pesar de los reveses históricos. En algún congreso de paz reciente yo hacía esa mención: que habían tenido muchos esfuerzos con las Farc infructuosos, y luego tuvieron el gran logro histórico que es hoy día el Acuerdo de Paz de 2016. Entonces, que los diferentes esfuerzos infructuosos que se han tenido con el Eln, por ejemplo, no significa que un día no vayan a tener éxito.
Situaciones como la del Catatumbo, donde hay una grave crisis humanitaria, debilitan el respaldo a la paz. ¿No es necesario establecer reglas más claras, hechos verificables y menos concesiones?
Absolutamente. Y ahí me voy a referir no a un proceso en particular, sino en general a todos los procesos. Es por ello que hoy día no se puede asumir que hay una voluntad de paz real si no hay acciones tendientes que demuestren realmente esa voluntad. Es difícil hoy en día creer en voluntad de paz si se siguen reclutando menores y si se sigue extorsionando a la población civil. Creo que el país merece y exige que haya realmente una expresión concreta de esa voluntad de paz, y por eso es que nuestro mensaje de priorización incluye ese tipo de expectativa de acciones, de gestos que demuestren que hay una voluntad para tomar acciones con resultados concretos que sean beneficiosos para las comunidades. De otra manera, es difícil. Esto creo que es aplicable a cualquier espacio de diálogo, a cualquier iniciativa de paz, que, como les digo, nosotros no solamente reconocimos el diagnóstico de la situación de los territorios como acertado, sino que acompañamos muchos de los espacios y los seguimos acompañando. Pero sí es importante que se priorice, y se priorice aquellos en los que haya voluntad de paz real a través de estos actos concretos, y donde haya posibilidades de tener resultados ya específicos que beneficien al país, pero obviamente a los territorios y a las comunidades afectadas históricamente por el conflicto.
Carlos Ruiz Massieu será el encargado de presentar el informe ante el Consejo de Seguridad. Foto:Misión de Verificación de la ONU
¿Estos ajustes también implican cambiar el modelo de negociación que se ha venido usando?
Digamos que no son recomendaciones prescriptivas, pero, obviamente, los parámetros generales de una negociación, de un diálogo, son esos. Es decir, que haya voluntad, que haya posibilidades de acuerdos concretos y que esos acuerdos concretos puedan ser verificables por mecanismos de monitoreo, etcétera.
Son, creo, parámetros generales que deben respetarse, que deben establecerse en todo momento y que son los que les dan, por un lado, seguridad tanto a las partes como a la sociedad que apoya estas iniciativas. Entonces, creo que sí es un tema que, más allá de que sea o no parte de una recomendación —que no deja de ser eso—, sí es importante que se tenga siempre en cuenta, porque es lo que también le da no solo tranquilidad y seguridad a la población, sino que, inclusive, puede incrementar el apoyo por parte del público en general.
Con la mesa con el Eln suspendida, ¿cree que el Consejo de Seguridad renovará el mandato de verificación del cese del fuego?
La valoración que hacen los Estados , obviamente, es individual. No me corresponde a mí hablar a nombre de los países, pero supongo que cuando hagan esa evaluación en octubre van a ver la realidad. Es decir, si en ese momento hay suspensión de mesa, si hay un cese que verificar y si hay prospectivas a futuro de que se restablezca. Entonces, esas serán las posibilidades que informarán su visión o decisión de mantenerlo o no.
El propio secretario general, o inclusive nosotros, también tendremos nuestras propias visiones y se las transmitiremos a los Estados para que ellos las valoren. Son esos elementos los que se toman en consideración, pero bueno, como digo, son decisiones que finalmente los 15 países, de manera individual y luego en discusiones entre ellos, van a adoptar al final, dependiendo de dónde estemos, qué ha pasado y qué se espera tener en los próximos meses o en el próximo año, porque son mandatos normalmente de un año.
Hemos visto la reactivación de bombardeos, concretamente contra el ‘clan del Golfo’. ¿Consideran ustedes que la utilización de la fuerza es una opción apropiada para poder sacar adelante estos procesos y poder defender también los que ya se lograron?
En temas de paz y seguridad, nosotros estamos claros en que, a veces, se generan falsas dicotomías respecto a si es una cosa u otra. Realmente, son muy complementarias. Es decir, como bien dicen, los diálogos de paz son con quienes tienen voluntad, con quienes se pueden generar hechos positivos para el país y para las regiones. Pero bueno, el Estado tiene la obligación de hacer valer el Estado de derecho frente a aquellos que violenten las normas, que afecten a las comunidades, que atenten contra el Estado de derecho, y hay una complementariedad, ciertamente, entre ambas cosas.
Entonces, nosotros sí pensamos que, de cara al futuro, esa complementariedad debe ser parte de ese círculo virtuoso, porque el Estado tiene, obviamente, la obligación de generar bienestar para las comunidades y tiene que hacer uso de todas las herramientas que el Estado de derecho le permite para proteger a la población. Por eso, el secretario y nosotros abogamos por una mayor complementariedad de esas políticas, siempre orientadas al beneficio de la población civil y de las comunidades.
El presidente Gustavo Petro autorizó los bombardeos contra el 'clan del Golfo' y las disidencias. Foto:Presidencia
Este miércoles concluye la tregua con las disidencias, pero no hay un informe del mecanismo de verificación. ¿Qué balance hacen ustedes?
Primero, yo creo que ese es un elemento ,y que señalaban anteriormente, en cuanto a la necesidad de tener mecanismos de verificación sólidos, pero también mecanismos de comunicación y de información adecuados. Hace falta, y eso es algo que nosotros recomendamos a las partes de cara al futuro, que haya menos opacidad, que haya más información hacia la sociedad sobre cómo están funcionando precisamente estos mecanismos, porque la sociedad merece esta información. Esas son de las cosas que, estoy seguro, tienen que mejorarse de cara al futuro al establecer, como decían ustedes, unas reglas claras y otros temas importantes en estos diálogos. Eso es aplicable a este caso, a una potencial vuelta al cese del fuego con el Eln si esto fuera posible, o a cualquier otro espacio.
En el caso del EMBF (Estado Mayor de los Bloques y Frentes), nosotros participamos en carácter de observadores, no tenemos mandato del Consejo de Seguridad para ello, pero bueno, en ese carácter hemos visto, en general, que las normas que se han establecido y que son verificables, presentan una observancia general de las partes, y en particular, es efectivo el mecanismo de prevención de enfrentamientos entre el grupo armado y la fuerza pública.
Pero, otra vez, yo en estos espacios, como les decía, creo que es importante que se adopten, además de las medidas que van en razón de las actividades ofensivas entre ellos, medidas, ya sea en el marco del cese o en el marco de acuerdos suplementarios, específicas de protección de la población civil, de eliminación de actividades o conductas delictivas contra la sociedad civil, y que no se quede en el marco solamente de actividades ofensivas entre las partes. Obviamente, esas son decisiones de las partes, pero Naciones Unidas está clara en nuestra visión y en nuestra recomendación a las partes. Esperemos que eso se dé, y supongo que las dos partes estarán haciendo también su propia evaluación de la conveniencia o no de prolongar esto más allá del 15 de abril.
El informe indica que no estamos en la época previa al acuerdo de paz, pero sí hay un deterioro del respeto al DIH. ¿Es posible que la Corte Penal Internacional reactive su interés en Colombia como, al menos, un estudio de caso?
Tendría nada más una primera reflexión respecto a estos cambios de las dinámicas de seguridad y de conflicto. Es, primero, la importancia de incrementar la presencia estatal, tanto de fuerza pública y control territorial, como de instituciones de carácter civil que provean bienes y servicios a las comunidades. Porque, finalmente, el éxito de un diálogo, que esperamos lo tengan todos, va a ser de corto plazo si no se establecen medidas duraderas y sostenibles en los territorios. Entonces, cualquier estrategia de diálogos debe tener siempre una estrategia precisamente para incrementar la presencia estatal posterior a un éxito, para que la paz no sea efímera. Ese es un elemento que quería compartir porque es muy importante para que no estemos en constantes ciclos de violencia, solo con un grupo diferente.
Aunque la mesa con el Eln no se ha levantado, el proceso está suspendido. Foto:Archivo El Tiempo
Ya la consideración de otras corporaciones, como la Corte Penal Internacional, pues no me compete realmente. Yo creo que el análisis de la Corte tiene unos elementos que salen mucho de mi mandato y de mi conocimiento. Lo que sí conozco es que el cierre del examen preliminar que tenía la Corte se hace, sobre todo, pensando en las instituciones generadas por el Acuerdo de Paz, concretamente la Jurisdicción Especial para la Paz, y la consideración de la justicia de los crímenes cometidos durante el conflicto previo a 2016 por esa Corte. Digamos que es un acuerdo de complementariedad entre la Corte y la propia JEP, y la expectativa de la impartición de justicia como fue acordada en el Acuerdo de Paz de 2016, por la JEP. Creo que ya consideraciones futuras van a depender de un análisis muy detallado de elementos que son de carácter judicial y que escapan, digamos, no solamente de mi mandato, sino de mi expertise.
¿Al Gobierno le faltó entender esta nueva dinámica de violencia al implementar la ‘paz total’?
Pienso que la situación actual de las dinámicas de conflicto y la falta de presencia estatal, que es, digamos, la base que permite que los grupos armados luchen por el control territorial, el control social y las economías ilícitas, no es exclusiva de un gobierno. Yo creo que ha sido una ausencia en la implementación de los acuerdos desde su etapa inicial. Creo que ha sido algo que ha faltado desde 2016 hasta hoy. No hemos percibido que se haya incrementado la presencia estatal en estos años en esos espacios que dejaron las Farc inicialmente y que ahora, pues, es donde hacen presencia estos grupos, a veces de manera hegemónica alguno, o a veces en plena disputa por el control territorial.
Entonces, creo que esa es la realidad. Pero lo cierto, y que es algo que ha reconocido este gobierno, es que, volviendo al tema que preguntaba de Catatumbo, la seguridad del territorio no puede depender de treguas entre dos grupos. Ahí tiene que estar el Estado, tiene que estar el Estado en sus diferentes expresiones, y eso es algo que hemos hablado y en lo que el gobierno está en completo acuerdo. Tiene la intención de cambiar esta realidad y esperemos, pues, que tenga éxito.
CAMILO A. CASTILLO Redacción Política X: (@camiloandres894)