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Análisis
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Pruebas Saber 11: brechas que aumentan y calidad estancada, lo que revelan los resultados del examen de Estado
Observatorio de Gestión Educativa advierte que persisten brechas educativas y hay estancamiento en aprendizajes.
Expertos dicen que se evidencia un prolongado estancamiento en los aprendizajes de los estudiantes en Colombia. Foto: Icfes
Los resultados de las pruebas Saber 11 del Icfes del año 2024 revelan un escenario preocupante para la educación en el país, según un reciente análisis del Observatorio de Gestión Educativa de la Fundación Empresarios por la Educación.
Y es que, aunque el promedio general tuvo un leve incremento -pasó de 254 a 256 puntos sobre 500 posibles-, al analizar los datos en detalle se evidencia que los aprendizajes en Colombia llevan años estancados. Lo mismo ocurre con las brechas educativas, que en algunos casos, en lugar de reducirse, se han ampliado.
De acuerdo con Paola Caro, líder de la unidad de uso de datos de la fundación y exdirectora de Evaluación del Icfes, los recientes resultados demuestran que estas brechas y el estancamiento educativo “se ha mantenido así por los últimos 24 años, lo que nos muestra una constante: en todos estos años no hemos logrado avanzar en lo que respecta a la reducción de las diferencias educativas y en mejorar el aprendizaje de los estudiantes”.
Según el análisis, el aumento de dos puntos en el puntaje global promedio de las pruebas no solo carece de significancia, sino que también persisten amplias diferencias entre grupos de estudiantes y regiones del país. Además, se evidencian rezagos importantes en el desarrollo de competencias académicas, reflejados en la escasa variación del porcentaje de estudiantes ubicados en los niveles de mayor desempeño, así como en la poca fluctuación de los puntajes en cada una de las pruebas evaluadas año tras año.
Las brechas de calidad que afectan la educación del país. Foto:Prensa Alcaldía de Barranquilla
Así las cosas, uno de los aspectos que más llama la atención es la diferencia en los puntajes entre distintos grupos. Las estudiantes mujeres, los alumnos de zonas rurales y los de colegios públicos obtuvieron puntajes 9, 25 y 30 puntos por debajo, respectivamente, de los hombres, de estudiantes en zonas urbanas y de instituciones privadas.
Por ejemplo, en lo que respecta a las zonas rurales y urbanas, se evidencia que las primeras alcanzaron un promedio nacional de 235 puntos, frente a los 260 de las segundas. Esto implica una brecha de 25 puntos, lo que además representa un aumento en la desigualdad de aprendizaje, si se tiene en cuenta que en 2023 la diferencia fue de 24 puntos.
Un escenario similar se presenta entre los colegios públicos y privados. Aunque en este caso las brechas se mantienen, con un promedio de 278 puntos para las instituciones privadas y de 249 para las oficiales —es decir, una diferencia de 29 puntos—, se evidencia una marcada desventaja educativa entre quienes asisten a instituciones del Estado y quienes lo hacen en colegios particulares.
La desigualdad en la calidad de la educación y los aprendizajes se hace aún más evidente cuando se observa que, en las instituciones educativas rurales, la brecha entre colegios oficiales y no oficiales alcanza los 71 puntos, mientras que en las zonas urbanas esta diferencia es de 23 puntos.
Otra brecha que aumentó fue la existente entre los resultados de hombres y mujeres. Mientras los primeros alcanzaron un promedio de 267,1 puntos, las segundas obtuvieron 257,7, lo que representa una diferencia de 9,4 puntos. En 2023, esta discrepancia fue de solo ocho puntos.
En cuanto a las brechas por nivel socioeconómico, los investigadores sostienen que no es posible sacar conclusiones definitivas. Así lo explica Diego Sánchez, director del Observatorio: “De los 557.000 estudiantes que presentaron las pruebas Saber 11 en 2024, hay cerca de 60.000 cuya información sobre el nivel socioeconómico no está disponible. Esto coincide con una disminución de 73.000 estudiantes en los niveles socioeconómicos 1, 2 y 3, por lo que muy probablemente estos alumnos sin caracterizar pertenezcan a estas poblaciones, lo que podría alterar significativamente los resultados”.
Sin embargo, Sánchez advierte que entre 2021 y 2023 las brechas entre los niveles socioeconómicos más alto y más bajo venían en aumento constante —e incluso desde antes—, pasando de una diferencia de 80 puntos a una de 88,7.
Pero además de las brechas, lo que más preocupa a los expertos es que se evidencia un prolongado estancamiento en los aprendizajes de los estudiantes en Colombia, siendo esto más grave en las competencias de Ciencias y Sociales.
Para entenderlo mejor, es necesario recordar que las pruebas Saber 11 miden cinco competencias básicas: Lectura, Matemáticas, Ciencias, Sociales e Inglés. Las cuatro primeras se puntúan con una calificación máxima de 100 puntos, y a su vez, se dividen los resultados en cuatro niveles de desempeño, siendo 1 el más bajo y 4 el ideal.
De esta manera, para el 2024 las personas que ocuparon el nivel más bajo en Lectura fueron el 5 por ciento, en Matemáticas el 11 por ciento, en Ciencias el 21 por ciento y en Sociales el 30 por ciento. Lo anterior quiere decir, por ejemplo, que 3 de cada 10 estudiantes en Colombia no alcanza siquiera las habilidades mínimas que debería tener para su grado y edad en Sociales.
Las brechas de calidad que afectan la educación del país. Foto:Archivo. EL TIEMPO
Así mismo, se observó que existe un muy leve incremento del puntaje para tres de las pruebas evaluadas (Matemáticas, Lectura, Ciencias naturales) de apenas 0,5 puntos, lo que para Paola Caro “es estadísticamente imperceptible para unas pruebas por competencia sobre 100 puntos”.
En cambio, lo que sí es perceptible es que a lo largo de los años no hay prácticamente ningún cambio en la composición de estudiantes en cada nivel de desempeño de las diferentes competencias.
“Por ejemplo, quienes alcanzaron el nivel más alto en Lectura en 2024 fueron solo el 3 por ciento. Pero en 2023 también fue solo el 3 por ciento y lo mismo en 2022. En Matemáticas el nivel más alto ha sido para el 4 por ciento de los estudiantes en estos mismos años. En Ciencias Naturales por tres años consecutivos el nivel 4 solo lo alcanza el 3 por ciento, y en Sociales solo el 4 por ciento lo hace”, explica Sánchez.
Lo mismo ocurre en el nivel 1, el más bajo, que en las cuatro competencias (sin contar Inglés, que tiene una medición diferente) permanece casi invariable a lo largo de los años.
En Inglés, por su parte, el 70 por ciento de los estudiantes no alcanza habilidades básicas como comprender textos sobre temas generales y específicos, inferir el significado de palabras a partir de un contexto dado, ni identificar puntos de vista como sentimientos, deseos e intenciones.
Para el analista educativo Ricardo Rodríguez, todo esto evidencia serios problemas en las políticas de calidad educativa:
“En Colombia, la cobertura educativa en preescolar, básica y media es de casi el 100 %, lo que quiere decir que sí se han logrado avances a lo largo de los años. El problema es que estos avances son en cobertura o infraestructura, pero la calidad parece ser una materia olvidada. Que un país no logre mejorar sus resultados en pruebas de Estado durante décadas, y que ocurra lo mismo, por ejemplo, en evaluaciones internacionales como las pruebas PISA (de la OCDE) o las ERCE (de la Unesco), debe ser un llamado de atención urgente para hacer cosas que realmente consigan no solo que más niños vayan al colegio, sino que aprendan y adquieran competencias”.
Colegios con mejores ICFES Foto:ARCHIVO PARTICULAR
Y agrega: “Todo esto es particularmente preocupante en un sector que cuenta con la mayor tajada del Presupuesto General de la Nación. Y parte del problema es que estos recursos se enfocan muchas veces en la educación superior, pero se descuida la básica y media, que es la base del sistema educativo y que tiene cerca de 10 millones de estudiantes. Además, el presupuesto de funcionamiento en educación cada vez ocupa un mayor porcentaje, mientras que en los últimos tres años el porcentaje de los recursos que se destinan a inversión viene cayendo”.
Pero para Sánchez, existe otro problema más allá del presupuesto: en Colombia no hay una manera real de medir los aprendizajes de los estudiantes durante su trayectoria educativa. Esto impide identificar a tiempo las falencias y rezagos, y por tanto, fortalecer las competencias necesarias.
“Las pruebas Saber 11 son las únicas evaluaciones censales que tenemos en Colombia, es decir, las únicas que presentan todos los estudiantes de un determinado grado. Hay pruebas Saber en los grados tercero, quinto, séptimo y noveno, pero son pruebas muestrales, que se aplican solo a unos pocos estudiantes y en algunos departamentos. Esto complica la focalización de las intervenciones, no solo desde el Gobierno o los entes territoriales, sino también desde los mismos colegios. Las pruebas Saber 11 nos muestran la foto de salida del sistema educativo, pero nos falta la foto del proceso: identificar en qué momento los estudiantes comienzan a rezagarse para intervenir”, sostiene el director del Observatorio de Gestión Educativa.
Rodríguez, por su parte, agrega: “Está demostrado, por medio de estudios del Banco Mundial, que un rezago de aprendizaje en los primeros grados tiende a agravarse con el tiempo. Por lo general, a ese estudiante que no aprendió bien al inicio, le costará más seguir aprendiendo, lo que termina ampliando las brechas. Por eso es necesario contar con un sistema de diagnóstico a lo largo de toda la escolaridad, no solo en grado once. Pero, lastimosamente, eso no existe en Colombia”.
Colegios en Colombia Foto:iStock. EL TIEMPO
Brechas de aprendizaje en las regiones
En lo que respecta al comportamiento por regiones en las pruebas, el análisis del Observatorio encontró que también existe una notoria diferencia en el desempeño entre las regiones históricamente más pobres y rurales, frente a otras con mayor desarrollo económico.
Por ejemplo, la región Centro —que incluye departamentos como Tolima, Huila, Cundinamarca, Bogotá, Boyacá y los Santanderes— obtuvo un promedio global de 269 puntos, seguida por la Orinoquía (254) y Antioquia y el Eje Cafetero (253). En contraste, los resultados más bajos se registraron en el Pacífico (251), el Caribe (252) y la Amazonía (240).
Así mismo, las Secretarías de Educación con los puntajes más altos en 2024 fueron Envigado (289,4 puntos), Chía (287,1), Floridablanca (286,8), Duitama (286,6) y Tunja (286,4). En cambio, Vichada (213,2 puntos), Tumaco (210,5), Chocó (199,8) y Uribia (192) obtuvieron los más bajos.
En cuanto a la variación interanual en el puntaje de las Entidades Territoriales, las que más mejoraron frente a 2023 fueron Ipiales (10,1 puntos), Montería (7,7) y Armenia (7,5), mientras que las que más disminuyeron fueron Vichada (-8,7), Amazonas (-3,4) y Uribia (-3).