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¿Por qué si los océanos se calientan el clima del mundo cambia?
El aumento récord en la temperatura de los océanos también afecta el oxígeno que respiramos.
Si el océano Pacífico centrooriental se calienta más de lo normal, en Colombia, Perú y Ecuador hay más lluvias, y hasta inundaciones. Si, en cambio, la temperatura sube más allá de los promedios en el Atlántico, veremos más huracanes que impacten en las islas del Caribe y Estados Unidos. Si las corrientes marinas que llegan a los países nórdicos suben un par de grados de temperatura, ellos no solo tendrán un invierno especialmente cálido, sino que el mundo verá derretir aceleradamente los casquetes polares. Todo eso, porque el océano cambia el clima.
Si bien es un factor que poco se toma en cuenta, del océano dependen gran parte de las lluvias que caen en el mundo. Es sencillo: sus aguas se evaporan a partir de cuánto calor reciban y posteriormente se convierten en nubes que caen como precipitación. Pero también de sus corrientes marinas depende la temperatura de zonas específicas de la Tierra. Y todo eso está cambiando porque los océanos están rompiendo récords en cuanto a su temperatura promedio.
De acuerdo con los datos de Copernicus, el programa de monitoreo ambiental de la Comisión Europea, el pasado 30 de julio la superficie de los océanos tuvo una temperatura promedio de 20,96 °C, la más alta desde que se tienen registros. El récord anterior se había dado en 2016, cuando se alcanzó 20,95 °C.
El problema, además del calor ya sin precedentes, es que todo parece indicar que el récord se va a seguir rompiendo, entre otras cosas porque estamos en agosto y se supone que según el flujo natural del planeta, el mes más cálido para el océano es siempre marzo, aunque no este 2023.
Un clima impredecible
Según explica Emel Vega, profesor y coordinador de la maestría en Meteorología de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), “si bien es cierto que el mundo en general está padeciendo unos aumentos récords de temperatura, la mayor tasa de calentamiento la están padeciendo los océanos”.
Esto, entre otras cosas, porque los océanos son grandes sumideros de gases de efecto invernadero y ayudan a frenar el aumento del calentamiento de la Tierra. De hecho, de acuerdo con datos de la Organización Meteorológica Mundial el océano almacena más del 90 % del calor adicional atrapado en la Tierra como consecuencia de las emisiones de carbono generadas por la actividad humana, y gracias a ello solo un 2,3 % calienta la atmósfera, mientras que el resto derrite la nieve y el hielo y calienta la tierra.
Sin embargo, dada la velocidad con la que los océanos se están calentando este año, sumado a la presencia de un fenómeno de El Niño, que aunque se vaticina moderado podría llegar a ser muy intenso, a algunos científicos les preocupa que el gran manto azul del planeta no solo pueda perder sus capacidades, sino generar efectos negativos para la Tierra y quienes la habitamos.
Entre ellos está Andrés Franco, doctor en oceanografía y profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. El investigador señala que al ritmo actual de calentamiento los océanos no solo pueden propiciar un aumento en los desastres climáticos (lluvias y ciclones), sino también aumentos en el nivel del mar que se traduzcan en pérdida de ciudades costeras; pérdidas de reservorios de agua dulce por el derretimiento de los casquetes polares y hasta un blanqueamiento masivo de corales, lo que afectaría nuestra capacidad de pescar.
Todo eso, de hecho, ya se está viendo reflejado en algunas zonas del mundo. Tan solo hace algunos días el tifón Doksuri dejó las peores lluvias registradas en Beijing en 140 años, más de 120 muertos en toda Asia y al menos 2,4 millones de personas desplazadas en la región. Eso a pesar de que, normalmente, los meses más fuertes en cuanto a la potencia de tifones son agosto y septiembre.
Las lluvias mortales han sido las más intensas desde que se tienen registros hace 140 años. Foto:AFP
Pero más allá de ello, otro tema clave que preocupa a Franco es los cambios que se van a dar en la vida marina. El océano es un gran productor de oxígeno gracias a la presencia de fitoplancton, base de la vida en las profundidades. Pero el aumento de las temperaturas podría hacer que estos pequeños organismos se hagan aún más pequeños o puedan morirse.
“Está demostrado que cuando hay aumentos de temperatura las especies marinas, pero sobre todo el fitoplancton, que es el que produce el oxígeno, empiezan a reducir su tamaño. Al reducir su tamaño se vuelven menos eficientes y ellos son la base de la cadena alimenticia marina. Ellos son la base de una comunidad que se va a ver afectada. La sociedad cree que el pulmón del planeta es la Amazonia, y no, el pulmón del planeta son los océanos. Más o menos el 80 % del oxígeno que respiramos todas las especies vivas proviene de los océanos”, resalta el biólogo marino.
Ante ello, agrega el también biólogo marino y gerente de la Fundación para la Restauración Coralina, Phanor Montoya, es clave tener en cuenta que esos cambios en los ecosistemas marinos nos impactarán en la cantidad de peces que podemos capturar, sobre todo porque los corales, que son como guarderías donde crece gran parte de la vida en el mar, se están blanqueando por efecto del aumento de las temperaturas.
“Si bien es cierto que el mundo en general está padeciendo unos aumentos récords de temperatura, la mayor tasa de calentamiento la están padeciendo los océanos”
Se estima que al menos 3 mil millones de personas en el mundo dependen de los corales y de lo que allí se produce. Sin embargo, de acuerdo con Montoya, este año dadas las condiciones de calentamiento podríamos estar frente a al cuarto gran evento masivo de blanqueamiento de coral de los años recientes.
Los tres anteriores se dieron en 1998, 2010 y 2014, años en los que coincidencialmente el mundo afrontó elevadas temperaturas y tuvo presencia, como ahora, de un fenómeno de El Niño.
Mientras están bajo el mar, los buzos deben anotar en una tabla todo lo que van observando para luego analizarlo. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
“Este año podríamos estar hablando del cuarto evento masivo de blanqueamiento de coral. Ya yo he sido testigo de ello, acá en la Florida donde me encuentro trabajando. Hemos visto la pérdida del 100 % de un arrecife que se llama Lucky por blanqueamiento. También lo vimos en Sombrero Reef, una hectárea que veníamos restaurando desde hace unos 15 años, allí hubo una pérdida total y 100 % de mortalidad. En otros arrecifes también hemos visto altos niveles de blanqueamiento, y lo mismo en Panamá, Belice, Costa Rica, en Colombia en rincón del mar se registró un nivel de blanqueamiento importante. El pronóstico es bastante triste”, asegura Montoya.
De acuerdo con Montoya y Franco, lo que estamos viendo es un alerta de que ya no queda tiempo y que el momento de actuar para intentar frenar el aumento de las temperaturas en los océanos y en el planeta es ahora, porque aunque durante varios años hemos visto algunas advertencias de lo que puede suceder, con las temperaturas de este 2023 nos podríamos enfrentar a una realidad para la que quizá, aún no estamos preparados.
“Yo creo en términos de los mares y los océanos hay una luz de optimismo que nos puede llevar a mejorar la condición actual. Esto pasa por un tema de sensibilización y de entendimiento de la importancia de los océanos. Hoy estamos llegando al término de ‘ebullición climática’, y no me extrañaría que no hay una verdadera sensibilización, en unos años estaremos hablando de evaporación climática”, finaliza Franco.