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Entrevista
La apuesta del Dr. Robert Melillo para cambiar el enfoque de tratamientos de TDAH y otros trastornos neurológicos en niños
El 24 y 25 de agosto, el doctor dictará el seminario teórico-práctico ‘Transformando diagnósticos’ en Bogotá. EL TIEMPO habló con él sobre los detalles del método de Balance Cerebral para lograr avances en niños con problemas del neurodesarrollo.
El término 'espectro autista' hace referencia a una amplia variedad de trastornos del desarrollo. Foto: iStock
Señales como la falta de o visual, dificultades en las habilidades motoras, no atender cuando lo llaman por su nombre, falta de gestos faciales y aislamiento son algunos de los comportamientos asociados al autismo. Los trastornos del neurodesarrollo cada vez son más diagnosticados. Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños tiene TEA (trastorno del espectro autista). Mientras que, datos a 2021 de la OMS también señalan que el 8,8 por ciento de la población tiene TDAH. Como estos, la dislexia, el trastorno obsesivo y otros similares no tienen cura.
Catalina Victoria, directora de la fundación Impetus Love -una de las que se encargó de la visita del Dr. Melillo a Colombia-, empezó a notar estos signos en su hijo cuando tenía apenas 3 años. Con la esperanza de encontrar una forma de ayudarle, y ante un panorama que no le ofrecía curas definitivas para el trastorno de su menor, Catalina encontró el tratamiento del Balance Cerebral.
Con este ha logrado ver avances significativos en su hijo: “Lo más lindo fue cuando empezó a mirarme a los ojos. Ahora se relaciona con otros de su edad y ha mejorado su comunicación”, cuenta.
Dr. Robert Melillo en una de las terapias de tratamiento de trastornos del neurodesarrollo Foto:Brain Balance Center
“Decimos que el método Melillo no es convencional porque logra avances que no se contemplan para estos trastornos en la medicina tradicional (...) Sin embargo, se basa en una técnica clínica en la que, con un mapeo cerebral, se encuentra la desconexión entre ambos hemisferios del cerebro y se empiezan a desarrollar terapias similares a las usuales, pero enfocadas en fortalecer el ‘hemisferio débil’, más que la corteza cerebral”, explica Catherine Soquer, médica y líder de Hope Sensorial, organización que lleva 13 años apoyando a familias con niños que tienen dificultades en el neurodesarrollo.
La clave, según Soquer, es que esta es una metodología ascendente. “Empezamos desde lo más básico, estimulando los reflejos primitivos, que son movimientos involuntarios, y luego se integran terapias del lenguaje y motoras”. En esencia, se trata de desarrollar dos funciones del sistema nervioso: la propiocepción, que es el reconocimiento del cuerpo en el espacio; y la interocepcion, que es el reconocimiento de los procesos al interior del cuerpo. El método Melillo apenas está siendo explorado en la neurología pediátrica. Existen papers de la Universidad de Harvard que han buscado comprobar la efectividad de su técnica; sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.
El doctor Robert Melillo es especialista en tratamiento de trastornos del neurodesarrollo en niños. Foto:Melillo Method
Sorprende la forma con la que él Dr. Melillo empezó a desarrollar su tratamiento. Un profesor de su hijo mayor le alertó de que podría tener TDAH. Melillo no se había dado cuenta de las señales antes. Durante una década escribió un libro a mano: 1300 páginas en las que pretendía responder ¿qué pasa en el cerebro de los niños con este trastorno neurológico?
El Doctor Robert Melillo es especialista en desarrollo y salud cerebral. Trabaja principalmente con problemas de desarrollo, especialmente en niños con trastornos como autismo, TDAH, TOC, dislexia y dificultades de aprendizaje. Ha realizado investigaciones sobre el cerebro, ha publicado artículos científicos de su propuesta con la Universidad de Haifa de Israel, el Carrick Institute for Clinical Ergonomics Rehabilitation an Applied Neurosciences en Nueva York y el Reino Unido y con el National Institute for Brain and Rehabilitation Sciences de Nazareth.
La tercera edición de su libro más popular, Disconnected Kids, acaba de salir. Desde mañana (24 y 25 de agosto) visitará el Hotel Wyndham, en Bogotá, donde dará una conferencia sobre su método. Las personas interesadas en recibir información sobre este método pueden escribir al Instagram de la fundación impetus.love o a hopesensorial.
“Todo comienza con entender qué sucede realmente en el cerebro en estos problemas neurológicos de desarrollo”, indicó Melillo en diálogo con EL TIEMPO y dio detalles sobre su forma alternativa de hacer terapia para que sus paciente puedan mejorar sus relaciones personales así como sus habilidades socioemocionales y cognitivas.
En palabras simples, ¿qué es el Brain Balance?
Existen dificultades físicas y funcionales en la manera en que, se supone, debe comunicarse el cerebro. Lo que hemos podido demostrar en nuestras investigaciones es que, en muchos de los casos, no hay patología en el cerebro ni mutaciones genéticas. Es un retraso madurativo y un desequilibrio entre los hemisferios del cerebro.
Al observar los diferentes síntomas podemos identificar una sobreactividad en una zona específica del lado izquierdo del cerebro llamada área premotora del lóbulo frontal. Esto se debe a un retraso en el lado derecho del cerebro, que normalmente inhibiría estos comportamientos.
También aplica a comportamientos obsesivo-compulsivos y a otros problemas como la dislexia, donde hay un retraso en el lado izquierdo del cerebro con una sobreactividad del lado derecho. Al comprender estos síntomas y crear un equilibrio entre los hemisferios, podemos abordar la mayoría de los problemas neurológicos tanto en niños como en adultos. A partir de eso desarrollé la técnica llamada Terapia de Integración Hemisférica (TIH).
El Método del Brain Balance o Balnce Cerebral utiliza diferentes estímulos para desarrollar el cerebro. Foto:Brain Balance Center
¿En qué consiste la TIH?
Al paciente se le da una serie de pruebas para evaluar qué está fuera del equilibrio cerebral. A partir de ese diagnóstico se seleccionan ejercicios sensorio-motores y neuroacadémicos para hacer a diario, estos están centrados en la estimulación de las zonas cerebrales de conflicto. Se utilizan diferentes frecuencias, tiempos de duración e intensidad en estímulos que provienen de ambientes externos como luz, sonido, vibraciones, olores, sabores, temperatura o texturas para mejorar la respuesta y conexión de la información que recibe el cerebro.
¿Cómo evalúa las desconexiones funcionales en el cerebro de sus pacientes?
Todo comienza con una evaluación integral. La historia del paciente es fundamental, especialmente en niños, y es esencial saber hacer las preguntas correctas. Realizamos exámenes neurológicos y físicos completos, pruebas funcionales y evaluamos funciones corporales, reflejos primitivos, procesamiento visual y auditivo, sentido del olfato y gusto, postura, equilibrio, movimiento ocular, sistema digestivo y sistema inmunológico. También hacemos pruebas de laboratorio y evaluaciones cognitivas y académicas. Todos estos datos se integran en un plan de tratamiento individualizado con objetivos claros y evaluaciones periódicas para medir el progreso.
¿Cómo desarrolló este tratamiento?
Un niño con trastorno del neurodesarrollo en terapia del Método Melillo. Foto:Brain Balance Center
Siempre he sido un médico centrado en la neurología y la rehabilitación, esas eran mis áreas principales. Pero realmente en 1995 llegué a casa y había una persona sentada en mi cocina con mi esposa y ella estaba llorando. Tenía un hijo con TDAH y había probado de todo, diferentes tipos de medicamentos y diferentes enfoques psicológicos y nada lo ayudaba, estaba muy frustrada. Mi esposa le dijo que yo sabía mucho sobre el cerebro y que tal vez pueda ayudarla. Le dije: “Ya sabes, ahora estoy muy ocupado y tenemos tres niños pequeños”. Ella me respondió: “Siento que se supone que debes hacer algo como esto”. Entonces dije, “está bien, lo investigaré y veré qué puedo hacer”.
Justo en esa época fui a la primera reunión de padres de mi hijo mayor y el maestro se sentó y dijo: “Creo que tu hijo podría tener TDAH o algo así porque no puede sentarse con otros niños en clase y se mueve constantemente”. Me sorprendió escuchar eso porque yo era un experto en el cerebro y no reconocí esto en mi propio hijo. Sentí que yo tenía la culpa de alguna manera, como lo hacen la mayoría de los padres, y lo tomé como un mensaje.
A partir de ahí pensé ¿qué es lo que realmente está pasando en el cerebro? Entonces comencé a hacerle esa pregunta a la gente a diferentes médicos y terapeutas que pensé que sabrían la respuesta y todos me dijeron básicamente lo mismo. No sabían cuál era el problema. Ahí decidí que necesitaba descubrir esto por mí mismo para el beneficio de mi hijo, para el beneficio de esa otra mujer y su hijo, así que pasé diez años investigando.
La tecnología ayuda a generar estímulos en las terapias de Brain Balance de Robert Melillo. Foto:Brain Balance Center
¿Cómo ayuda su método a abordar los desafíos más comunes que enfrentan los padres de niños con autismo o TDAH?
El mayor problema para la mayoría de los padres con hijos autistas, especialmente aquellos con los que trabajamos, es cuando no hablan o no tienen un habla funcional. Todo padre quiere comunicarse con su hijo, saber qué está pensando. En el caso del TDAH, es la hiperactividad y la impulsividad, que pueden ser muy disruptivas y peligrosas. Para cambiar esto, es esencial entender la neurología del cerebro. Uno de mis principales enfoques de investigación ha sido comprender por qué algunos niños con autismo no pueden hablar.
Lo que encuentro es que no se trata de un problema en el centro del lenguaje. Casi todos los niños o adultos con autismo tienen una gran inteligencia en su hemisferio izquierdo, no tienen una deficiencia cognitiva, como muchos creen. La deficiencia está en el hemisferio derecho, que controla el cuerpo y las emociones. Al crear un equilibrio entre los hemisferios mediante diversas formas de estimulación, podemos cambiar esto. No se puede lograr solo con dieta, nutrición o medicación; se necesita activar y estimular áreas específicas del cerebro.
Los niños con autismo suelen preferir el aislamiento y les es difícil comunicarse. Foto:iStock
Este es un enfoque alternativo sobre cómo tratar algunos trastornos neurológicos. ¿Cómo fue obtener reconocimiento científico para su método?
Cuando introduces un enfoque o concepto completamente nuevo, debes investigar y demostrar a la comunidad científica que tu método es válido y funciona. Esa ha sido mi responsabilidad durante más de 20 años. Tengo un laboratorio de investigación y mi equipo y yo hemos realizado numerosas investigaciones, publicando más de 100 artículos y varios libros y textos. Solo el año pasado, publicamos alrededor de siete u ocho artículos científicos en algunas de las mejores revistas del mundo. Eso es muy satisfactorio porque sé que lo que hago puede ayudar a muchos niños y familias que están luchando. Obtener esa aceptación es importante, especialmente cuando un estudio independiente en la Escuela de Medicina de Harvard validó mi trabajo.
¿Cómo la tecnología puede apoyar el tratamiento del equilibrio cerebral?
Utilizamos herramientas interesantes como la terapia con luz láser o infrarroja, dispositivos eléctricos como la corriente directa o alterna transcraneal, y la terapia magnética para cambiar las ondas cerebrales. También usamos mapeo cerebral con EEG para ver cómo se comunica el cerebro y hacer neuro para cambiar el equilibrio de las ondas cerebrales y la conectividad del cerebro. Sin embargo, todo comienza con el cuerpo y los movimientos físicos.
La terapia va de abajo hacia arriba, con ejercicios físicos y reflejos primitivos, es fundamental. Aunque la tecnología puede ayudar mucho, también puede ser un problema. Los niños con autismo, por ejemplo, tienen un hemisferio izquierdo muy fuerte, y el uso excesivo de videojuegos y dispositivos electrónicos puede empeorar sus síntomas.
¿Qué viene para el campo de la neurología en los próximos años?
Creo que estamos a la vanguardia de lo que se convertirá en un estándar mundial. La comprensión del funcionamiento y desarrollo del cerebro, y cómo podemos cambiarlo, es crucial. El futuro de la salud se centrará en la salud cerebral. La gente está despertando sobre la importancia del cerebro en todos los aspectos de la salud, desde problemas físicos y emocionales hasta relaciones y motivación. Todo se reduce a cómo está conectado y funciona el cerebro.