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Especies migratorias del mundo están disminuyendo; mientras riesgo de extinción aumenta
Pérdida de hábitat y sobreexplotación son los factores claves que afectan a los animales que migran.
Avistamiento de ballenas en el Pacífico colombiano Foto: Santiago Saldarriaga
La situación de las especies migratorias en todo el planeta es alarmante. De acuerdo con el más reciente informe de la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), el riesgo de extinción es cada vez mayor debido a factores como la sobreexplotación y la pérdida de hábitats debido a actividades humanas.
El informe, titulado ‘Estado de las especies migratorias del mundo’, señala que aves y murciélagos migratorios, insectos, peces, reptiles, tortugas marinas, y mamíferos marinos y terrestres, como ballenas, focas, antílopes y elefantes, requieren protección urgente.
Jaguar Foto:Fundación Panthera Colombia
De la CMS hacen parte 133 Estados del mundo. Allí se toman decisiones globales para impulsar la protección y la conservación de las especies migratorias. Sin embargo, países claves para la biodiversidad global como Estados Unidos, Canadá, China, México e incluso Colombia no hacen parte de la Convención.
El foco principal del estudio son las 1.189 especies animales que han sido reconocidas por los Estados parte de la CMS como necesitadas de protección internacional e incluidas en la lista de la CMS, aunque también presentan análisis vinculados a más de 3.000 especies migratorias adicionales no pertenecientes a la CMS.
Según Sebastián Restrepo, director del programa Ecología de la Universidad Javeriana, lo cierto es que no solo estamos fallando a nivel global, sino sobre todo a nivel regional, en la conservación de las especies migratorias. Esto por la falta de convenios, tratados y acuerdos entre países por diferencias en sus agendas políticas o sencillamente por falta de interés.
Por ejemplo, para una ballena jorobada, que arranca en Chile, pasa por Perú, sube a Ecuador, llega a Colombia y bordea Centroamérica hasta alcanzar el norte del continente, todas esas fronteras políticas no existen. Lo que sí existen son áreas donde está más o menos amenazada y países donde hay mayores o menores acciones para protegerla. Lo mismo pasa con el jaguar, con los delfines de río, con las águilas y otros cientos de especies que recorren de arriba abajo el planeta, como han hecho siempre de forma natural.
El delfín rosado del amazonas es una de las cinco especies de delfines que habitan en los ríos, también es conocido como Boto, Boutu o delfín del río Amazonas. Poder conocer a este animal es catalogado como la sexta experiencia única en el país de acuerdo Marca país. Foto:Archivo EL TIEMPO
Esa capacidad de protección se nota en los hábitats a los que llegan estas especies mientras migran. Según el informe, el 51 por ciento de las Áreas Clave para la Biodiversidad identificadas como importantes para los animales migratorios incluidos en la CMS no tienen medidas de protección. Sumado a ello, el 58 por ciento de los sitios reconocidos como importantes para las especies incluidas en las listas de la CMS están experimentando niveles insostenibles de presión causada por el hombre.
En ese sentido, explica Pablo Negret, investigador posdoctoral de la Universidad de Berna, en Suiza, los cambios grandes en los ecosistemas como las represas o hidroeléctricas, por ejemplo, muestran cómo los seres humanos podemos afectar por completo la dinámica de la naturaleza. Ese ejemplo fue algo que ya sucedió en Colombia, con Hidroituango, donde las subiendas de peces que se presentaban todos los años desaparecieron, porque la ruta natural que atravesaban estos animales a través del río Cauca se cortó.
Además, destaca el experto, otra de las barreras que también generan impactos negativos para las especies migratorias es el idioma. Negret trabajó en una investigación que mostró cómo la diferencia de idioma entre un país y otro puede impactar de manera negativa a las aves migratorias.
“Los países no se están hablando entre sí. Se necesita una mayor articulación entre los Estados, que tienen la obligación de cuidar estas especies migratorias para poder generar una mejor conservación integral. Porque si yo estoy conservando, por ejemplo, una especie aquí en Colombia, pero no sé lo que le pasa en Estados Unidos en la época de verano, pues es muy difícil. Si se extingue allá, entonces no va a llegar nunca acá”, enfatiza Negret.
Los elefantes demuestran tener capacidades sociales impresionantes. Foto:iStock
En el informe de la CMS, además, queda claro que la situación es más grave sobre todo para los peces. El 97 por ciento de los peces incluidos en la CMS están en peligro de extinción. Según Luis Zapata, coordinador marino-costero de WWF Colombia, las tensiones en este caso surgen por la pérdida del hábitat, colisiones con tránsito marítimo, desarrollo de infraestructura costera, malas prácticas en el turismo, contaminación, cambio climático y captura incidental (es decir que no son el objetivo de la pesca, pero terminan siendo capturadas, como pasa con los tiburones y delfines).
Por ejemplo, está sucediendo que con los cambios en las corrientes oceánicas algunas especies que usan estas corrientes como autopistas para moverse y migrar ya no lo están haciendo. Para Zapata, si bien Colombia no hace parte de la CMS, sí es cierto que nuestro país recurre a tomar recomendaciones de instrumentos de gestión como la Comisión Ballenera Internacional, la Convención sobre Comercio de Especies y la Convención Interamericana de Tortugas. Y a nivel nacional, a instrumentos como la Política Nacional de Biodiversidad, el Plan de Acción de los Mamíferos Acuáticos y el Plan Nacional de Especies Migratorias.
Aun así, el informe de la CMS lo deja claro: “Dada la amplitud y escala de las presiones que enfrentan las especies migratorias, se necesita urgentemente una acción internacional coordinada para revertir la disminución de la población y preservar estas especies y sus hábitats”.