Para cualquier persona sufrir un infarto significa un antes y un después en la vida. Aunque esta patología se presenta con mayor frecuencia en adultos mayores de 55 años, no excluye población con otras edades.
Es un evento médico de la mayor gravedad que lamentablemente en muchos casos lleva a la muerte. De hecho, se encuentra entre las diez primeras causas de mortalidad en Colombia y el mundo; por ello, cuando se logra salir victorioso de este padecimiento son muchas las preguntas referentes a cómo llevar una vida saludable para que esto no vuelva a ocurrir.
Según cifras de la OMS, los infartos representan un 31 % de las principales causas de muertes en todo el mundo. Cada año mueren más personas por alguna patología relacionada con la salud cardiovascular que por cualquier otra causa.
Por qué suceden
Un infarto se considera multifactorial, pero principalmente los malos hábitos de vida y alimentación son pésimos antecedentes. Padecer continuamente de estrés puede llegar a ser un desencadenante.
Los infartos suelen suceder porque se origina una obstrucción en las arterias que llevan el flujo de sangre al corazón. Por lo general, se presenta el bloqueo por acumulación de grasa, colesterol o sustancias que forman una placa en las arterias que se desplaza por el flujo sanguíneo hasta el corazón.
Alerta a los síntomas
Un ataque al corazón se puede presentar en cualquier momento de la vida, no excluye razas, edades ni condición económica. No todas las personas que presentaron un infarto tienen los mismos síntomas.
Algunas personas presentan malestares graves, otras leves; sin embargo, es importante tener en cuenta los siguientes síntomas: presión o dolor en el pecho; dolor en el brazo que se puede extender hacia el cuello, espalda o mandíbula; dificultad al respirar, dolor abdominal, sudoración excesiva.
Hábitos saludables para prevenir un nuevo ataque
El doctor Fernán Mendoza, jefe de Cardiología de la Clínica Shaio, explica que la vida de una persona y su entorno familiar cambian sustancialmente tras sobrevivir a un infarto, y, en ese sentido, explica que es muy importante fomentar hábitos saludables en muchas formas.
El primer punto clave es la alimentación, dado que es necesario que el paciente disminuya el consumo de grasas saturadas, los carbohidratos y el consumo de sal; al igual que debe priorizar alimentos saludables que incluyan verduras y frutas.
En lo que tiene que ver con ejercicio, el doctor Mendoza señala que todos los pacientes se recuperan de forma diferente, a algunos les toma menos tiempo y otros quedan con mayores secuelas; no obstante, todos inician en el programa de rehabilitación cardiovascular con actividad física, “como caminar 30 minutos, cinco veces por semana; realizar aeróbicos y natación”, explica el doctor Mendoza, de la Clínica Shaio.
Las otras premisas de recuperación tienen que ver con no consumir alcohol porque ello está ligado al aumento de la presión arterial e insuficiencia cardíaca. Además, está documentado científicamente que continuar fumando después de haber sufrido un infarto aumenta la posibilidad de presentar otro.
Lo último, pero no menos importante, que advierte el especialista es que el proceso de recuperación de cada paciente es muy diferente, por esto es importante que siga los controles y atienda las recomendaciones médicas.
Sí, es posible vivir bien tras un infarto, pero el paciente debe asumir con responsabilidad su enfermedad. Esta patología coronaria se puede controlar, pero no se cura. Un paciente que haya sufrido un infarto tiene un riesgo potencial de repetir otro suceso como este.
Estos pacientes son catalogados con un alto riesgo cardiovascular, por esto es importante bajar de peso, realizar actividad física, tomar los medicamentos y llevar una alimentación adecuada, ya que estos hábitos disminuyen considerablemente la posibilidad de presentar otro infarto, explica el doctor Fernán Mendoza, jefe del área de Cardiología de la Clínica Shaio.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
Editor de Salud
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