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Noticia
Los cinco días en los que el papa Francisco llenó a Colombia de esperanza: así fue su visita en 2017
• Remembranza de un reportero colombiano que lo acompañó en su recorrido. "Jóvenes, sueñen, arriesguen", dijo.
• El Sumo Pontífice falleció en la mañana del lunes 21 de abril de 2025.
Visita del papa Francisco a Colombia en 2017 Foto: EL TIEMPO
(Esta es la remembranza de un reportero colombiano que acompañó al papa Francisco en su recorrido por el país. Fue publicada de forma inicial en 2013 al cumplirse una década de su pontificado. Con motivo de la muerte del Sumo Pontífice, EL TIEMPO la vuelve a publicar).
El avión papal, ese inmenso aparato al cual se presume que nada malo le puede ocurrir, era un Airbus A330 operado por Alitalia que se conoce habitualmente como Pastor I y que poseía, para este viaje, una autonomía de vuelo de 13 mil 400 kilómetros.
07 de septiembre de 2017. El papa Francisco con los cardenales y arzobispos de Colombia en Bogotá. Foto:Andrew Medichini / EFE / Archivo EL TIEMPO
Para esta ocasión, el aparato fue dividido en tres secciones claramente definidas. Adelante, en la silla 1A, el Sumo Pontífice, Francisco; muy cerca, en los puestos siguientes, sus escoltas y asesores directos, entre ellos monseñor Mauricio Rueda Beltz, bogotano que se hizo célebre por organizar las visitas de su jefe por el mundo entero con precisión de relojero. Luego, en el medio, altos dirigentes de la curia vaticana y los jerarcas de la Iglesia colombiana, invitados privilegiados durante el periplo de Francisco por tierras de nuestro país.
Y, en la parte de atrás, quizás como debe ser siempre, los 73 periodistas, venidos del mundo entero, que, en su mayoría, solían seguir las actividades de la Santa Sede con rigor, pero también con suspicacia y picardía. Entre ellos nos encontrábamos los colombianos, la mayoría inexpertos en un acontecimiento de esta naturaleza, por más años que lleváramos en el oficio.
Entre los periodistas internacionales, aquellos que tienen un pupitre permanente en la Sala Stampa, la sala de prensa del Vaticano, ocupan un lugar de élite; son los vaticanistas. Están ubicados sobre la Via della Conciliazione, muy famosa en Roma, que desemboca en la plaza de San Pedro y desde la cual se puede irar la enorme e histórica basílica.
Llegada del papa Francisco a Colombia, 2017 Foto:EL TIEMPO
Los vaticanistas me parecieron adustos y silenciosos, rigurosos, expertos ellos sí en la trama que se teje día a día en las entrañas de la istración de la Iglesia Católica. Siguen con atención lo que pasa cotidianamente allí, más allá de la agenda diaria pontifical, y conocen el valor de cada palabra que pronuncia el papa, el sentido de las frases y los discursos que pronuncia. A él lo miran no solo como el líder de la Iglesia Católica sino como uno de los jefes de Estado más poderosos del mundo, de cuyas palabras pueden salir esperanza o inquietud, ilusión o escepticismo.
Por eso no ocultaban su interés en lo que podía ocurrir con la visita de Francisco a Colombia, en medio de una inmensa polarización política aupada principalmente por el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, que casi un año antes había enfrentado un revés significativo cuando el plebiscito que lo debía ratificar perdió por estrecho margen en las urnas.
Feligreses colombianos recibieron al papa Francisco con expresiones artísticas. Foto:EL TIEMPO
El Gobierno hizo ajustes y las diversas fuerzas se movieron para que finalmente el Papa visitara Colombia entre el 6 y el 11 de septiembre de 2017, cuatro años y medio después del inicio de su pontificado. Aunque unos pocos tenían la certeza de que era una visita anunciada, que tarde o temprano se iba a dar, muchos miraban con inquietud cómo iría a recibir el pueblo colombiano al pontífice en medio de tales circunstancias. En el país ya estaban en marcha las campañas políticas para la sucesión del presidente y no era claro que ganara un defensor del acuerdo con la guerrilla.
Cuando finalmente aterrizó en el aeropuerto militar de CATAM, poco después de las cuatro de la tarde de aquel miércoles histórico, los periodistas que veníamos a bordo del avión poco sabíamos en realidad qué estaba ocurriendo en las calles y avenidas, a pesar de que mantuvimos o con nuestras casas periodísticas todo el tiempo. La magnitud de lo que ocurrió superaba cualquier descripción.
El protocolo y la fe
Obedientes de un riguroso protocolo, los periodistas abandonamos nuestros puestos en el avión y fuimos ubicados en un lugar específico de la terminal aérea, reservado para la comitiva papal. Ese protocolo, dicho sea de paso, se repitió en las otras ciudades que visitó el Papa: Villavicencio, Medellín y Cartagena.
Luego, en medio de una enorme tensión y mucho nerviosismo entre las gentes, Francisco descendió y pausadamente saludó a los anfitriones, encabezados por el presidente Juan Manuel Santos. Minutos más tarde subió al papamóvil que había sido acondicionado para la ocasión, salió del aeropuerto y tomó la calle 26. Comenzaba así uno de los momentos más alucinantes de su pontificado, según me comentó el destacado vaticanista Sergio Rubin, asombrado por el colapso que la llegada del Papa estaba causando en Colombia.
8/9/2017. El papa Francisco ofició misa para beatificar a Jesús Emilio Jaramillo Monsalve Foto:ALESSANDRO DI MEO / EFE / Archivo EL TIEMPO
Nadie pudo preverlo. Según cifras oficiales, el papa Francisco logró congregar a un millón 750 mil personas en el parque Simón Bolívar de Bogotá y sus alrededores. Al lado y lado de las calles y avenidas por las que pasaba, se le vio como si fuera un pregonero de la esperanza. Muchos capitalinos corrían por los andenes, como si quisieran competir en velocidad con el papamóvil, y hasta causaron un leve choque del mismo.
El Papa dormiría en la nunciatura apostólica, ubicada en el sector de Teusaquillo, y su llegada hasta allí estuvo plagada de gritos emocionados y cánticos de bienvenida, un cálido y efusivo recibimiento a pesar del frío bogotano.
Toda su visita estuvo marcada por una multitudinaria presencia de fieles que lo acogieron con amor y profundo respeto
Cualquier duda, si es que en verdad la había, quedaba absuelta. Monseñor Luis Manuel Alí, vocero del episcopado colombiano y quien trabajó en la organización del viaje papal, recuerda que “toda su visita estuvo marcada por una multitudinaria presencia de fieles que lo acogieron con amor y profundo respeto; sus palabras y gestos tocaron cada uno de los espacios y escenarios en los que nos iluminó con su mensaje”.
Luego de la noche de descanso y de ajuste del sueño por el cambio de horario, el jueves 7 se daría el increíble encuentro del Papa con los jóvenes, en una plaza de Bolívar abarrotada —se calcula que asistieron poco más de 22 mil personas— y llena de entusiasmo. Como lo recuerda monseñor Alí, el mensaje fue poderoso: “¡Jóvenes, sueñen, muévanse, arriesguen, miren la vida con una sonrisa nueva, vayan adelante, no tengan miedo!”. Su conexión con la gente fue instantánea, como ya lo había anticipado desde el momento en que se asomó a la ventana por primera vez en 2013 para saludar al mundo convertido en pontífice.
07/09/2017. Parque Simón Bolívar, minutos antes de iniciar misa del papa Francisco Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
El entonces periodista José Alberto Mojica de EL TIEMPO —quien también viajaba en el avión papal y se vio en aprietos para hacerse el nudo de la corbata, que era de rigor en el protocolo del viaje— destaca precisamente “la pulcritud de sus discursos, que no solo fueron inspiradores: los escribió él mismo, con conocimiento de causa, con detalle y rigor, durante varias semanas. Y los pulió en el avión, rumbo a Colombia”.
A esas alturas, hacia el mediodía, después de haberse encontrado con la jerarquía católica en el palacio arzobispal de Bogotá, ya Colombia estaba literalmente paralizada. Muchas de las actividades previstas para ese día lluvioso quedaban eclipsadas por la misa que había de pronunciar horas más tarde en el parque Simón Bolívar. Nadie quería perderse la ceremonia, que fue transmitida por radio y televisión, íntegra, sin interrupciones.
El periodista Daniel Tobón, que cubrió la visita para Cristovisión, dice que “el Santo Padre contagió algo que no se puede explicar sino con la óptica de la fe. Francisco refleja en sus gestos y en sus palabras a Jesucristo y por lo tanto lo que transmite conmueve hasta los más fríos y agnósticos”.
‘Demos el primer paso’: el mensaje del papa Francisco a Colombia
El viernes 8 de septiembre se daría otro evento muy emotivo. Fue en Villavicencio, la capital del Meta, a donde llegó el Santo Padre a bordo de un avión de Avianca. Más de un millón de personas lo esperaban. Allí escuchó a víctimas del conflicto armado colombiano y anunció la beatificación de monseñor Jesús Emilio Jaramillo, asesinado por el Eln en Arauca, y del sacerdote Pedro María Ramírez, mejor conocido como el mártir de Armero, muchos años atrás. El Papa lideró, además, el gran encuentro de oración por la Reconciliación Nacional.
Papa Francisco en Colombia. Foto:El Tiempo.
En Medellín, al día siguiente, ante casi un millón cien mil personas, y el domingo en Cartagena, ante poco más de 750 mil, desde donde habría de regresar a Roma, los mensajes papales fueron en el mismo sentido: Demos el primer paso, busquemos la paz y la reconciliación. De hecho, ese fue el nombre del viaje apostólico de Francisco a nuestro país: ‘Demos el primer paso’.
“¡Jóvenes, sueñen, muévanse, arriesguen, miren la vida con una sonrisa nueva, vayan adelante, no tengan miedo!”
Papa Francisco
No obstante, más allá de los mensajes claros y precisos, el papa Francisco hizo rendir su visita de pocos días a Colombia con otros actos no menos simbólicos, que poco trascendieron. Néstor Pongutá, vaticanista colombiano que cubrió los pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, recuerda que visitó en Colombia al cardenal Pedro Rubiano —ya en el retiro y con quebrantos en su salud— para llevarle la bendición, y logró convencer a Consuelo del Socorro Córdoba, una humilde colombiana que había sido sometida a 87 cirugías tras haber sido atacada con ácido, de que no se practicara la eutanasia. “Además, en Cartagena, después de haber recibido un golpe en el papamóvil, no quiso que lo atendieran los médicos. Siguió con su recorrido, pues siempre ha dicho que una Iglesia herida, que se ensucia y sufre, está más cerca de todos”, sigue Pongutá.
¿Y, entonces, qué pasó? César Moreno, periodista que hizo la cobertura para la cadena radial Caracol y que hoy labora para BLU Radio, resalta que “el mismo papa lo dijo: el segundo paso lo teníamos que dar cada uno de nosotros, desde el que está en la Presidencia hasta la persona más humilde; el millonario, el trabajador, el desempleado, el migrante. Pero hoy en día pareciera que el pueblo colombiano no aprendió nada. Estamos en un momento de polarización absoluta”.
El presidente Juan Manuel Santos recibió al papa Francisco en la Casa de Nariño, septiembre 2017. Foto:Presidencia de la República
Cinco años y medio después de la visita papal, aunque podría creerse que su mensaje fue olvidado, el Episcopado colombiano es más optimista. “Si en este momento no se ven cambios radicales en la mentalidad de los colombianos no es porque los mensajes no hayan sido suficientemente fecundos, sino porque cambiar mentalidades colectivas no se logra de la noche a la mañana”, dice monseñor Luis Manuel Alí.
Y añadió: “Indudablemente, esta sensación de no haber dado el segundo paso tiene múltiples factores: la falta de un mayor compromiso político como decisión de Estado para apostarle al proceso de paz, las polarizaciones ideológicas que tanto daño nos hacen, las implementaciones más eficaces de los procesos en las regiones, la eterna plaga de la corrupción. También nos vimos frenados con la inédita realidad de la pandemia que ha dejado secuelas en todos los campos, y especialmente en el económico”.
La periodista Ángela Calderón, quien trabajó en varios noticieros de televisión y directora de comunicaciones de la visita del papa Francisco a Colombia, también lamenta que con el afán diario de los colombianos se haya venido desdibujando esa esperanza que nos dejó su presencia en nuestro país. “No se dejen robar la alegría ni la esperanza. Esas palabras del Santo Padre me impactaron mucho. Y hoy, más que nunca, el país debe estar unido bajo este lema, pese a todas las difíciles circunstancias por las que atraviesa”.
El gran mensaje del santo padre en la visita que más me impactó cuando dijo "no se dejen robar la Alegría y la esperanza". Hoy más que nunca el país debe esta unido bajo este lema, pese a todas las difíciles circunstancias por la que atraviesa .