En el marco del Festival Actuar por lo Vivo, realizado en Medellín y organizado por Comfama, Angélica Mayolo, quien fue Ministra de Cultura en el gobierno de Iván Duque y ahora es investigadora del MIT especializado en soluciones ambientales; Dora Moncada, Directora del Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad (ANDI); y Alicia Lozano, quien pertenece a Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, viajaron siete meses atrás para conversar sobre lo que pasó en la COP 16 y los efectos de este encuentro mundial, que son palpables hoy.
Esta conferencia fue preparada por Cali con solo siete meses de anticipación, cuando las ciudades, en situaciones normales, toman dos años para hacerlo. Recordemos que la COP 16 se iba a hacer en Turquía. Sin embargo, hubo un terremoto que complicó la situación de dicho país, renunció a ser el lugar de encuentro para hablar de biodiversidad y Cali, con muy poco tiempo de anticipación, se postuló para llevar a cabo el encuentro.
De acuerdo con las expertas, esto fue un hito empresarial grande, porque el sector privado elevó su compromiso a un mayor nivel. “Se generaron espacios pre COP con 1500 actores empresariales. Desde ahí se logró una participación masiva en empresas. Cerca de 800 empresas estuvieron en la zona azul para hablar de naturaleza. También se construyó diversificación en estrategias de negocio, para alinearlos con la biodiversidad”, dijo Moncada.
En cuanto a lo público, los logros que se alcanzaron en esta Conferencia de las Partes y que hacen parte de un esfuerzo nacional, difícilmente se borrarán cuando el gobierno de turno cambie. “El hecho de que los países tengan un plan de acción de biodiversidad y unas metas en torno a ese plan, hace que haya un documento político nacional que perdure independientemente del gobierno electo. Además, estas estrategias son construidos de la mano de empresarios, acción civil, sector privado, academia, liderazgos ambientales y eso asegura que las metas deban cumplirse. Frente a los cambios políticos, lo importante es que exista la voluntad de seguir las guías establecidas”, agregó Mayolo.
Otros logros que hoy en día se ven reflejados en Colombia a causa de la COP 16 se relacionan con los efectos de educar a la ciudadanía en temas ambientales y la consciencia que se ha generado tanto en industrias productivas, como en la cotidianidad de las personas. Además, gracias a la biodiversidad de la región, en que se realizó el encuentro mundial, Cali ahora es reconocida en el panorama internacional por ser un lugar idóneo para hablar sobre naturaleza, su conservación y demás.
En la jornada ambiental que se realizó en octubre del 2024, hubo más de 100 países y solo 44 presentaron su plan de biodiversidad. “El ministerio convocó y se hizo trabajo con todo el consejo gremial. Se hicieron mesas de trabajo. Hubo participación en regiones y empresas han incluido eso en estrategias corporativas. También se trazó la Meta 15, que compete a todas las empresas medianas y grandes. Estas deben medir su impacto y las oportunidades que tengan frente a la naturaleza, lo que también ha movilizado a proveedores y otros aliados, para proteger la naturaleza”, contó Moncada.
La COP fue una plataforma idónea para movilizar a las ciudades a apostar a estrategias de conservación de especies. Asimismo, estas iniciativas han incluido al sector privado, ya que en reunión con los presidentes de las empresas más grandes e importantes del país, se creó una mesa con el objetivo de ver cómo aportar a este tema, a la gestión del recurso hídrico y a cómo enfrentar la minería ilegal.
“Esto fue un llamado para que todos se movieran frente a la naturaleza. El espíritu de corresponsabilidad que se generó, se relaciona con los sectores. Se habló con Fedegán, el sector manufacturero, energético y que hoy se mantienen con compromisos interesantes, con regulaciones sobre deforestación, financiamiento a iniciativas medioambientales. Por primera vez la conversión de sector financiero y privado se articuló para crear mecanismos de financiamiento frente a la naturaleza. Eso marcó la diferencia”, contó Moncada.
Al respecto, Mayolo agregó: “De igual forma, se creó una alianza de nueve ciudades que se encuentran en Ecuador, Panamá, Costa Rica, Colombia, que trabajan en prevención de riesgo climático y formulación de proyectos conjuntos. Lo que ayuda a que Cali conserve la imagen de una ciudad que hace grandes eventos. Por ello, estamos desarrollando la semana de biodiversidad del 29 de septiembre al 5 de octubre de este 2025”.
Esto, de acuerdo con los espacios que ha creado el Ministerio de Ambiente, para pasar de temas de biodiversidad a los de cambio climático, ya que esta será la temática de la próxima COP 30 que se hará en Belén de Pará, ciudad amazónica de Brasil. Dicho encuentro será un gran evento, para que se encuentren sectores, gobiernos locales, academia. Además, para proponer soluciones innovadoras a desafíos ambientales.
Aun así, tras la COP 16 se trazaron nuevos retos a los que se les debe prestar mayor atención. “Colombia siempre ha sido líder en la agenda de biodiversidad, se ha involucrado en muchos mecanismos de cooperación con otros países para proteger sistemas estratégicos, como el Amazonas. Particularmente creo que el país debe prestar más atención al Chocó, que es un punto tan importante en materia ambiental. Se debe pensar en mecanismos de financiación, en especial para agentes locales. La mayoría de las áreas, en las que la conservación es tan importante, son istradas por indígenas, afrodescendientes y campesinos que no tienen a financiamiento que les garantice invertir en proyectos de conservación sostenibles”, cuenta Mayolo.
Y finaliza: “En retos, también se debe fortalecer las capacidades institucionales de las ciudades que concentran la biodiversidad, porque estas son las que tienen mayores niveles de pobreza y eso hace que exista un mayor riesgo de pérdida de naturaleza. Se necesita que se fortalezca la economía ilícita como el tráfico de especies, minería ilegal y tala indiscriminada.
María Jimena Delgado Díaz
Periodista de Cultura