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¿Cómo el uso de la pantalla del celular en la noche afecta la salud de las personas?
La no desconexión afecta el sueño y la función cognitiva cerebral a largo plazo, según expertos.
Se recomienda poner el celular en modo avión en la noche para descansar. Foto: iStock
Con el paso del tiempo, el uso de las pantallas de cualquier dispositivo como el computador, tablet o celular se ha vuelto una cotidianidad y parece lejana al hecho de que en el pasado reciente la humanidad estuvo sin ellas.
Como si en el día no fuera suficiente su uso excesivo, cuando llega la noche, hay quienes aún, desde la cama, siguen consumiendo contenido e información en su teléfono móvil,práctica que puede afectar la higiene del sueño, indispensable en la salud de su cerebro.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales, Nigms, la luz de los dispositivos electrónicos en la noche confunde los relojes biológicos. Esto puede desencadenar trastornos del sueño y ser un factor de riesgo en enfermedades como diabetes, depresión e incluso obesidad.
Los ritmos circadianos son controlados por la luz y regulan los cambios físicos, mentales y conductuales que ocurren en el transcurso de un día en los seres vivos. Para entenderlo, vale comprender la relación del sueño con la luz y la oscuridad: de noche se duerme y de día se está despierto.
La luz azul de los dispositivos hacen que el cuerpo se sienta activo. Foto:iStock
En ese sentido, el cerebro trabaja para que tanto el organismo como las hormonas realicen sus funciones en esa especie de “horario”. De acuerdo con la psiquiatra Mariam Rojas Estapé en su charla 'BBVA', cuando las personas se levantan y ven la luz, el cuerpo ya cuenta con un nivel de cortisol, (la hormona del estrés) funcionando para ayudar a la mente a estar activos.
A lo largo del día esta tiene que disminuir, bajar sus niveles hasta que llegue la noche y empiece a funcionar la melatonina encargada de la vigilia y el sueño, pues gracias a ella se siente la somnolencia antes de quedarnos dormidos. Todo esto sucede, cuando el cuerpo entiende que ya es de "noche" y se debe descansar.
Sin embargo, este ciclo se puede ver alterado cuando la luz de la pantalla se mantiene frente a los ojos, esperando supuestamente irse a dormir, pues el brillo y la luminiscencia de la misma, contrarrestas los efectos de la hormona, disminuyendo sus niveles e incrementando la falta de sueño.
"Si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega la melatonina, por lo que retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas, lo que llamamos insomnio tecnológico”, afirma Ángela Milán, neuróloga de la Unidad del Sueño de la CUN para 'EFE'.
Por otro lado, el uso excesivo de pantalla en la noche a largo plazo también puede afectar al desarrollo del cerebro e incrementar el riesgo de padecer trastornos cognitivos, emocionales, y comportamiento en adolescentes y adultos jóvenes,
De acuerdo con un estudio publicado en la 'Biblioteca Nacional de Medicina', el tiempo excesivo frente a una pantalla altera la materia gris y los volúmenes blancos del cerebro, aumenta el riesgo de trastornos mentales y perjudica la adquisición de recuerdos y el aprendizaje, que son factores de riesgo conocidos de demencia".
"La evidencia emergente sugiere que algunos de estos efectos son similares a los observados en adultos con síntomas de deterioro cognitivo leve (DCL) en las primeras etapas de la demencia, incluyendo problemas de concentración, orientación, adquisición de recuerdos recientes (amnesia anterógrada), recuerdo de recuerdos pasados. (amnesia retrógrada), funcionamiento social y autocuidado", explica la investigación.
Dos de cada tres escolares, entre 5 y 12 años, pasan más de tres horas diarias frente a pantallas. Foto:iStock Photo
Así mismo, los investigadores advierten que este mal hábito y las consecuencias que desencadena en el cuerpo a nivel cerebral propicia y aumenta los factores de riesgo del Alzheimer, que es la principal causa de demencia.
"Nuestra hipótesis es que la exposición excesiva a la pantalla durante períodos críticos del desarrollo en la Generación Z conducirá a deterioros cognitivos leves en la edad adulta temprana y media, lo que resultará en tasas sustancialmente mayores de demencia de aparición temprana en la edad adulta tardía. Predecimos que entre 2060 y 2100, las tasas de enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas (ADRD) aumentarán significativamente, muy por encima de las estimaciones", sentencia el artículo.