En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
¿Por qué parece que el clima 'se volvió loco' en todo el mundo; será peor lo que viene?
Según expertos, los diluvios, incendios y olas de calor que estamos viendo serían solo el incio.
En unas vacaciones, la diferencia entre el aire acondicionado funcionando a 16 ºC frente a 17 ºC es casi nula. Ese grado centígrado de diferencia apenas si se nota en la habitación. Pero en el mundo, una diferencia de un grado centígrado en la temperatura global promedio puede traducirse en diluvios en China, incendios forestales sin precedentes en Canadá y olas de calor récord en Europa, por solo nombrar algunos de los fenómenos naturales que hemos visto en las últimas semanas.
Aunque parece que el clima enloqueció, lo cierto es que lo que estamos viendo, apuntan expertos, son los primeros síntomas de la emergencia climática que hoy nos afecta debido al llamado calentamiento global.
Al menos 500 personas fallecidas por las intentas temperaturas. Foto:ÓSCAR CORRAL/ EFE
Según explica Benjamín Quesada, climatólogo y director del pregrado en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario, nuestro planeta es un sistema que funciona bajo ciertos estándares y, cuando estos cambian, entonces todo empieza a comportarse diferente.
La Tierra, que en el último milenio mantuvo su promedio de temperatura, ha visto desde 1880, con el inicio de las grandes producciones industriales y la quema de combustibles fósiles, un aumento acelerado en las temperaturas y los promedios globales llegando, según las últimas mediciones a un promedio anual que supera los 1,2 ºC.
"Estos fenómenos que estamos viendo, de calor sobre todo, se convertirán en el clima normal si no actuamos en mitigación".
Eso, que ya es una señal de alerta y genera un desequilibrio global, es la puerta de entrada a superar el llamado límite de los 1,5 ºC que planteó en 2015 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y que los gobiernos de casi todo el planeta se comprometieron a evitar mediante el Acuerdo de París. Básicamente, lo que dice el IPCC es que si el mundo supera los 1,5 ºC veremos eventos climáticos extremos e impredecibles, como lluvias sin control, sequías extensas o incendios forestales incontrolables.
Ola de calor en España Foto:AFP
Y de hecho, aunque hemos aumentado esa temperatura de forma constante y el promedio general ha sido 1,2 ºC de temperatura global, el mes pasado, por un par de días, superamos la barrera del 1,5 ºC. De acuerdo con los datos del programa Copérnico, que coordina la Comisión Europea, el pasado julio de 2023 (que además fue el mes más caliente que se haya registrado en la historia) se superó en promedio los 1,5 ºC de aumento en las temperaturas. Pero a los científicos les preocupa que esto que estamos viendo parece solo ser el inicio de fenómenos más extensos e impredecibles.
‘Un abrebocas del clima que se nos viene’
Guardadas las proporciones, lo que estamos viendo en la Tierra es como si una persona enfermara por llevar un mal estilo de vida. Si una persona se alimenta de manera saludable, hace ejercicio constantemente y no consume alcohol ni cigarrillo, probablemente vivirá muchos años y no se enfermará (aunque de vez en cuando le dé una gripita). Si, en cambio, hace todo lo contrario, muy seguramente padecerá de distintas patologías.
En el caso de la Tierra, el problema es que esa enfermedad la está generando las actividades antrópicas, es decir, las que realizamos las personas: quema de combustibles fósiles, contaminación de las cuencas hídricas, degradación de las coberturas naturales, entre otras acciones, afectan la capacidad de la Tierra de funcionar correctamente y la llevan a ‘enfermarse’.
Pero lo cierto es que esto no es inesperado ni sorprende tampoco a los expertos. De acuerdo con Quesada, quien hace parte del IPCC, desde hace al menos 30 años los investigadores en temas climáticos vienen insistiendo en que es urgente tomar medidas para evitar que el mundo tenga que enfrentar eventos tan extremos como los que ahora estamos viendo.
“Para nosotros los climatólogos este es un abrebocas del futuro que se viene porque no estamos haciendo nada para frenar el calentamiento. Estos fenómenos que estamos viendo, de calor sobre todo, se convertirán en el clima normal si no actuamos en mitigación para frenar el cambio climático”, asegura Quesada.
Las lluvias mortales han sido las más intensas desde que se tienen registros hace 140 años. Foto:AFP
Al respecto, explica Juan Benavides, experto en cambio climático e investigador de la Universidad Javeriana, el mundo está viendo con el clima una transición de las advertencias hacia las consecuencias. De acuerdo con el experto, ese 1,5 ºC es una gran cantidad de energía que luego se transforma en fenómenos naturales como, por ejemplo, huracanes.
De hecho, de acuerdo con la Oficina Nacional de istración Oceánica y Atmosférica (NOAA), este año veremos una temporada atípica de huracanes en el Atlántico. Mientras tanto, en el Pacífico ya estamos viendo esa realidad, pues en China se vieron las peores inundaciones en 10 años por el tifón Doksuri, que azotó a Asia hasta hace unos días. Tan solo en el gigante asiático se contaron al menos 33 muertos.
Ante esa realidad, destaca Benavides, es clave señalar que el calentamiento global es un fenómeno natural lento que el hombre aceleró, y es ese impulso que hemos dado el que nos lleva a los climas que estamos viendo.
“Si el hombre no hubiese usado combustibles fósiles, si el cemento no fuese el material que hubiésemos elegido para construir, si desde el principio hubiésemos manejado las emisiones de gases de efecto invernadero, la Tierra igual se habría calentado, pero a una tasa mucho menor. De pronto 0,1 ºC o si mucho 0,15 ºC. Porque la tierra está en un proceso de desglaciación natural, pero el hombre lo que hizo fue meterle gasolina a ese proceso y acelerarlo a unas escalas inimaginables”, resalta el investigador.
El océano y lo que viene
Más allá de las consecuencias que vemos en la Tierra, un punto que poco se toma en consideración cuando se habla del aumento de las temperaturas es lo que está pasando en los océanos. Las aguas del Atlántico Norte batieron récords en la primera semana de agosto, cuando se vio una temperatura diaria promedio de 24,5 ºC. Todo esto, en medio de un fenómeno como El Niño, evento climático natural que aumenta las temperaturas en el océano Pacífico.
El origen del nombre Atlántico proviene de la mitología griega Foto:iStock
Según explica Emel Vega, profesor y coordinador de la maestría en Meteorología de la Universidad Nacional de Colombia, usualmente no se toma en consideración que el océano es un gran regulador del clima global. Del agua que se evapora en él dependen las lluvias de amplias zonas del planeta. Pero también de sus corrientes internas depende la vida marina y el comportamiento de los mares.
Vega resalta que estos incrementos en las temperaturas que hemos visto sobre todo en el Pacífico norte, el Atlántico norte y el Pacífico centrooriental afectan directamente la circulación general atmosférica y ralentizan también la circulación oceánica.
Por regresar al ejemplo del cuerpo humano, es como si la sangre no estuviese moviéndose por el cuerpo de manera correcta. En el caso de la Tierra lo que pasa es que las corrientes llevan calor o frío a lugares donde se requiere, entonces si no llega agua fría a los países nórdicos, estos podrían ver un invierno especialmente caluroso este año; peor aún, si llega mucha agua caliente al Pacífico centro oriental, esa agua se evapora muy rápido y por eso, destaca, es muy probable que veamos en los próximos meses fuertes precipitaciones en Perú, Ecuador o Chile.
“Lo que podemos esperar este año es que en algunas regiones de Colombia disminuyan considerablemente los volúmenes de precipitación. Sobre todo los Andes, el Caribe y la Orinoquia experimentarán déficit de las lluvias. ¿Por cuánto tiempo? Eso no lo sabemos con precisión. Por otro lado, en el piedemonte de la cordillera Occidental, en zonas cercanas a Tumaco, en Cauca o el piedemonte de Buenaventura, el Putumayo y Belén de los Andaquíes, será lo contrario, allí aumentarán las lluvias”, resalta el experto.
Pero el clima inesperado no solo nos afectará a las personas. También impactará los ecosistemas, reconoce el biólogo marino y profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Andrés Franco Herrera.
El investigador señala que el aumento en las temperaturas, al menos en los océanos, causará un efecto cascada de impactos: con más calor se derretirán los casquetes polares y subirá el nivel del mar, lo que afectará las costas; se perderán reservorios de agua dulce por esos mismos derretimientos; de igual manera se afectará la capacidad que tiene el océano para producir oxígeno y probablemente se pierdan amplias coberturas de coral, lo que terminará en que tendremos menos peces para pescar.
Durante varios días, los buzos realizaron al menos dos expediciones diarias para recolectar datos sobre el estado de salud del arrecife. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
“La sociedad cree que el pulmón del planeta es la Amazonia y no es así. El verdadero pulmón son los océanos. Más o menos el 80 por ciento de todo el oxígeno que respiramos las especies vivas proviene de los océanos. Vienen de las microalgas, que se ven afectadas por el calor, lo que termina afectando la producción del oxígeno”, enfatiza Franco, doctor en oceanografía.
Al final, todos los investigadores consultados para este artículo coinciden en que es urgente que se tomen medidas para frenar el aumento de las temperaturas, pero que ya hay unos ‘puntos de no retorno climático’ que nos llevarán, inevitablemente, a vivir fenómenos naturales extremos para los que no estamos preparados, como lluvias que inundan ciudades completas o incendios que quemen bosques del tamaño de Bogotá (como vimos en China y Canadá hace unos días). Y esto apenas está empezando.